Capítulo 35: El Aristócrata Solterón.

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Un mes después de instalarme en piso de Whitechapel con la niña y he de decir que me la pase preocupada por Sherlock, en más de una ocasión quise verle para volver junto a él, pero aun mi dolor es reciente.

-¿Ya has dejado a la niña en la guardería?

-¡Joder, me cago en la puta!- digo al encontrarme a Mycroft en mi oficina y dando me un susto que me sobresalto -¿Qué diablos querías? ¿Matarme?

-Lo tendría que hacer ¿Te recuerdo que una de las condiciones para librarte de la prisión es cuidar de mi hermano?

-Es demasiado mayorcito para cuidarse solo.

-Sabes bien lo que hablo y también que eres su lado humano.

-Lado que traiciono besuqueándose con otra.

-Ju, que tontería ¿Por unos besos le has dejado? Cat, Cat, Cat, por esa tontería no deberías alejarte de él- suspiro levantándose de mi silla -hoy enviare a personas para que vuelvan a llevar las cosas tuyas y las de Zoé a Baker Street, aunque Zoé se quedara en casa de mis padres mientras resolvéis un caso.

-¿Y si no quiero volver a Baker Street?

-No me gusta hacer esto, pero si no me dejas más remedio, te encerrare en prisión los años de vida que te quedan y tus retoños los alejaremos de ti.

-Ju ¿Llegas ser a ese punto de calculador?

-Sherlock no es solo mi hermano, es alguien importante para toda Inglaterra y parte del mundo, si él está mal el país lo estará también.

-¿Tan frágil es una nación sin él?

-Tú solo vuelve a su lado como compañera, si no deseas más con él no te obligare a que sigas siendo su mujer.

-Vale, volveré a Baker Street.

-Ahora mismo se la ha pasado jugando con un conocido vuestro llamado Watson, pero sin ti anda perdido en su investigación, por eso haces bien en volver.

Nada más terminar de hablar con Mycroft cogí mi coche y me fui a Baker Street con mucha paciencia para no cagarla.

-¡Cat!- la señora Hudson nada más verme me abrazo -no veas la alegría que me da que hayas vuelto. Desde la entrada oigo a Sherlock tocando el violín.

-He venido porque Mycroft me pidió que volviera a mudarme aquí, pero eso no quita que aun espero que Sherlock me conceda ya el divorcio.

-Por favor considéralo, Sherlock te necesita más que a nadie, desde que te fuiste ha estado muy mal, no duerme ni se alimenta como es debido, es como cuando tú te ibas a España, él es muy dependiente de ti- se sentó en las escalera -está muy mal y no lo quiere reconocer, Cat de verdad, me preocupa de lo que le pase.

-No es la única y si estaba la cosa así no tenía que haberme ido, pero no podía evitar sentirme dolida.

-No tenías remedio, el dolor de un engaño es muy costoso de olvidar, aunque sea unos besos el engaño está hecho.

-Iré hablar con él tranquilamente- subí hasta la puerta del salón que estaba atrancada -Holmes soy yo, ábreme. Rápido me abrió pero no me miro solo se fue al silla continuando dándome la espalda mientras se abrigaba con la mantita que usaba para taparme cuando me echaba la siesta.

-¡Uhm!- entre a la sala y estaba hecha peor que una leonera -tenías un libro que hablaba de los sueños ¿No?

-Sí, me lo traerán cuando traigan mis cosas de vuelta ¿Para qué lo quieres?

-¡¿PARA QUÉ?! ¡DESDE QUE TE FUISTE HE ESTADO PASANDO POR UN DOLOROSO INFIERNO Y AUN ASÍ ME PREGUNTAS!

-Solo quería saber, veo que tu carácter infantil no ha desaparecido.

Poniendo un sociopata en mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora