Prólogo.
-Vuelve a mi, cariño. No me dejes, no de nuevo.
Lo había hecho, me volvía a dejar solo y agobiado, una vez mas.
Mientras la veía alejarse, no pude reprimir unas cuantas lágrimas. Mis rodillas temblaban.
Su mirada cargada de odio y olvido había perforado mi alma.
Recuerdos de lo que alguna vez fue, y ahora había sido así olvidado penetraban mi cabeza
Había hecho lo mejor que podía, pero al parecer no había sido suficiente.
Un dolor punzante invadió mi pecho, mi vista se nublo, caí al piso.
- ¡Sr. Zapata!- Fue lo último que escuche.