UNA TAZA DE CAFÉ

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Había una vez, un hombre, que paseaba en el campo, pero en eso, se le aparece la muerte, el sin poder creerlo, escucha atentamente a la muerte.

Muerte: Joven, he venido a terminar con tu vida, hoy es tu último día.

Hombre: ¡No!, ¡Por favor!, ¡No me quite la vida!

Muerte: Lo lamento, así debe ser, eres el primero en mi lista.

Hombre: Bueno, por lo menos, déjeme tomar una última taza de café, ¿Gustaría pasar a mi casa y tomar una también?

Muerte: De acuerdo, per solo una :)

Así, el hombre y la muerte llegaron a la casa, y con amabilidad, el hombre le oreció un asiento a la muerte. La muerte contenta, se dispuso a esperar a que el café estuviera listo, y cuando tuvo la taza en sus manos, se dispuso a beber. De lo que no se percató, fue que el hombre le había colocado gotas para dormir a la bebida, por lo que la muerte cayó profundamente dormida. 

El hombre, apresurado, sacó borrador y lápiz de un cajón, tomó la lista de la muerte y borró su nombre, para escribirlo nuevamente, pero esta vez, hasta el final de la lista. Después de unos minutos, la muerte despertó.

Muerte: ¡Oh!, discúlpeme, debí quedarme dormido.

Hombre: No se preocupe, es razonable, ya que tiene mucho trabajo todos los día, y sin descanso. 

Muerte: Es cierto, pero bueno, gracias por el café, más me temo que debo partir.

Así, el hombre acompañó a la muerte hasta la puerta, y mientras la muerte se seguía yendo por el camino, se detuvo a pensar. 

Muerte: Ese buen hombre, nunca nadie había sido tan amable y generoso conmigo como lo ha sido él, para pagarle tal favor, lo dejaré vivir un poco más, por lo que esta vez comenzaré con el último de la lista. 

Ese hombre no volvió a ver la luz del día, ya que en la mañana siguiente, se encontró muerto, justo en la mesa de su casa, con una taza de café.



UNA TAZA DE CAFÉWhere stories live. Discover now