Día uno

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Día uno.

Prompts escogidos: Gentil. Día de San Valentín.

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Para Bakugō, el día de San Valentín no era algo que importara mucho, de igual forma los chocolates que recibió en la secundaria apenas los probó, negándose a meter esas cosas en su organismo.

Y el día Blanco, aquel que relativamente importaba para los varones, no devolvía los chocolates que recibía porque no le importaba devolverlos.

Sin embargo, tener que Kirishima de novio era celebrar cada San Valentín así fuera saliendo en una cita, dado que el chico de cabello rojo era un romántico empedernido. Ese día trabajó hasta tarde, le odio a su novio que se adelantara a la casa, que luego el preparaba la cena.

Pero estaba tan agotado que solo tenía fuerzas para hacer una cosa: O cocinar, o tener sexo.

Y definitivamente necesitaba de lo segundo.

Le hacía falta.

Llegó al departamento que compartía con el muchacho, dejando las botas en la puerta y quitándose la máscara.

—Eijirō —llamó Bakugō quitándose los guantes y dejándolos en la mesita, ya recogía mañana todo eso.

—¡En la cocina! —exclamó el chico. Bakugō gruñó un poco, Kirishima hacia desastres en la cocina que él tendría que limpiar después. Se dirigió a donde se situaba la voz de su novio y lo encontró frente a la estufa—. Estoy preparando la cena, para que no te canses más.

Bakugō sonrió. Kirishima estaba duchado, con el cabello para abajo y su sonrisa llena de dientes afilados brillaba. Era como ver directo al sol y que te abrumara con su luz.

Bakugō suspiró, se acercó y abrazó por detrás a Kirishima, dejando descansar su rostro en el hueco del hombro del chico. Kirishima sonrió, sintiendo el cariño poco visto de su novio que solo mostraba con él.

—Vamos a la cama —murmuró el rubio, Kirishima sintió un escalofrío correr por su columna cuando las manos de Katsuki, siempre calientes, acariciaron sus abdominales.

—Primero cenemos —Katsuki levantó la vista y miró por encima del hombro la comida y arrugó la nariz. Sacó su mano de debajo de la camisa de Kirishima y apagó el fogón.

—Cenamos después —acarició nuevamente los abdominales y situó sus manos en las caderas del pelirrojo. Pegó su entrepierna al trasero del otro muchacho y mordió el lóbulo de su oreja logrando que Kirishima soltara un ruido—. Sabes que es mejor hacerlo con el estómago vacío. Además, te acabas de duchar ¿eh?

—Humm... —gimió Kirishima.

—Eiji... —murmuró Katsuki en la oreja de Kirishima provocando un temblor en el cuerpo del otro muchacho. Sus manos tan mágicas, recorrieron sus músculos.

Katsuki adoraba apreciar la fuerte musculatura de su novio. Sus fuertes brazos y sus abdominales tan rectos. Sobre todo, porque le encantaba sentir la suavidad de la piel de Kirishima, tan diferente a cuando activaba su quirk.

—Katsu... —gimió Eijirō, Bakugō rozaba su entrepierna contra el trasero de su novio, sabiendo que con el más ligero roce, Eijirō ya sabía sus intenciones. Siguió recorriendo suavemente sus manos por el pecho y abdomen de su pareja, llegando hasta la cinturilla de los pantalones y volviendo a subir—. ¿Vamos a hacerlo aquí?

—¿Lo quieres? —preguntó, bajó su mano y acarició la entrepierna de Kirishima que ya se estaba endureciendo.

—No tenemos las cosas aquí —los labios del rubio comenzaron a recorrer el cuello de Kirishima.

Happy (fucking) ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora