Pablo carcajeó una vez mas intentando sacarme información, yo había llegado de acompañar a mi madre y a mi hermana hasta la casa de mi madre porque aunque Marta se había quejado tenia que guardar un reposo bastante largo. Ella siempre había sido bastante aventurera, todo lo contrario a mi...aunque ahora que lo pensaba lo que estaba haciendo junto a Amaia era una verdadera aventura, una aventura que me tenía volando en las nubes.
-Dime al menos que hicieron buen uso de la cama, mira que es grande y todo.-Yo puse los ojos en blanco terminando de quitarme la cazadora y la camiseta, deseando ducharme.
-Deja de joderme, anda.-Le dije.-Más bien pregúntame como está mi hermana.
-¿Marta? ¿Qué le pasó?.-Dijo preocupándose de repente. Yo sonreí, siempre había sospechado que mi amigo se sentía verdaderamente atraído por mi hermana mayor por solo dos años, pero quizás por respeto a mi y hasta por respeto a mi madre nunca había intentado nada.
-Nada, que sabes que va a mil sitios con su camarita y se cayó de un risco, se ha roto una pierna, pero nada más por suerte.
-¿Está bien entonces?.
-Perfectamente.-Asentí.-Puedes ir a verla en casa de mi madre, al pueblo...-Dije como quien no quiere la cosa.
-Eh, no, supongo que querrá descansar y eso...y no quiero molestar a tu madre además.
-Claro, como si a mi madre le molestaran las visitas.-Dije riendo.-En fin, si quieres seguir siendo cobarde... tú mismo.-Me encogí de hombros y vi como él me miraba confundido.-Ay no me mires así, sé que mi hermana te gusta...
-No sé de que hablas.-Dijo nervioso.
-Ya, como quieras.-Reí.-Por cierto, te has perdido de la mejor escena de la historia...mi madre conoció a Amaia.-Le comenté mientras caminábamos a la cocina que como me supuse estaba vacía.
-No me jodas, ¿es que va formal la cosa?.
-No que va, pero veníamos en el auto de ella cuando mi madre me llamó por lo de Marta.
-¿Y que tal?.-Preguntó riendo.
-Acojonante. La invitó a cenar y todo.
Pablo soltó una carcajada.
-Me hubiese gustado verlo...
-Créeme que si.
-Pero venga, dame detalles del fin de semana.
-¿Por qué eres tan cotilla?, no te voy a contar nada.
-La quieres ¿verdad?.-Rió.-Que gilipollas eres, tío. La tía esta te da vía libre para tener solo sexo ocasional y tú te enamoras.
-No soy como tú, lo siento. Además, Amaia tiene algo que...no sé, tío.-Suspiré.-Si, la quiero, y verás como ella también me querrá. Aunque no crea en el amor terminará creyendo...
Pablo rió meneando la cabeza.
-Ah oye, el tío este con el que estaba el otro día en el bar era su novio ¿no?.
-Si, pero es una relación bastante extraña la que tienen.
-Pues vaya si lo es, lo vi con una tía ayer en el mismo bar, y créeme que no era su hermana.-Rió.-Y tú te follas a su novia...vaya pareja.
Yo fruncí el ceño pensando que Pablo podría ser muy pijo pero era bastante vulgar a veces.
-Espera, ¿dices que tiene otra?, que cabrón...
-Pero vamos a ver, su novia tampoco es que le sea muy fiel...-Rió Pablo.
-Ya, pero...
-Además, mucho mejor para ti ¿no?, se lo dices y seguro termina con él.-Se encogió de hombros.
