Unos minutos más tarde, Nicolas se dirige a mi mesa con una especie de paquete en una bandeja plateada.
- Es para usted, señorita Baumann, de parte del Sr. Styles. Aturdida, cojo el regalo y echo un vistazo al interior del paquete para saber qué contiene. Harry Styles acaba de enviarme su jersey azul marino.El que llevaba puesto hace unos minutos.
Ay, Dios... ¿qué significa esto?
Tengo dos opciones: no entro en su juego e ignoro su detalle caballeroso, pero un poco fuera de lugar, u opto por la solución práctica, es decir, ponerme el jersey para tener menos frío. Escojo la segunda opción, al fin y al cabo, ¡la ropa está hecha para llevarla! En cuanto me pongo el jersey azul marino, me invade el perfume de este hombre enigmático. Un olor almizcleño, amaderado, viril.
Antes de perder totalmente la cabeza por culpa del olor dulzón que emana el cachemir, tan divino como maléfico, intento recuperar un poco de dignidad. Cuando me marcho de la veranda, le doy las gracias a Nicolas con la mano por sus atenciones. Subo los inmensos escalones de mármol que me llevan hasta el castillo, atravieso el gran hall y cojo el pasillo que va hasta mi habitación. Tengo los brazos cruzados y, a falta de acariciar la piel tostada de su dueño, acaricio con las palmas de las manos el fino tejido azul marino.
Imaginación desbordante, acto II.
Cuando distingo su silueta en un recoveco, al lado de la puerta de mi habitación, estoy a punto de tropezar. Se encuentra apoyado en la pared y me mira sin disimulo. Su expresión, grave y tensa al principio, se dulcifica conforme voy avanzando hacia él. Sigo con los brazos cruzados, intento no cambiar nada, mantenerme impasible, pero me cuesta horrores no mirarle a los ojos.
- Ya era hora, ¡ha tardado un buen rato!
El deje de su voz es sarcástico, adopto el mismo tono que él.
- No sabía que nadie me estuviera esperando. Quizás me confunde con otra persona, no sé, ¿quizás con una de los miembros de su club de fans que ha tenido la oportunidad de darle de comer con cucharilla?
Mierda, ¡ahora va a saber que he estado observándole durante el desayuno!
- Habría estado encantado de cambiarle por una de ellas, señorita...
- Amande... Eh, Amandine, Amandine Baumann.
¿Ahora ya no te sabes ni tu propio nombre? ¡Qué vergüenza?
Durante unos segundos, me mira fijamente, con esos ojos orgullosos, y una ligera sonrisa socarrona en los labios. No es ciego, es consciente del efecto que causa en mí y me exaspera sobremanera.
- ¿Me esperaba para que le devolviera su jersey? Le agradezco este gesto amistoso, ahora ya puedo devolvérselo.
- Créame, Amandine, este gesto no tenía nada de amistoso.
Un brillo extraño, casi amenazante, le atraviesa la mirada. En el juego de quien aguanta más tiempo la mirada a otro, yo perdería. Este hombre me hace sentir pequeña pero intento luchar contra su deseo de dominarme, de convertirme en su marioneta. No tira de los hilos, me pone de los nervios.
- Sólo acepto regalos de mis amigos. Señor, sepa que sé vestirme sola y saboreo esa libertad todos los días.
- La libertad es un concepto vasto, Amande. Para la mayoría de los mortales, no es más que una ilusión. Ser libre es dominar y esa es exactamente mi especialidad.
- En cualquier caso, visto lo visto, esta libertad viene acompañada de arrogancia. La mía es más simple, no la disfruto en detrimento de la del resto.
Amandine, dos puntos. Señor egocéntrico, cero.
- Sus palabras confusas no me afectan, Amande. Estoy demasiado ocupado en admirar sus labios.
Mi corazón se acelera. El señor sabelotodo con mirada penetrante me exaspera, me atormenta en lo más profundo de mi ser. Cuando nombra mis labios, todo mi cuerpo se tensa.
Reacciona, Amandine, ¡no te dejes camelar!
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100 FACETAS DE SR. STYLES
Romance¡Es guapo, poderoso y multimillonario! El Sr.Styles personaje fascinante en más de un aspecto, va a seducir a la joven y guapa Amandine y a llevarla a descubrir un mundo hasta entonces desconocido para ella, hecho de lujo, placeres y, sobre todo, de...