Un Lugar Para Escapar

Un Ki Maligno

-Vegeta, ¿qué harás ahora? - preguntó la peliazul mirando al peliflama mientras tomaba agua.

-no lo sé mujer - masculló dejando el botellón en el desayunador.

-¿piensas cortarla? - preguntó Bulma mirando la cola enroscada en la cintura de Vegeta.

-de momento no - respondió - necesito respuestas y hasta no tenerlas y hablarlas con el Insecto de Kakarotto no tomaré ninguna decisión. Por cierto, ¿dónde están los enanos?

-por la hora que es supongo que han de estar dormidos, ¿por qué? - preguntó arqueando una ceja.

-necesito hablar con el chiquillo de Kakarotto, eso es todo - respondió - ¿qué has sabido de la urraca?

-nada - contestó Bulma suspirando - no tengo la menor idea de donde pueda estar.

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Con la yema de los dedos los rozo y con la otra mano tocó su mejilla recordando la sensación de eso los labios en su piel y como si estuviera hipnotizado, terminó por besarlo en la boca.

Unos cuantos segundos nada más duro el roce entre ambos.

-b-buenas noches G-Goten - susurró el pelilila preguntándose el por qué había besado a su amigo pero al tener la mente cansada termino por acostarse a su lado y por cobijar al menor y a él con la misma cobija.

Minutos después sintió como Goten lo abrazaba por el torso, hundiendo su rostro en él.

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Trunks siguió despierto, por más cansado que estaba no podía conciliar el sueño

"me gusta alguien"

¿Por qué no se podía sacar eso de la mente? ¿Por qué había besado a Goten?

Se sentía vacío por dentro, inquieto en esa mullida cama como si no encontrara su lugar.

Con cuidado de no despertar al pelinegro, retiró el brazo que lo abrazaba y se levantó de la cama. Tenía la garganta seca y necesitaba tomar agua.

Camino hasta la puerta y miró por última vez al pelinegro que había comenzado a mover su brazo como si estuviera buscando algo, y salió.

Llegó hasta la cocina donde se encontraba su padre, tomando agua de un botellón.

-¿Trunks? ¿Siguen trabajando en esa cosa? - preguntó el peliflama en un gruñido, recordando que tenía que depender de los niños para encontrar a Kakarotto, dirigiéndose al refrigerador para buscar algo de comer.

-papá... - murmuró el pelilila y sin que el pelinegro se lo esperara, el menor corrió y lo abrazo.

-¿eh? ¿Qué estás haciendo Trunks? - preguntó Vegeta cerrando la puerta del refrigerador de golpe, sin saber cómo reaccionar, sintiendo como el rostro de su hijo se hundía en su abdomen y su polera azul comenzaba a humedecerse.

El cuerpo tembloroso y los sollozos del menor tenían sorprendido al peliflama, Trunks nunca había llorado delante de él y la única vez que lo había abrazado fue hace tres años, justo antes de sacrificarse en la batalla de Majin Buu, por lo que solo atinó a rodearlo con sus brazos como aquella vez y esperar a que se calmara.

Él pelilila siguió llorando, estando con su padre se sentía de algún modo tranquilo, apenas notando la falta de cariño que tenía del príncipe, no lo culpaba, sabía perfectamente cómo era su padre pues él se sentía igual hacia el afecto de las personas y por eso se sentía extraño y algo molesto, estaba mostrando debilidad ante su padre.