Cada vez que pasaba, a propósito, por el lugar observaba a su hyung esperar por alguien. Llevaba toda la tarde sentado en la misma banca. Los ojitos le brillaban esperanzados y no había dejado de sonreír en toda la mañana.
Mañana en la que JongDae había preparado el desayuno para ambos, y mientras comían, su hyung le había contado de su súper plan para San Valentín. Al menor le parecía adorable ver al otro tan animado mientras lo oía hablar de aquello, pero estaba preocupado. Kim Minseok esperaba que alguien, chico o chica, se sentara junto a él y le pidiera ser su San Valentín. Que de la nada y solo porque sí alguien simplemente decidiera sentarse junto a él e invitarlo a una cita.
Al menor le parecía ridículo.
Normalmente, el catorce de febrero era para salir con la persona que amabas, ya sea un novio, amigo o familia. Compartir con alguien ya conocido, o simplemente ir a un gran evento de esos que estaban de moda en el último tiempo para encontrar pareja. Quedarse esperando porque alguien, mágicamente, se apareciera y sentara a su lado pidiéndole ser su San Valentín era ridículo. No pasaba ni siquiera en la película más romántica y cliché que pudiese existir.
A pesar de aquello, JongDae no quiso destruir la ilusión de su hyung de encontrar el amor y no le dijo nada, lo dejó hacer lo que quisiese. Sabía que nadie se acercaría a pedirle una cita porque, en primer lugar, no había mucha gente en la universidad aquel día. Y, en segundo lugar, ese súper plan era extraño. Y aunque fuera cruel admitirlo, JongDae estaba feliz con que nadie invitara a su hyung a salir.
Es que el menor llevaba un año tratando de enamorar a su hyung, con torpes coqueteos mientras estaba ebrio. Pequeños regalos y salidas al cine o una simple cena para animarlo cuando se encontraba estresado por los exámenes de fin de semestre. Invitarlo a acurrucarse en el sofá a ver alguna serie o simplemente los paseos que solían dar por la plaza. Nunca había pronunciado una palabra sobre sus sentimientos, pero JongDae pensaba que con aquellos gestos era suficiente.
No lo era, lo sabía.
Y ahora que Minseok se encontraba esperando que alguien le invitara a salir, le dejaba más claro que su hyung ni siquiera se había percatado de los sentimientos que tenía por él.
Le parecía ridículo el plan de Minseok, pero él también lo era, esperando que mágicamente este se enamorara de él. Sin decirle ni una palabra sobre cómo se sentía cada vez que le miraba a los ojos o cómo las mariposas se volvían locas en su estomago cuando la sonrisa del mayor se hacía presente.
Volvió a mirar a Minseok sentado en la misma banca, sin cambiar un poco su expresión esperanzada. Suspiró y se dirigió a paso rápido a la biblioteca, nuevamente. La tarea nunca se haría sola, aunque lo deseara con toda su alma.
🦖💖
El atardecer se estaba acercando y Minseok seguía en el mismo lugar. JongDae se había paseado cada tanto para ver si algo había sucedido, pero lo único diferente era la expresión de su hyung que se volvía cada vez más apagada.
A las seis de la tarde, finalmente, terminó su tarea y abandonó la biblioteca. Le había tomado demasiado tiempo, entre salir a ver cómo iba el plan de Minseok y la preocupación de que alguien efectivamente se acercara, se había retrasado.
Camino despacio a la salida, pensando qué podría para que su hyung se animara, pero se detuvo cuando vio que Kim Minseok seguía en la misma banca esperando, mientras observaba el atardecer, sin sonrisa ni ojos brillantes. Solo podía ver su mirada apagada y un pequeño puchero.
A JongDae se le rompió un poquito el corazón verlo así. Ni siquiera había gente cerca, la mayoría de las personas estaban disfrutando aquel día en el centro de la ciudad, así que no entendía del todo el por qué su hyung había elegido la universidad para concretar su súper plan de San Valentín.
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San Valentín 》 chenmin
Short StoryKim Minseok esperaba que alguien, chico o chica, se sentara junto a él y le pidiera ser su San Valentín.