Capitulo 1: "Desde el origen de los tiempos".

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La lucha constante entre la maldad y el bien ha existido siempre, desde que el hombre apareció, de hecho antes, cualquier teoría, cualquier película, cualquier cosa, siempre tiene un lado positivo o negativo. Un ejemplo claro sería el de Adán y Eva, en el que ellos son los buenos y la manzana, aquel fruto prohibido lo malo, o ¿Qué tal este otro? "El Resplandor" clásico libro de Stephen King en el que se refleja como Jack, el protagonista, es tan bueno pero el Hotel tiene más control sobre él, y la maldad lo consume.

Así a diario entre los humanos, en la vida actual, en todos lados es así.

Hoy, te adentrare a la vida de Lila Waldorf, chica de excelente fama escolar, familia en buena posición económica, que de día puede ser la flor más exótica y difícil de conseguir... Pero de noche se vuelve la fiera que más huesos a destruido.

Nos adentraremos en la hermosa ciudad de Londres, lugar del té, de las cabinas telefónicas.

En una casa, de miles, adentrándonos por una ventana que da espacio a un cuarto de color morado, con decoraciones que cualquier adolescente podría tener, lo típico, bandas que le gustan, teléfono, laptop, libros, etc. Está dormida Lila, en el silencio de aquel vecindario, se empieza a escuchar el "Tic Toc" de un reloj, poco a poco se acerca a la hora programada, esperen unos segundos.

"Brrrrrrrrr"- Se escuchó interrumpiendo el silencio, Lila, con la mano como podía apagó la alarma.
-"Por favor, que ya se acabe el día, ya es viernes, déjenme dormir".-Se escuchaba a la chica quejarse.

Lila era de estatura media, de cabello negro, corto, de ojos color miel, como cualquier otra chica con 17 años, a punto de cumplir 18, graduarse y elegir el camino de su vida, que en la escuela era la perla perdida o la pintura de excelencia, pero a veces no todo es como lo pintan.

Cualquier humano guarda secretos, cualquier humano llora, odia y sufre. La vida tiene diferentes matices, y es bien sabido que nada en exceso es bueno.

"Hoy toca deportes, vamos a bañarnos". -Decia la chica con flojera pero esperanza de que eso aumentaría su emoción por ir a la escuela, al entrar a su baño, se desvistió como siempre, y como cada día al estar desnuda, pasaba su manos por aquellas estrías, aquellos cortes que alguna vez se hizo.-"¿Algún día desaparecerán? ¿Algún día dejarán de atormentarme y decirme que desgraciada soy? -Lila decía con tanta tristeza esto, buscaba varias veces su propia aceptación, la gente le decía que había operaciones para quitar eso, que no se preocupara, pero no, ella no necesitaba eso, necesitaba amarse a sí misma, eso era lo que ella quería, y sobre todo aceptar las marcas de su pasado, aquellas estrías, aquellos arañazos, marcas, que dejan huella en la mente más que en el cuerpo.

Al ducharse, dejó caer aquella agua de temperatura templada, cantaba como si nadie existiera, era libre y no le daba miedo admitir que tanto amaba la música y cantar aunque fuera para ella misma.

Al terminar la ducha se escuchaba a una madre llamando a la puerta -Lila, a desayunar, hoy tu papá te llevará, yo tengo que salir a una cita con el doctor-. Aquella señora era Samantha Moore, madre de Lila, señora ama de casa de cabello rojizo y piel pecosa, que amaba a su familia como nunca, eso sí, de carácter imponente y explosivo, pero su amor acaparaba eso. -"Déjame terminar de cambiarme y bajo, gracias".- Decía Lila, mientras que terminaba de ponerse los tenis y ponerse su crema para el acné, aunque su problema no era severo, si tenia un poco de acné.

Abrió la puerta y bajo las escaleras, al llegar encontró a su padre, sentado en aquella silla de madera, que daba vista a la cocina y a la puerta principal. -"Pensé que nunca bajarías, sé que las mujeres son vanidosas pero tú no te arreglas como para tardarte tanto"- Decía el señor Logan Waldorf, señor alto, de cabello negro, de piel un poco morena, empresario de una gran empresa de comercio de alimento, encargado de los negocios internacionales.- "Ja, no me arreglaré pero mínimo tengo que elegir algunos tenis que combinen como estado de ánimo hoy".- Le contesto Lila mientras desayunaba, recordando que hoy después de clase tenía cita con su psicóloga le comento a su padre: -"Hoy, después de clases iré con la psicóloga, para que no pasen por mí, ya sabes a qué hora salgo".

"Sangre Neón" #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora