1- "Escaparse"

334 34 19
                                    

Bakugou Katsuki era un príncipe lleno de furia y odio. Y de tareas, tareas aburridas y cansadoras. Lo tenían harto. O, más que eso. Lo tenían demasiado abrumado, hartísimo.

Y fueron esas las razones y excusas del príncipe, para escaparse de su castillo. Aunque fuera solo por un rato, por lo menos quería conocer bien su reino... Ya  que nunca lo dejaban salir.

Ató varias sábanas de seda que encontró en su closet, uniéndolas para poder irse por la ventana. Una vez terminó, hizo tal como planeaba... Y al por fin tocar el suelo, sintió un alivio tremendo.

No sabía por dónde empezar. En realidad solo quería alejarse de sus tareas, demostrar su rebeldía y reafirmar su fuerte carácter.

Con una pícara sonrisa y sus ropas de campesino común, comenzó a dirigirse al azar hacia el bosque. Era un bosque muy grande y hermoso. Muchos decían que estaba lleno de hadas, y que hasta se podían encontrar huevos de dragón... Aunque según los informantes del reino, estaban en peligro de extinción después de años y años de cazarlos y robar sus huevos para comerlos.

Paso a paso, lentamente. Tomando del enriquecedor aire, bien oxigenado por la cantidad de árboles que se hallaban a su alrededor.

Se tomaría su tiempo, por las dudas de que lo encerraran de por vida sus padres. Esos malvados "brujos" quienes desde chico lo castigaban con palizas de alguien contratado, y quienes creían más en la violencia que en el amor. Eran horribles y los odiaba. Aunque en realidad... Muy, pero muy en el fondo, los quería. No podía evitarlo. Después de todo, eran de su sangre.

Nunca lo dejaban salir porque decían que solo correría peligro, que era una tonta idea el querer ver a los campesinos y conocer a los extraños pobladores y hechiceros del reino.

Pero él siempre había tenido una curiosidad enorme. Tenía ganas de conocer el mundo, y este era un pequeño paso hacia eso. Cuando fuera el rey, estaría todo el tiempo mandando al resto a encargarse de todo mientras él solo disfrutaba. Y para eso, le quedaban unos años todavía.

Llegó a un lago. Era muy pacífico y hermoso. Veía unos brillitos muy atractivos a la vista, flotando por alrededor. Las aguas eran violetas, que se iban tornando rosadas con las pequeñas olas inexplicables que se formaban más hacia el fondo, adentrándose tan solo un poco más en el bosque.

Cuando iba a dar otro paso, sintió un ruido fuerte y se escondió detrás del primer arbusto que encontró, casi al instante.

Unos segundos de silencio después, se decidió a echar un vistazo. Veía una figura extraña... Era un campesino.

Llevaba unas túnicas largas, que le cubrían gran parte del cuerpo y cara. Se preguntaba qué clase de campesino era, que vestía ropas tan raras.

O tal vez, esa era la ropa que utilizaban todos.

Pero lo que no sabía el Joven Bakugou, era que en realidad esas ropas las utilizaban solo las mujeres. Al comprometerse, debían salir casi que completamente tapadas. Era una muy importante tradición del reino.

Y solo así, el resto sabría que esas muchachas no estaban libres. Las debían utilizar solo por las primeras dos semanas de comprometerse, ya que muy pronto luego de eso se casarían.

Así, las mujeres recibían muchas felicitaciones de parte del pueblo como celebración. Y además, de este modo los hombres no se tenían que preocupar de que alguien hiciera de las suyas con sus prometidas.

Katsuki observaba con cuidado cómo el campesino lentamente se quitaba la túnica. Empezó por debajo, revelando unas flacas piernas sin pelo. Le parecía muy extraño. Todos los hombres del castillo tenían piernas peludas, y nunca las mostraban demasiado. Iba subiendo y de pronto, se vio una pollera.

Bakugou se exaltó, con miedo a ver algo que no debía. Se tapó los ojos por unos segundos, avergonzado. No podía creer que había estado ahí como un stalker, observándola de manera que daba miedo.

¿Y si lo encontraba, y creía que era un pervertido?

Pero unos segundos después, le entró la curiosidad. Quería saber cómo se veía la chica. Suplicando por que no estuviera desnuda, echó un vistazo. Vio un rostro como ningún otro. ¿Acaso todos se veían así?

Tenía una boca y ojos con formas extrañas, que nunca antes había visto en humanos.

Pero era preciosa. El de cabello color rubio ceniza quedó impresionado ante la belleza de la chica. Era realmente hermosa.

Tenía un cabello muy largo, de un deslumbrante color esmeralda. Y que al final, estaba recogido en una extraña y gran moña. Tenía ojos de iris completamente negro, y la forma de su boca le interesaba mucho. Le parecía que probar esos labios le sería como una muy dulce victoria.

No llevaba nada de maquillaje, lo que era muy inusual de ver después de observar a su madre, llena de maquillaje todos los días.

Su vestido era muy llamativo y corto, llevando principalmente los colores rojo, verde y blanco. Tenía detalles de flores en algunas partes, y era muy bonito.

Se preguntaba qué hacía, cuántos años tenía. Si tenía pareja... Si querría bailar con él, en su baile.

Ese maldito baile era causa suficiente para el enojo del chico. Sus tontos padres creían que era hora de que consiguiera pareja, en su cumpleaños número 16.

Para él eran todas boberías. Si querían que saliera con alguien, deberían dejarle primero conocer a la gente. No solo hacerlo elegir superficialmente de un montón de chicas que nunca había visto.

Además... Por alguna razón, sentía que esta chica que solo conocía de vista, era especial. Parecía alegre y muy tranquila. Y de una forma u otra, el destino los había hecho encontrarse en aquel lugar. Porque había llegado en un momento muy conveniente.

Se preguntaba muchas cosas sobre la muchacha, en verdad la quería conocer. Y realmente deseaba poder verla otra vez. Esperaba que volviera al día siguiente, y esperaba poder ir a verla de vuelta.

Suspiró, le echó un último vistazo y se largó de allí de manera muy discreta.

Ver a la chica por alguna razón le daba la sensación de que ya tenía todo lo que necesitaba. Ya no tenía ganas de estar yendo por ahí, conociendo o solo observando gente. Ya eso había sido más que suficiente, y su corazón latía diciéndole que se volviera a su hogar.

Al llegar al castillo, tenía la intención de trepar de vuelta a su habitación, pero lo habían atrapado.

-"¡Suéltenme, tontos nerds!, ¡solo fui a dar una maldita vuelta!"- gruñó y hasta mordió, pero los guardias de todas formas lograron llevarlo a donde estaban sus padres.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 18, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

"El baile del príncipe"Where stories live. Discover now