Castiel cae por la más baja lujuria, se deja llevar y esos prismas color verde lo hacen suspirar, toca fondo, cuándo cree no poder llegar más profundo tropieza una vez más con una nueva piedra. Castiel siempre se imaginó cómo sería poder tocar a Dean, secretamente, decidió satisfacerse con la imagen del famoso cazador en su mente; él soltaría gemidos llorosos al correrse y después trataría de lavar la culpa con una ducha caliente, se disculparía e iría junto a Dean fingiendo que nada sucedió.
Los pensamientos pecaminosos de Castiel no sólo variaban en la avaricia sexual, él querría besar a Dean, amarlo, cuidarlo. Ahora, la voz suave es la misma pero se siente tan diferente, los ojos que lo observan continúan teniendo un destello de luz sobre ellos pero simplemente no es él, lo siente, lo ve, trata de ignorarlo pero sigue así cómo un problema que se niega a desaparecer. Michael.
Michael disfruta en gran cantidad poner al dulce ángel en su límite, sabe que hay algo en él que molesta a Castiel lo suficiente cómo para no querer despegar el ojo de su recipiente ni por un segundo, sabe que la razón es más variada que la inminente realidad de estar usando al querido Winchester. Él está esposado y tiene muy claro cómo controlar su lengua, sabe qué debe decir o qué no, picar en esa vena sensible, abusar tanto de ella cómo pudiese y después dejar el tema a conclusiones abiertas, una sonrisa arrogante plasmada en el rostro de quién Castiel ha amado durante años, lo sabe.
Michael lame sus labios, los muerde, deja a Castiel mirar porque, oh, le encanta que mire.
"A Dean le hubiera gustado que lo folles. " Suelta, lujuria sin disimular cargada en su voz. Ve a Castiel tratando de mantener la paciencia, disfruta esto, así que lo piensa unos minutos antes de soltar la siguiente línea. Conoce que existen pocas posibilidades respecto a esa situación, está dispuesto a saber cuál va a culminar. "Él fantaseaba con ese hecho, siempre imaginó que eras un amantes rudo. Sostienes manos, nalgueas y azotas. Toda tu existencia has sido bueno acatando órdenes pero te encantaría ser obedecido, ¿no, Castiel?".
Silencio, continúa jugando con sus labios y pretende que no nota la hambrienta mirada del ángel posada en él. "No utilices la boca de Dean para decir cosas así, Michael".
"Oh, pero te encanta." No es una pregunta, es un hecho, Cas lo mira amenazante y no puede evitar retroceder sobre él mismo. Aún así, ¿qué puede hacerle aquél pobre Serafín además de golpearlo? Curiosamente, espera ser golpeado, espera que el contrario lo golpee con tanta fuerza, espera que duela, tal vez espera sangrar un poco.
Deja su mirada pasear encima de las manos de Castiel, gracias a Dean conoce la forma asfixiante en que arden sobre su piel, las anhela.
No hay respuesta, eso decepciona a Michael pero sabe que esta vez no se dará vencido tan fácil. "Te encanta y lo sabes, Castiel. Puedo verte tratando de cubrir esa incómoda erección, porque adoras creer que es Dean que te dice estas palabras, adoras que ese humano también te desee".
Por fin ambos comparten contacto visual, la mandíbula de Castiel está apretada, está tan... enojado. "Cállate. " Michael sonríe.
"¿O si no, qué?"
Castiel hace su mejor esfuerzo por retener sus más bajos impulsos, la naturaleza e instinto humano que alguna vez alcanzó a experimentar parece volver a él cómo si fuese una cachetada en el rostro, está sediento, tiene el juicio nublado y si Michael consigue manejarlo bien, acabará mejor para uno que para el otro. "Sé que no harás nada, eres incapaz de herir el pequeño cuerpo de este pálido humano. Si me lastimas, lo lastimas, ¿qué harás, Castiel? ¿Qué-...?"
Las palabras del arcángel se interrumpen gracias a unos agrietados labios chocar brutalmente contra los suyos; no existe amor en aquél descarado arrebatamiento de oxígeno, siente el odio que descarga contra suya, toda la impotencia, siente cómo trata de utilizarlo y ese fue su peor error. La debilidad no es un arma, Castiel ha bajado la guardia y ahora es todo de Michael.
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SEXUAL TENSION.
Fanfiction❛ Michael disfruta en gran cantidad poner al dulce ángel en su límite, sabe que hay algo en él que molesta a Castiel lo suficiente cómo para no querer despegar el ojo de su recipiente ni por un segundo, sabe que la razón es más variada que la inmine...