¿Será casado? ¿Será soltero? ¿Viudo? ¿Separado? ¿O será divorciado? Es algo que solo él sabe cuando sube al colectivo de todos los días, sólo sabemos que tiene una hermosa bendición de 3, 4 o quizás 5 años.
Todos se derriten ante el niño que habla y habla, y que con su ternura te llena el alma y te sentís completo o por lo menos en ese momento.
Ya se ve a lo lejos en su parada, y mientras el colectivo se acerca, alza un brazo hasta extenderlo e indicarle al colectivero que deberá parar. Sube al colectivo con un niño en brazos, que ficha como docente, para que su padre, enternecido por el amor que emana la criatura, tenga su pasaje. Entonces los sentados, se pelean por darles el asiento al docente y al niño en que lleva en brazos.
En todo el colectivo se escucha esa voz, y el ambiente se endulza, con historia que solo un niño de jardín te puede contar y pregunta que un niño de su edad te puede formular. Vos te ponés a escuchar sus historias, pero no le prestás atención a lo que te cuenta el niño, sino que al niño que te cuenta sus fantásticas historias y son bellas porque él te las cuenta, y solo asentís y respondés, para que siga hablando y seguir escuchando su enternecedora voz. El padre no se hace problema, total baja cuando termina el recorrido.
El colectivo llega al final del último barrio y frena. El docente baja con el niño en brazos y camina hasta su casa, que no está lejos, pero que para el niño lo está.
Ya es hora de la merienda y el padre comparte una chocolatada con el niño. Aún escucha la voz del niño que habla y no calla, y el padre no quiere que calle, porque si calla es porque algo le pasa.
Una vez merendados, el docente se levanta, junta las tazas, las lava y las guarda, y niño espera jugar con su padre. El adulto sabe que le espera responsabilidades de cualquier docente, pero su hijo está primero.
Él, como docente de infantes que es, sabe elegir los juegos que al niño le gustará y a la vez, algo le enseñará.
Jugar con el niño le sirvió de inspiración, además de poder pasar tiempo.
Ya de noche, el niño se divirtió, se cansó, comió, se acostó y se durmió. Al padre le queda armar las actividades que han sido inspiradas para sus pequeños alumnos, termina de limpiar aquello que le ha faltado y se acuesta esperando el proximo dia donde se repite la historia.