Después de varios días de esa noche con Dean, no hemos vuelto a hablar, a la mañana siguiente me fui sin despedirme lo más rápido que pude, ahora que lo pienso, debí haberlo hecho, pero en su momento no tenía cara para hacerlo después de todo
Mientras ordeno mi escritorio, buenos y malos recuerdos comienzan a aparecer en mi cabeza, la escuela, mis sueños, las ganas que tengo de poder ir a la universidad, el orgullo de mi madre si estuviera aquí.Al terminar la preparatoria, mi sueño era continuar la universidad, quería estudiar para ser profesora, los niños siempre me han encantado, su pensamiento, inocencia y dulzura es algo que me abruma de total ternura. No pude seguir estudiando, mi padre tenía tanto miedo de estar solo, que decidí no ir, él jamás me lo impidió, pero veía en sus ojos que odiaba la idea de que me fuera.
Suena mi móvil, es Dean, ¿le debería contestar? Sinceramente no estoy preparada para entablar una conversación con él.
Minutos después vuelve a sonar, pero esta vez es Olvia, mi amiga de preparatoria. Lo cojo.
-¿Dónde te has metido? Hace semanas no se de ti. -me reclama.
-He estado en casa, no hay mucho que hacer por aquí. -respondo.
-¡Pues te tengo noticias!
-¿Debo preocuparme?
-Al contrario, Marion, te he conseguido un empleo.
Esto es algo que todo el mundo me ha preguntado, ¿si no estudio, por qué no trabajo? Y la verdad es porque mi padre no me ha dejado, él me dice que mientras esté aquí y no me falte nada, no tengo la necesidad de hacerlo.
-¿Y estaré sola?
-Por supuesto que no, ¡estaré contigo! ¿No es genial? Las mejores amigas trabajando juntas.
Olivia es esa chica que le encanta el escándalo, hablando de una buena manera, salir a fiestas, viajes de amigos, discotecas, bailes, es demasiado extrovertida.
También es una rompecorazones, he perdido la cuenta de a cuántos chicos y chicas le ha roto el corazón, aunque no los culpo, cualquier persona con buen gusto acabaría enamorándose de ella, su piel morena brillante y ojos verde brillante te atrapan de inmediato, ni hablar de su cuerpo, curvas aquí y curvas allá, parece que la esculpieron a mano, es la Rihanna británica.
-Es una pequeña cafetería, ¡pagan muy bien! Y además es solo un turno, ¿no es genial?
-Hablaré con mi padre, sabes lo que piensa del trabajo, ¿te puedo contestar por la noche?
-Claro, ¡solo no tardes demasiado! Ya que estamos hablando y es muy difícil contactarte, ¿qué te parece si salimos por un café?
Escucho como tocan la puerta de mi casa.
-Me encanta el plan, pasas por mí a las... ¿7:00 pm?
-Estaré allí en dos horas, y por favor, sacale provecho a esa carita hermosa que tienes.
Siguen tocando la puerta.
-Dos horas, apuntado. Debo irme, alguien llama a la puerta. -me despido.
Bajo corriendo las escaleras hasta el primer piso, sigue tocando como loco.
-¡Un momento!
Abro. Dean.
Sin decirme palabra alguna, entra empujandome.
-Vaya, así que te estás escondiendo de mí. -me dice en un tono molesto.
-He estado ocupada, Dean... ¿Qué buscas?
-¡Respuestas! Después de esa noche no me has buscado, ni siquiera te despediste a la mañana siguiente, ¿qué pasó?
-No quería molestarte, estabas exahusto. -trato de justificarme.
-Es estúpido y lo sabes.
¿Cómo decirle a un chico que no te interesa?
-Está bien, lo acepto, fui una tonta, lo siento, ¿quieres un café? Puedo preparar un poco...
-¿Qué pasa con nosotros? -me interrumpe, ¿está bromeando?
-Mm, ¿qué pasa de qué? -trato de esquivar la conversación- ¿seguro que no quieres café? Tengo uno nuevo que sé te encantará. -realmente soy pésima en esto.
-¿Crees que soy tonto? ¡Marion, pasamos la noche juntos! Quiero saber qué somos.
Me doy la vuelta, ignorando su pregunta y puedo notar que eso lo enfurece más. Llego a la cocina, tomo dos tazas y un recipiente para empezar a calentar el agua. Aún estando a tres metros de distancia puedo escuchar su respiración acelerada del coraje.
Coloco las tazas en la barra, pero antes de poder darme una vuelta para calentar el agua, Dean golpea con el puño y hace que todo tiemble, hasta yo.
-¿Puedes dejar de fingir que no estoy aquí? -me dice, mirándome directamente a los ojos. -¿Por qué te cuesta tanto aceptar que dormimos juntos?
Nos miramos fijamente sin decir nada, tiene el ceño fruncido tan fuerte que temo que se quede así para siempre. No digo nada, no dice nada. Este es un lado que no conocía de él, tan posesivo... ¿Así es con todas las novias que ha tenido? No me agradaban, pero esto es un límite.
Somos mejores amigos, lo hemos sido por mucho tiempo para que un desliz lo arruine todo. Además, no hubo sexo, solo unos cuantos toqueteos. No entiendo por qué le afecta tanto.
-Bien, ¿quieres saber que pienso? -también golpeo la barra pero no logro un efecto como él. -, esto es tonto, fue un desliz, Dean.
-Creí que era algo más -noto en su voz decepción, tristeza, su ceño comienza a relajarse y sus ojos a humedecerse un poco.
-Eres mi mejor amigo, ¡fue un accidente! Estábamos sensibles y acostados en la misma cama, ¿crees que la cosa no iba a acabar como lo hizo? -continúo rompiendo su corazón-, abre los ojos, no te quiero, Dean, no como tú quieres que lo haga.
Retira las manos de la barra y da un paso hacia atrás, mis ojos logran captar una lágrima que recorre su mejilla, frota su rostro con ambas manos antes de soltar un grito, golpea las tazas sacandolas a volar haciendo que se estrellen. Estoy furiosa.
-Deja de actuar como un maldito bebé, ¡madura, comienza a afrontar el rechazo!
-Dime cómo, porque yo no sé. ¿Crees que es lindo? Me gustas, Marion, fui un estúpido al no darme cuenta antes de eso.
-Tú a mí no. -respondo, esto ya se excedió.
Golpea una lámpara.
-Comienza a controlar tu ira y después me dices que te gusto.
-No me digas que hacer -grita y me apunta con el dedo-, ¡tú me estás convirtiendo en esto!
-No, no, no, no te confundas. No me quieras echar la culpa de tus malditos problemas mentales.
-Ah... Problemas metales. Creo que esta discusión no nos está llevando a nada.
-¿Crees? Diablos, Dean, no sé quién eres en este momento.
-Soy un chico a quien rechazó la chica de quien está enamorado, me parece justo que esté molesto.
-¡No! No te da derecho de romper mis cosas y menos de gritarme.
Las cosas comienzan a suavizarse un poco, él se sienta, lleva sus codos a las rodillas, haciendo que sus manos tapen su cara y escucho como llora, ¿así son los hombres de intensos?
Después de tanto tiempo siendo amigos es una tontería que acabe así por una noche, estuvo bien, pero sin duda nada comparada a los años de amistad.
Me acerco a él, sigue llorando, me duele verlo así y aún más porque es por mí, pero no puedo hacer nada más. Me siento a su lado y rodeo mi espalda con mi brazo mientras recuesto mi cabeza en su hombro.
-Lo siento... -susurro
-Marion, dime que no fue un accidente, por favor.
Ahora ¿qué rayos le digo? No quiero mentirle, pero tampoco lastimarlo.
-Escucha, Dean, te amo, esa noche fue... Maravillosa -empiezo. Y no miento-, me gustó todo, pero no te veo como tú a mí, eres mi amigo, nada más.
-Lamento esto, las tazas prometo que te las repondre. Siento haber sido un idiota. Sabes que he tenido novias antes, pero tú... Diablos, no sé ni cómo describirte y eso me encanta.
-Dean... -empiezo a decir.
-No -me interrumpe-, déjame hablar. Sé que no quieres nada conmigo, pero, ¿al menos lo podemos intentar?
-Un paso a la vez, león. -creo que esta vez no fui tan mala.
Me abraza, luego de todo este problema creo que se siente arrepentido. Intenta besarme pero me alejo, no se molesta, a cambio besa mi frente.
-¿Quieres ir al parque ? Sé que no es un buen momento para preguntarte, pero creo que necesitamos una distracción.
-Mira cómo estoy vestida, aún tengo la pijama encima, creo que no es apropiado.
Reímos, esto me gusta, nuestra relación, nuestra amistad, haya pasado lo que pasó, no dejamos de ser unidos, sé que el quiere algo más...
-¿Qué estás dispuesto a hacer por mí? -le pregunto.
-Creo que sé a qué viene esto.
-Solo respondeme.
-Todo.
-Deja de fumar. -suelto inmediatamente.
-Eso no va a pasar.
-¿Prefieres verme con otro chico? Bueno...
-Marion, por favor, deja de hacer esto. No quiero dejar de fumar, me gusta.
-También te gusto yo.
Me mira dudando, quizá está harto de que lo moleste con esto de su adicción pero... No pienso quitar el dedo del renglón hasta que logre mi objetivo, haré por las buenas o las malas que deje este hábito.
Siempre que lo veo fumar, veo a mi madre con un cigarrillo en la mano, sus dientes amarillos, su piel muerta y su tos alborotada.
No quiero llegar a ver que Dean esté así, esto no lo llevará a nada bueno, es mi alma gemela.
-¿Qué opinas de un grupo de apoyo? -pregunto.
-Estás loca.
-Y tú enfermo.
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Apaga tu cigarrillo
RomanceLa madre de Marion falleció cuando ella tenía 14 años de edad, a causa de un cáncer de pulmón, provocado por el tabaco y desde entonces ella se prometió nunca fumar uno en su vida. Ahora ella trata que su mejor amigo, Dean, deje de fumar, ya que...