01 ♦ Visualización

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Abrió la puerta C del cuarto piso.
Ya dentro, tiró la mochila en la silla del escritorio y casi por inercia se dirigió a la cama y lentamente durmiendo en los brazos de Morfeo, pensando:

«¿Qué tiene de aterrador escuchar a personas asustadas por futuras acciones del que se autonombró dios de este mundo

Hace cinco años ocurrió exactamente lo mismo: muertes. Es ridículo actuar con miedo a estas alturas del partido.

Pueden no ser inocentes ya que los primeros siempre fueron criminales que por algún motivo se hallaban tras rejas o huyendo de leyes; no obstante, hay pruebas de sobra para saber qué hacía Kira cuando alguien se interponía en su camino.

Su conclusión: tan inocentes no eran o estos asesinatos no se atribuyen a él. ¿Otro dios entre todos nosotros?

No es algo que concierna a simples mortales que por idiotas dan inspiración a que aparezca un dios que nos diga y obligue a hacer lo que debemos.
Patético, hasta te acostumbras.

***

9:37 pm. Ciudad de Hakone

Figurativamente muerta en su cómoda cama, la chica logró abrir los ojos con total lucidez.
Dio un pesado suspiro antes de tocar el suelo y caminar hasta su mochila. La abrió, sacó la revista de Tenis y la abandonó en una repisa sobre la computadora.

Sacó sus cuadernos dispuesta a realizar los deberes del día siguiente. A esta hora debería dormir pero al cruzar la cancha de tenis que pocas veces estaba habitada, observando los dos chicos de secundaria en un animado partido de práctica  olvidó sus obligaciones.

Terminó con Química, Historia, Geografía y Ciencias Económicas. Por costumbre tenía una semana para presentar todo pero igual las hacía un día antes de entregar.

Encendió el televisor y en la computadora ingresó a internet mientras escuchaba el noticiero en un volumen adecuado a su distancia. En el buscador escribió lo mismo que leyó esa tarde: "El Retorno de Kira".

En el noticiero, un reportero explicó lo mismo que sus ojos veían ahora en el monitor:

«Hoy a las 9:00 pm Kira transmitió un mensaje por medio de un programa hacker a gran escala, logrando llegar a cada rincón del mundo en menos de cuatro minutos».

Ella apagó el televisor y buscó bajo la cama los auriculares. Volvió a la silla, los conectó. Antes de dar Play, con sus ojos verificó la cantidad de reproducciones. En tan sólo una hora con cinco minutos, el video constaba alrededor de cincuenta millones de visitas.

Lo primero que apareció fue la letra K en caligrafía gótica, color negro. Cuatro segundos después, una voz claramente alterada por efectos de computadora comenzó el discurso:

"Saludos habitantes del mundo. Yo soy Kira. He decidido mandar este video a cada rincón del planeta para que sepan la verdad oculta en las mentiras del cielo.
Estoy seguro que están informados de las muertes que se confieren a mi nombre, lamento informar personalmente que sólo soy responsable de DIEZ de las VEINTISIETE víctimas. Aunque ese no es mi punto.

Recientemente el gobierno norteamericano negó que Kira está tras las rejas. En realidad, lo estuvo y logró escapar pero en el proceso murió de un paro cardíaco. Sin embargo L y el FBI se ocuparon de conservar el secreto para mantener el índice de criminalidad por un tiempo.

L, yo soy Kira y tengo una propuesta: ríndete y devuélveme la libreta. Oponerse sólo será perjudicial para ustedes.
Me encargaré de limpiar el desorden que provocaron.
Piensa tu respuesta el tiempo que desees. Y no lo olvides: Soy el dios del nuevo mundo"

Cuatro segundos más y la pantalla indicó el final.

En la habitación el silencio intentó reinar el tiempo, pero no pudo. El sonido de una ambulancia llegó hasta los ahora descubiertos oídos de la joven.

Se escuchaba cerca. Se levantó del asiento y con paso firme caminó hasta su ventana de perfecta vista frontal al edificio.

Deslizó la cortina, asomó su rostro y por el vidrio observó la ambulancia estacionar sobre la vereda.

Un médico corrió rápidamente rumbo a la entrada y ella decidió abrir la ventana, viendo así varias personas rodeando espantados el cuerpo de una mujer de mayor edad, en posición fetal, sobre un charco de sangre.

Ella reconoció fácilmente el cadáver.

De repente sintió golpes desesperados que provenían de la puerta, no estaba segura pero fue hacia ella y retiró los seguros, cuando abrió, su ojos conectaron con los ojos llorando de una joven de aproximadamente veinte años.

— ¡Por favor, ayúdeme! Me llamo Naomi, vivo en el departamento F del quinto piso. ¿Notó una mujer adulta pasar por aquí? Es alta, flaca, de cabello castaño oscuro con canas. ¡Yo...! —los sollozos se presentaron ante la mirada de la menor— E-estaba en la cocina preparando la cena... y ella veía la televisión... la escuché llamar a alguien y cuando fui a ver, ¡no estaba!
Por favor ayúdeme.

***

Tinta Vital ♦ Death NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora