Unico

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Ah mis 26 años me seguía cuestionando el hecho de no poder controlar mis estúpidos sentimientos  y terminar enamorado de cualquier idiota, se supone que a esta edad debería poder controlar ciertas emociones, aunque casi siempre las emociones terminaban controlándome.
Con esos cuestionamientos en mente ingrese por las dobles puertas de cristales de la empresa Jeon. Un año trabajando de asiste ejecutivo del CEO Jeon Jungkook y en estos momentos en una de mis manos cargaba mi carta de renuncia, el motivo por la cual tomaba tal decisión no se debía ni al horario ni por algún inconveniente con algún compañero de trabajo y mucho menos la paga que estaba bastante muy buena, el motivo residía en mis estúpidos y malditos sentimientos por Jeon Jungkook.
Hace un  año atrás el simple hecho de conseguir el puesto en una de las empresas Jeon había sido un total logro para un Park Jimin recién egresado de la carrera de Comercio Internacional, pero no todo podía ser color de rosas.

Mi jefe me había robado suspiros desde el primer día, tan caliente como el infierno mismo con aquel porte tan severo y masculino, irradiando respeto con su 1.80 de altura, musculatura digna de todo dios griego, hombros anchos, brazos fuertes, unos muslos de infarto y sus ojos de un negro tan profundó que me habían llamado al pecado desde el primer momento en que los míos se posaron en ellos. Un pecado en el que había caído.

Volviendo a la realidad me encamine al ascensor y marcando uno de los números que llevaban a la planta de recursos humanos, tras unos breves minutos ya me encontraba dirigiéndome a la oficina de el Señor Kim Namjoon Gerente de recursos Humanos, tras unos pequeños golpes a la puerta y un corto “pase” ingrese a la misma.

-Buenos días Park, toma asiento por favor y dime ¿En qué puedo ayudarte?.

-Buenos días.- tomando asiento en uno de los sillones frente al gran escritorio color caoba, me permití observar por tal vez ultima vez a Namjoon, un hombre de unos 30 años que a decir verdad ni se notaban, que superaban los 1.80 de mi jefe, piel ligeramente bronceada, ojos cafés una sonrisa de dientes blancos perfectamente alineados y un par de encantadores hoyuelos.

-Vengo a presentar mi renuncia.- respondí deslizando los documentos por el escritorio, Namjoon la tomo con sorpresa en el rostro y no podía culparlo, al ser la mano derecha de mi jefe y por lo tanto su mejor amigo conllevaba saber sobre la prohibida aventura que traía con Jeon.

-Déjame decirte que no me esperaba esto Jimin, aquí dice que estas renunciando por motivos personales, pero ¿Cuál es el verdadero motivo?.

-Y-yo realmente he recibido propuestas de trabajo en el extranjero y conocer otros países me encantaría.- vil mentira Park Jimin y por la mirada de escepticismo del hombre frente mio no lo estaba creyendo para nada.

-Esta bien, no puedo obligarte a que me digas tus verdaderos motitos pero…- no, no se lo creyó nadita.- ¿Jeon sabe que estas renunciando a la empresa?, porque no lo ha mencionado y estuve con él hace un momento.- maldición, porque el maldito de mi jefe debía de contarle casi todo a Namjoon.

-E-el lo sabe por supuesto, le he mencionado en varias ocasiones las propuestas de trabajo en el extranjero.- me sudaban las manos por los nervios, mentir se me estaba dificultando de sobre manera con Nam.

-Muy bien Jimin, tu  liquidación estará disponible por la tarde en tu cuenta bancaria.- rápidamente me puse de pie al ver a Nam hacer lo mismo.-Espero te vaya bien jimin y si algún día necesitas algo no dudes en llamarme.-

-También lo espero Namjoon y gracias por todo.- respondí estrechando la mano que Namjoon me ofrecía con una pequeña sonrisa en el rostro la cual imite, dando un paso atrás con la intención de salir de aquella oficina tome el pomo de la puerta, detuve mi intento de salida.

THE LOVER [Kookmin-OneShot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora