Nuestro dia. Prideshipping. San Valentin Special XD

Advertencia: Contiene smut yaoi, sigue leyendo bajo tu propio riesgo.
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Atem.

Todo comenzó un hermoso y soleado día del verano, Atem despertó en su cama esa mañana de un mal humor excepcional, hacia ya mas de dos años que vivía en esa realidad y aun no se acostumbraba a los efectos secundarios de ir a una fiesta de viernes por la noche con Jonouchi.

La cabeza le dolía como si se hubieran pasado la noche golpeándolo con un martillo.

Se levanto de la cama como pudo y se fue directo a su baño, contiguo a su habitación, solo para tomarse una pastilla para el dolor de las que guardaba en el botiquín detrás del espejo.

Había empezado a guardarlas ahí desde que Jou lo convenció de que todo chico de 18 de la época aprovechaba que ya tenía la mayoría de edad para ir al antro y tomar como poseído, no es que se emborrachara fácil, pero esa era la parte que le daba mas miedo al principio porque sabía que muchos de sus secretos quedarían al descubierto cuando se pasara sin querer, después de la 7a ya no le importaba un comino.

Tras ducharse esa mañana decidió que sería buena idea ir a dar un paseo a la bahía, lugar que sin darse cuenta había comenzado a frecuentar.

Se vistió con sus pantalones de piel usuales, si chaqueta azul marino, una playera blanca de botones y unas botas negras, se colgó el rompecabezas del milenio alrededor del cuello y se puso su gargantilla.

Al salir de su habitación se percató de que tanto Yugi como el abuelo seguían dormidos y por sus ronquidos era de esperarse que no se levantaran en un buen rato.

No le prestó mucha atención pues él siempre era el que se levantaba primero en esa casa:

"Por qué te levantas tan temprano?" Recordó que Yugi le preguntó una vez "se supone que el fin de semana es para descansar"

"Viejos hábitos, supongo" Recordaba haber contestado encogiéndose de hombros en señal de indiferencia.

Checó su reloj por curiosidad ante este recuerdo en particular: 7:45.

Tal vez si era un poco exagerado que no se pudiera dormir a esa hora pero la fuerza de la costumbre lo sacaba de la cama a las 6:30 todos los días sin falta y este descubrimiento solo empeoró su estado de ánimo.
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Kaiba.

En otra parte de la ciudad otra personita apenas se estaba levantando, estiró sus brazos hacia el techo de su habitación en su gran mansión y al bajarlos hacia el estante junto a su cama para tomar su celular escuchó como algo caía al suelo con un *plop*. La alfombra amortiguaba la caída de cualquier cosa pero de todos modos se alteró y bajó de la cama con un salto para asegurar que aquel objeto no hubiera sufrido daño.

Al levantar el marco y comprobar que no tenía ni un rasguño largó un suspiro de alivio y se sentó en el suelo alfombrado a mirar esa foto y así comenzar bien el día.

En la foto salía él, sentado en una de las bancas del parque de Domino, leyendo un libro, o eso estaba haciendo hasta que alguien le llegó por detrás y se le lanzó encima, abrazándolo por el cuello. Ambos tenían una muy peculiar sonrisa verdadera en el rostro, no una desafiante, no su típica media sonrisa orgullosa, una verdadera, y esa otra persona no era otro que su rival: Atem.

Sonrió al recordar ese día en el que el faraón casi lo mata del susto y casi se mata el mismo al chocar contra la banca con el estómago, solo para conseguir que se riera y así obtener una sonrisa para su foto.

Volvió a poner la imagen en el estante junto a su lámpara y se fue a vestir.

Se puso una playera negra de mangas cortas y un pantalón de mezclilla muy obscura solo para enmarcarlos con una de sus extravagantes gabardinas, esta de un color azul medianoche.