Capítulo Único

772 68 21
                                    

Desde que nuestras miradas se cruzaron por primera vez quedé cautivo de mi corazón. Nunca creía que terminaría enamorado como lo hice contigo, nadie había hecho que experimentará la adrenalina de saber noticias y conocerte más a fondo, pero siempre me he cuestionado ¿Cómo me embrujaste? Traté de averiguarlo por cuenta propia y no encontré una respuesta congruente.

Solamente puedo decir que me enamoré de un hombre con ojos azules. Aquella mirada tan hermosa solía recordar cuando escuchaba acerca de ti, mi corazón latía sin parar por saber que aún continuabas con vida aunado al trabajo riesgoso que desempeñabas.

Caray, ¿Qué cursilerías estaba pensando? Jamás me harías caso porque no se veía el tipo de hombre que prefería a los chicos ni mucho menores. Para él solo era un niño que apenas comenzaba a vivir en el mundo tan podrido que teníamos hoy en día, mientras él ya tenía la experiencia de haber vivido cualquier situación.

Suspiró.

Era difícil dejar de pensar en aquel hombre. No podía trabajar cómodamente sin ningún problema porque aparecían mis pensamientos pervertidos hacía él. Cerré fuertemente la puerta de mi casillero, lo cual provocó que mis compañeros me miraban a ver fijamente, e hice caso omiso a cualquier comentario dicho.

Salí de los vestidores para irme a casa. Necesitaba descansar había sido un día difícil dado que, tuve una convivencia con el famoso crush que me trae como un lunático, no puedo ni pensar cercas de él; mis manos temblaban de los nervios que sentía al encontrármelo durante mi recorrido hacia el coche.

Enfocaba mi mirada hacia enfrente sin mirar a los lados para no encontrármelo, sin embargo, mi intentó resulto inútil termine viéndolo en el estacionamiento principal de la academia, maldecía dentro de mí.

Con una sonrisa tratando de no parecer un idiota enamorado camine en búsqueda de mi coche lo más rápido que podía. Cuando encontré mi coche en el estacionamiento lleno, me dirigí a toda prisa para salir huyendo, sin embargo, las llaves del coche se resbalaron de mis manos.

Volví a maldecir.

—¿Todo en orden, Nivans? — cuestionó Chris con su voz masculina gruesa.

Un sonrojo apareció en mi rostro, mientras trataba de levantar las llaves que se fueron debajo de mi coche. Quería que la tierra me tragara en este preciso instante para evitar hablar con él.

—Sí, todo en orden, Capitán— replique entre dientes.

Cogí las llaves del coche. En cuanto me levante choque contra Chris provocando que diera un pequeño salto de susto, nunca esperaba tenerlo detrás de mí y nuevamente seguía mi sonrojo.

—L-lo siento— balbuceo, mientras frotaba mi cabeza de los nervios que sentía.

Nunca antes había tenido un contacto físico así con él. Lo único que hemos llegado es a un simple apretón de manos como saludo sin contar las veces que me trató de abrazar para felicitarme por diversas cuestiones entre ellas mi cumpleaños y el asenso que obtuve hace días atrás.

—¿En serio, estás bien? — preguntó Chris preocupado.

Quedé congelado por su pregunta ¿tan mal me veía? No lo creía, pero estaba seguro que no podía ocultar mi nerviosismo, no comprendía mis emociones que tenía cuando hablaba con el Capitán Redfield desde que lo conocí me sucede esto.

—Por supuesto que sí— replique rápidamente.

Chris se fue acercando poco a poco a mí para tocar delicadamente mi rostro sonrojado, el cual comenzaba a arderme. Por su expresión facial podía deducir que querrá cuidarme hasta que me mejoré por la creencia de que estaba enfermo, mi enfermedad no tenía cura porque solamente se trataba de un corazón enamorado por otro hombre.

Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora