capitulo 2

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-eh

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-eh... Gracias...

-¿lo comprará?

-¿eh, que cosa?- Amance estaba perdida en aquel perfecto hombre quien tenia la mirada clavada en su pronunciado escote

-el vestido, pregunte si comprará ese vestido que la hace ver tan hermosa, señorita Le Brun

-¡ah, eso!, no, no lo compraré, el cierre me complicaría mucho las cosas

-yo podría ayudarla con eso- su ronca voz no hacia mas que estremecería y despertar en ella sensaciones completamente olvidadas

-¿ah si, y como me ayudaría?

-pues podría ser yo quien con gusto subiera cada mañana ese cierre y lo bajara todas las noches

-¿que quiere decir?

-señorita Le Brun, usted lo sabe

-¿que me insinúa Leduc?

-mejor digame, ¿que debo hacer para tener el placer, el honor de pasar una noche con su maravilloso cuerpo entre mis brazos?

¡¿Era en serio, ya no le ocultaba el querer dormir con ella?!, Amance no podía creer que algo similar le estuviese pasando

-¿que le hace pensar que aceptaría una propuesta tan sumamente indecente?

- desde luego que el deseo, solo será una noche, una nada mas, pienselo, usted y yo, solos en una habitación inundada de su bella voz produciendo múltiples gemidos ante el enorme placer que se, soy capaz de provocar en usted mi hermosa señorita Le Brun

-¡es un patán!

-¿que podría perder?, solo seria un poco de placer, nada más, nada serio, es mas, ¿por que no mejor..?- Amance estaba justo frente a la puerta e intento salir, Damien fue en cambio mucho mas veloz y la acorraló al otro lado del pequeño vastidor, pegó su frente a la de ella mientras se ponía a su altura para alcanzarla y en un ágil movimiento bajo el cierre y coló su mano a su espalda, sin previo aviso devoró su boca gesto que la mujer no pudo ni quiso rechazar pues entrelazó sus manos en su cuello mientras que Damien acortaba cualquier distancia posible entre ambos dejándolos sin respiración y aumentando el calor de sus cuerpos

Amance no se resistió a los encantos de aquel magnífico hombre y decidió hacer lo mismo, con torpeza logro retirarle el saco para luego aflojarle la corbata y quitar su camisa, fue en ese momento que al fin separaron sus labios

Sus ojos se conectaban, el deseo corría por sus venas, Damien acabo por bajar aquel minúsculo vestido hasta dejarla sólo en ropa interior, un conjunto de encajes en color rojo que modificaban . a la perfección su cuerpo y parecían invitarlo a devorarlo

-esto... Esto no, no esta bien, yo ... Sera mejor que ... Me vaya

-¿pero por que. Apenas estamos empezando mi hermosa señorita?

-no, no es posible, yo me voy - entonces Amanece termino por quitarse el vestido para ponerse de nuevo sus prendas

-que lastima que entonces deba encontrar la manera de complacer solo a mi amigo quien ya estaba ilusionado con que una bella mujer le diera el placer que tanto anhelaba - señalo y tocó su endurecido miembro que hacia parecer como si su pantalón fuera a explotar. Amanece quedo atónita ante el gesto. Ella llevaba ya poco mas de tres años sin absolutamente nada de sexo por lo que cualquier estimulo la despertaba de manera tal que era incapaz de controlarse

-¡oh!- no ocultó su asombro

-¿que sucede, se le antoja?- volvió a sujetar su miembro

-¡¿que?!- lo cierto era que si, claro que se le antojaba, tocarlo, probarlo y ¿por que no?, sentirlo dentro de si

Damien no permitió mas charla, se bajo rápidamente el pantalón y luego el bóxer hasta dejar boquiabierta a Amance, la acorraló nuevamente y a prisa le arranco sus bragas y sostén, sin previo aviso o negación se hundió en ella

La posición les generaba cierta incomodidad por lo que ya completamente libres de ropa la alzó hasta dejarla pegada entre la pared y su perfecto cuerpo, Amance enredó sus piernas en su cintura para profundizar aun mas el acto

No podían exponerse por lo que ahogaban sus gemidos entre aquellos besos interminables que se daban, el ruido que producía el choque de sus cuerpos los envolvía en una bruma de placer de la cual no saldrían en un largo rato

Ahi, en ese pequeño bastidor, fundidos en un solo ser, dejándose consumir por el placer, ambos se desplomaron al piso cuando alcanzaron el máximo de los placeres

-mmm... Mas que bien, excelente en realidad mon amour, eres sin duda perfecto

-no Amance, tu eres perfecta, yo soy solo un simple mortal destinado a complacerte, diosa mía

-te amo demasiado Damien, nunca me dejes

-descuida Amance, eso no sucederá jamas

-aunque a pesar de todo esto- se incorporó con torpeza mientras trataba de vestirse nuevamente - no se como fui capaz de dejarme llevar así

-si sabes como fue, es un deseo que no se puede ocultar, tu lo deseabas tanto como yo y mira, fue maravilloso, y si mi Amance, no pretendo dejarte nunca

-¿que cargo tienes aquí?

-no te preocupes, no soy un simple empleado, aunque tampoco el dueño, soy el gerente del lugar, me encargo de monitorear el trabajo de los demás aunque eso no implica no poder ayudar a una hermosa mujer cuando lo necesita

-entiendo, ya creia yo que era imposible que fueses un simple empleado

-exacto, pero en fin, ¿llevaras el vestido?

-¿llegaras cada vez que necesite que subas el cierre?

-siempre que me lo pidas ahí estaré

-¿y para bajarlo?

-aunque no estuvieras de acuerdo en que e ayudase a ello , ahí estaría sin duda diosa mía

-bueno, en ese caso creo que lo llevaré

-bien, no te preocupes entonces- recogió el vestido del suelo después de haberse vestido y ayudado a Amance a incorporarse- este será cortesía de la casa

-¿en serio me lo regalarás?

-pero claro que si, seré yo quien tenga el placer de quitártelo para disfrutarte, obvio que te lo regalare diosa mía

-bien, vamos a caja entonces, ya antes había escogido otro vestido que también me gusto mucho

-¿te queda tan bien como este?

-dímelo tu

-¿cuando te veré usarlo?

-cuando quieras

-esta noche te quiero solo para mi

-así sera mon amour...

Tuyo Hasta Saciar (BAD1) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora