Prólogo

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Alguna vez escuché a una psicóloga decir que los adolescentes eran naturalmente crueles. No tenía nada que ver con la pureza del espíritu, era una predisposición programada en nuestra psicología, y el que luchaba mejor contra ella, tendría más probabilidades de prosperar socialmente. Por aquel entonces pensaba que esa hipótesis debía tener una excepción, y como preadolescente que era me emocionaba la idea de hacer algo con mi personalidad que pudiera dar a notar lo mucho que podía diferenciarme de las demás. Lástima que para cuando había cumplido quince años, la crueldad ya formaba parte de mí, y aun no entiendo cómo pudo haber eso pasado.

Ser cruel nunca estuvo dentro de mis planes, pero se volvió parte mi silenciosa rutina cuando mi tía decidió que ya tenía edad suficiente para ganar los concursos de belleza, o como a mí me gusta llamarles: PEPPE, Programa de Entrenamiento para Potenciales Prostitutas de Élite. Aunque sinceramente a veces pienso que estoy cometiendo un eufemismo al apodarlos así. En ese espectáculo organizado por y dirigido para gente estúpida conocí a muchas personas y aunque parezca contradictorio, hay una larga lista de cosas que puedes aprender de ellas.

Por ejemplo, está Coral, que sabe cómo utilizar el rizador de pestañas sin lastimarse un ojo, es realmente hábil. Conocí también a Daphne, que sabe cómo coordinar su vocalización con la pista durante las pruebas de talento musical sin que –casi- nadie de cuenta, es tan talentosa. Incluso conocí a la clásica Eadlyn, una veterana de los concursos que supo desde joven qué tenía que hacer para tener el jurado rendido a sus pies con sólo elegir el vestido adecuado. Mi más grande frustración es no haber sido tan pura y modesta como ella. Pero desde luego ninguna de ellas se compara con la magnífica Angelique String, a quien conocí el día que gané mi primer concurso de belleza. Angelique es todas ellas y sólo ella al mismo tiempo, es horrorosamente hermosa, calculadora y es una gran fanática de ella misma. Al igual que todos los que la conocemos.

Sin embargo, aunque podría tener mucho que envidiarle, la verdad es que odiaría ser como ella: pretender que sólo sirves para lucir bonita, ser una completa hipócrita con todos todo el tiempo y luego tener que callar tu consciencia con grandes dosis de comidas dietéticas y aventuras amorosas con hombres mayores... y toda la basura emocional que eso conlleva. Mucho drama para quien se limita a sonreírle a través del espejo mañana tras mañana. Mucho drama para mí.

Se tiene que ser intrépida para evitar atribuirse abiertamente el mérito de ser la estereotípica adolescente cruel; hay que saber actuar, acostumbrarse a la idea de que estás interpretando el papel de tu vida... a diario. Nadie puede conocer que tienes un diamante por corazón y que de tus poros brota el más puro de los cianuros. Agradarles a todos es sólo el primer peldaño. Cuando, mentalmente, te construyan altares donde el incienso de cada día sea la envidia, entonces y sólo entonces, te habrás coronado como la reina.

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⏰ Last updated: Feb 16, 2019 ⏰

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Los Demonios de AngeliqueWhere stories live. Discover now