16/02/2019

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De mí, para mí...

Hoy no me siento bien en lo absoluto. A esta chica, Giuliana, con la que he estado hablando tanto tiempo y por la que he caído al fin, la que me ha sacado del pozo sinfín que creía jamás poder salir, la que siento que enloquezco por y la que me mantiene a pie al mismo tiempo, ella misma, a ella le cuesta demostrar sus sentimientos. Y está bien, está perfecto, es entendible y tengo que respetarlo. ¿Pero qué hay de mis necesidades?
No me siento suficiente para satisfacer sus quereres, no me siento hermosa como para enamorarla, no me siento plena como para llenarla a ella, no sé si tengo el tamaño para entrar a su corazón. Porque no me lo demuestra. Y tengo miedo, por momentos, me siento en el borde del abismo y es ella quien me coge la mano. Un dedo menos, caigo al vacío. ¿Qué hago?

Queridísima yo...

Es también entendible que pienses así. Sales de un mundo donde todos demuestran lo que piensan y sienten, más tú que estás tan acostumbrada a constantemente hacerlo que no soportas muchas horas sin decir lo que pasa por tu mente. Te has sentido humillada, traicionada, despreciada, por esto. Pero también honorada, amada, valorada. La vida tiene un lado soleado y otro sombrío, mi querida, y debes aprender que no todo brilla como quisieras que fuera.
¿Pero qué hay de tus necesidades? Bueno, ni bien a Giuliana le resulta más difícil que a ti expresarse, lo hará sin dudas. Porque te quiere, porque te lo vas a ganar. Porque te lo mereces. Porque sos más que suficiente, muchísimo más que hermosa, plena y del tamaño exacto y preciso. Te lo demostrará, de la manera que menos esperarás. No te preocupes, tienes más personas tomándote de la mano, las veas o no. Nadie te dejará caer al vacío. Y si hay alguna duda, a veces nos hace falta un pequeño golpe para darnos cuenta que no debemos caer por nada ni nadie. Porque como eres suficiente, hermosa y valiosa, debes entender que lo lidias mejor sola. Lo sabes en el fondo. Y si Giuliana, o quien sea, no hace nunca lo que siempre esperas, entonces planta tus pies en el suelo y camina, mujer, que de eso estás hecha. De fuerza y valentía, autónoma como una roca, con gracia como una rosa. Eres increíble, como tu historia.

Consejos de uno a unoWhere stories live. Discover now