Yao era uno de los cazadores a sangre fría más solicitados en toda Asia, aunque fuera chino se había ganado ese título a pulso, luego de que asesinaran a su familia completa y le arrebataran al amor de su vida.
《Malditos chupasangre, ellos acabaron con media ciudad...》
Y desde allí comenzó a cazar a todos los chupasangre que encontraba a su paso, no importándole si era un niño o alguien en cinta, Ming Ming sólo cazaba para intentar llenar un vacío en su interior que jamás sería llenado... O eso pensó, hasta que encontró a Samuel, un mestizo que no pertenecía ni a los humanos ni a los vampiros.
《—No pertenezco ni a los cazadores ni a los vampiros. No sé si soy humano o un monstruo. Pero lo que sí sé, es que quiero vengar a mi padre por todo el daño que le hicieron ambos clanes,—Dijo con seriedad aquel muchacho de ojos grises mirando al chino frente a él y proseguir con su monólogo: —sólo deseo que acabes con Joshua, o más conocido por su nombre de viejo, Hong Ji Soo—Al decir aquel nombre, el chino vio por primera vez al mestizo a los ojos, gruñendo bajo como si de un animal se tratara.
—Dime dónde encontrarlo y lo haré cenizas.
El de ojos grises sonrió de lado tendiéndole un sobre grande y gordo, para decir: — En House of Cards está el mal nacido, junto a otros cuantos chupasangre.》
Y aquí se encontraba, fingió estar ebrio para que lo metieran al hotel y comenzar su cacería en la que por fin se vengaría de Hong Ji Soo, aquel maldito que le arrebató no sólo a su familia, sino que también a su prometido.
Fue lanzado a la cama y en ese instante sin que los guardias que lo metieron se dieran cuenta, les atravesó la cabeza con una bala que no hizo ningún ruido gracias al silenciador del arma que se cargaba. El pelinegro vio caer ambos colosales cuerpos hasta que hicieron aquel ruido sordo al chocar contra el piso y murmurar un 'Malditos lame vergas' y salir de allí con el sigilo de un gato.
Uno, dos y hasta 8 chupasangre en su camino terminaron sin vida en el poco trayecto que llevaba caminando por aquel piso de ese extravagante hotel, aunque Ming Ming pensaba más en un matadero que en un hotel al ver a todas las jóvenes que salvó de quedar sin garganta. Y eso no sólo hacía enojar a Ming Ming, también estaba el hecho de que Joshua no aparecía en ningún momento y él ya deseaba largarse de aquel hotel de mala muerte.
No sin antes quemar el hotel.
—¿En dónde estás, maldito Hong? — Murmuró en un perfecto mandarín.
—¿A quién buscas, Mimi? —Escuchó el alto a sus espaldas, causándole un escalofrío aquel apodo que el contrario usaba para referirse a él. Volteó rápidamente, encontrando a su tan deseada presa, abrazando a un dormido muchacho entre sus brazos, cubierto sólo por una bata de seda: — Veo que el joven Mimi ha crecido, al igual que nuestro querido Jun Hui, ¿No es así, Juju? —Dijo con fingida ternura dejando de pie al muchacho que comenzaba a despertar, abriendo sus ojos y revelando aquel exótico borgoña en sus ojos.
—Sí maestro, he crecido como tú has dicho—Murmuró con sumisión el muchacho, jadeando ante el leve toque de su maestro que hacía que se arrodillara a un costado de él mientras veía al muchacho frente a él.
—Jun... —Murmuró el chino sin creer lo que veía frente a él. Intentó caminar hacia él, pero se detuvo negando con una risa amarga mientras levantaba su arma para comenzar a cargarla con nuevas balas: — Te voy a hacer sufrir, Joshua... Pero antes déjame darte un mensaje de tu hijo. ¿Sí recuerdas que tienes uno? —
Ante la pregunta del pelinegro, el vampiro y su sumiso quedaron sorprendidos pero Joshua fue el único en no demostrar su sorpresa y decir: — Ah, ¿Qué mandó a decir? —Preguntó levantando a Jun Hui y colocarlo frente a él a forma de escudo mientras comenzaba a besar el blanquecino cuello de este que comenzaba a reaccionar ante aquellos toques.
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ENDING DEGENERATE MINGRY
FantasyEl dolor le hizo ser así, vengativo y frío. Los chupasangre le arrebataron lo que más amaba, en especial Hong Ji Soo que le arrebató de los brazos a su querido Jun Hui. Pero con el pasar de los años, un adolescente de ojos grises le ofrece la mayor...