parte 3°

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—Oh Dios, Ben, acércate, mira esta casa. ¿Hiciste algo hoy? ¡Ben, baja aquí ahora mismo!

Eso fue lo que escuché.

—¡Sí, ya voy! ¡Déjame guardar!

—¡Ahora, Ben! —Gritó mamá, estaba enojada.

Caminé fuera de mi habitación y bajé las escaleras para ver que los gemelos habían puesto la casa patas arriba mientras yo jugaba mi juego nuevo, y la mirada en la cara de mamá podría haber matado, y digamos que no iba a ser a mis hermanos.

—¿Ves esta casa? —Me preguntó en ese tono que sabes que no ganarás aunque contestes correctamente, así que simplemente no respondí y solo asentí mirando un punto en la pared

—Ben, esto es suficiente, necesito tu ayuda cuando estoy trabajando. No te pido que hagas mucho, solo que mantengas la casa limpia, cuides a tus hermanos y te quedes fuera de las peleas, y ni siquiera haces eso, escuché del vecino que tú y Jack pelearon de nuevo… ¡Nada que decir de ti mismo! Vamos, Ben, ¿Por qué tienen que estar peleando todo el tiempo?

Protesté: "¡Él empezó!"

Pero ella solo se quedó ahí, mirándome.

—Deberías de haberlo parado, Ben. Tienes 13 años, no más juegos infantiles. ¡Un corte más y voy a quitarte todos tus juegos! ¡Ni una palabra más!

¿Por qué siempre era mi culpa? Yo no hacía nada, pero siempre me metía en problemas y la peor parte, mamá me quitó mi nuevo juego antes de que le mostrara que podía salir más con otros chicos y cuidar la casa como ella dijo. ¡Qué molestia!

—Oye, Ben. Como no tienes ningún videojuego que jugar, ¿nos podrías llevar al parque? —Preguntó mi hermano. Lo miré a él y a mi hermana que se estaba escondiendo detrás de él.

Ben DrownedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora