|San Valentín| Finalizada

•San Valentín•

Si tuviera que describir lo que siento en estos momentos no sabría por dónde empezar.

Hoy 14 de Febrero del 2018 se supone que es el día más feliz de las parejas, pero ese no es mi caso.

Pensé que podríamos pasar juntos este 14 de Febrero pero a Naruto se le antojo mandarte lejos y a mi mantenerme ocupada en el hospital.

Ya había juntado todo el coraje para confesarme a ti, y ahora siento que éste ya no está, se ha esfumado y por un lado estoy agradecida con Naruto por darme más tiempo y por otro lado me siento mal.

Quería decirte todo lo que siento, quería avivar estas llamas que siempre están a la misma intensidad, pero ahora todo se ha ido por el caño, ahora ya no me siento preparada para ir a enfrentarte.

Espero que donde estés, la estés pasando bien.

ATTE: la de siempre.

-.-.-.-.-.-

Hace poco me independice y con el dinero de las misiones y del hospital me pude comprar una casa, no esta tan cerca de la de mis padres pero tengo más privacidad para mi, mi vecina de enfrente pertenece a los ANBU y casi nunca está en casa y los vecinos de los costados son personas mayores, gente que se dedica al comercio y que viven constantemente de viajes.

Entre apresurada, cerré las puerta tras de mí y me apoye en ella.

—Qué día de locos —susurre tras comenzar a subir a mi habitación.

Tuve tantos pacientes que atender hoy, personas a las que le salió mal su día de San Valentín por distintos motivos, desde palizas por parte de sus esposas hasta personas intoxicada por el exceso de chocolates con alcohol.

—Chocolate y alcohol —murmure tras dejar sobre mi cama una bolsa de nylon con varias golosinas, por supuesto muchos chocolates.

Muchos de estos chocolates los recibí por parte del personal médico y otros de personas de afuera que solo pasaban a dejarme los chocolates, llamando así la atención de varias de las enfermeras que cuchicheaban algo de ser una de las solteras más codiciadas. Mientras tanto al escucharlas solo me reía, si ellas supieran que está soltera está enamorada y que no soy tan codiciada como ellas piensan.

Me saque la bata, me descalzase y me fui a bañar.

(...)

— ¡Aghh! —grite tras pegar un portazo y salir escaleras abajo en búsqueda de refugio.

Acababa de salir de la ducha y de ponerme la ropa interior cuando un insecto no identificado entro por la banderola del baño y me comenzó a perseguir, lo único que vi antes de salir urgente fueron unas patas peludas que me dieron escalofríos.

Termine de bajar las escaleras, corrí hacia la cocina y cerré la puerta de un golpe solo para subirme encima de una silla y agarrar un kunai que tenía en la repisa y quedarme en silencio.

Habrán pasado como diez minutos cuando al no sentir ni el más mínimo movimiento baje de la silla y comencé a acercarme a la puerta y lo escuche, andaba al otro lado, otro escalofrió me dio y con más fuerza agarre el kunai.

Abrí con lentitud la puerta y nada, no se veía nada.

Mire hacia todos lados pero la oscuridad no ayudaba, la única luz que se veía era la de mi cuarto, en la planta de arriba que alumbrara solo una parte de las escaleras, cuando de pronto vi un movimiento al frente y por instinto tire el kunai.