Única

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No era la primera vez que HyunWoo escuchaba esa voz, mentiría si dijera que lo era, y aún más si decía que no le había parecido encantadora. Pero es que era la realidad.

La primera vez que la escuchó fue una noche en la que caminaba solo hacia su casa, bueno, al menos eso creía hasta que escucho el cantar de aquella persona. Una voz suave, tranquila, pero a la vez enérgica y juvenil provenía casi de sus espaldas, pues, al mirar sobre sus hombros pudo ver al portador de aquella voz, un joven rubio, un poco más bajo que él sólo por 5 cm tal vez. Llevaba un abrigo color negro sobre una playera del mismo color, pero con la imagen de una mariposa impresa. Debía admitir era de las voces más hermosas que había escuchado alguna vez.

Realmente lo había cautivado.

Y no sólo por la voz.

HyunWoo ahora solía tomar esa misma ruta, con la esperanza de escucharlo de nuevo, pues la primera vez que lo hizo que fue el inicio de todo era porque sólo quería pasar un largo rato caminando para pensar ciertas cosas. Al parecer entre las calles que recorría esa noche, la voz se detuvo y tuvo la pequeña idea de que por ahí vivía y era la ruta que tomaba para irse a su hogar.

Tantas eran sus esperanzas de tener la oportunidad de verlo y oírlo de nuevo que al ver que ya no se lo encontraba decidió ir variando de horarios.

Hasta que por fin un día se topó con él de nuevo. "Hola", fue lo único que le dijo, y se escuchaba aún mejor de lo que recordaba.

Dio por pasar a la misma hora todos los días, hasta que el "Hola" pasó a un "¿Qué tal?".

Ya habían pasados varios días más hasta que HyunWoo se armó de valor para hablarle, sin titubeos y sin dudas, sin pena alguna.

- Soy Son HyunWoo... Mucho gusto.

Y lo que siguió le marcó la vida para siempre, pues aquél muchacho le había sonreído seguido de un "Hola" por su parte. Lee MinHyuk se llamaba.

Llegó un momento en el que ahora ambos se acompañaban a sus hogares al menos hasta que MinHyuk llegaba a su casa, pues Son debía seguir con su camino para llegar a la suya.

Se volvieron muy buenos amigos, hasta que ambos se dieron cuenta que el serlo ya no les quedaba, querían intentar algo más... afectivo. Así que fue Min quien se animó primero a pedir una cita. Son quería hacerlo primero, pero, al parecer el pequeño tomó la iniciativa, lo cual le sorprendió bastante.

El día de la cita llegó, en vez de encontrarse a medio camino Son fue directo a casa del muchacho para ir juntos a un Restaurante, no era caro, tampoco era elegante, sólo era un lugar cálido y cómodo en donde ya habían ido un par de veces. Esa noche no sólo habían platicado sobre su día, sino que también sus puntos de vista de varias cosas, hasta que MinHyuk tocó algo que no esperaba.

- ¿Por qué siempre tomabas nuestra ruta?. - Preguntó.

- ¿A qué te refieres? Para llegar a mi casa, ¿Por qué la pregunta?

- Bueno... Ya sé dónde vives, pero es un camino más largo, ¿Acaso no lo sabías? Si doblaras exactamente en la calle que está al lado de mi trabajo llegarías un poco más rápido a tu casa. - Respondió.

Y claro que Son lo sabía, pero no podía responder con total sinceridad a eso, pues no tenía el valor de decirle al menor que "Para verte, porque estoy enamorado de ti".

- Bueno, la verdad no sé. -

Y el rubio sólo asintió con alegría retomando la cena que compartían.

Fueron acompañados de risas mutuas y miradas cómplices. Eran felices de esa forma.

Al pagar la cuenta y salir del lugar decidieron dirigirse al parque que les quedaba cerca de sus casas, era algo pequeño, con un par de columpios, un área de arena y la otra con un césped bastante verde que por la noche no se lograba ver tan intenso y tan vivo como en la mañana o en la tarde. Y ahí se recostaron, bajo el cielo estrellado, el cual tampoco podía verse del todo iluminado por las luces de la ciudad, de los edificios y de las casas, pero el cual si fijabas bien la vista y veías ciertos puntos lograbas ver los astros blancos que se mantenían estáticos ahí.

- Es bonito, ¿Verdad? - Preguntó MinHyuk, soltando un suspiro, sin mirar al hombre a su lado aún.

- Lo es. - Respondió.

Y así se quedaron un par de minutos en silencio, habían disfrutado la cena y ahora se disfrutaban en silencio de sus compañías.

- Te mentí. - Habló el mayor de ambos, rompiendo el para nada incomodo silencio.

- ¿A qué te refieres?

Y soltando un suspiro, el moreno se sentó, para así poder ver desde arriba al chico de cabellos claros.

- Yo... Realmente pasaba por nuestro camino para verte.

- ¿Cómo?

- Solo... Cuando te escuché por primera vez, quise conocerte. No me refiero a cuando empezamos a hablar, si no, desde antes. Iba sólo y te escuché cantar. Tenías una hermosa voz. Tienes una hermosa voz.

- ¿Me escuchaste?

- Así es, desde ésa vez, no pude sacarte de mi cabeza y esperaba con ansias poder volver a escucharte.

- Pero...

- Aguarda, es sólo que tenía tanta pena de hablarte, soy muy tímido para esas cosas, hasta para invitarte a salir, a pesar de que llevamos tiempo siendo amigos se me hacía muy difícil hasta que tú lo hiciste y me sentí muy aliviado por eso.

- Son, yo...

- MinHyuk. - Volvió a interrumpirlo. - Me gustas, MinHyuk.

La brisa los envolvió por un momento y el silencio reinó de nuevo por unos segundos. 10, 15, 20... 30 segundos de silencio. Pero cuando HyunWoo quiso levantarse para retirarse una mano lo detuvo jalándolo de la chaqueta.

- Tú también me gustas, HyunWoo... - Susurró hincándose e inclinándose hacia él para juntar tus labios en un beso, algo inocente, pero apasionado a la vez demostrando sin ayuda de la voz lo mucho que se estaban esperando. - Entonces... ¿Tomabas ese camino para verme?

- Primero para oírte, luego para verte...

- Suenas lindo, Son. - Y volvió a besarlo, sin ninguna pena. Se acomodó justo sobre sus piernas para hacer del beso un poco más duradero rodeando el cuello del contrario con sus brazos mientras él colocaba una de sus manos sobre sus caderas y las acariciaba sin vergüenza.

- Así que...

- No necesitas caminar conmigo para escucharme... puedes pedirme cantar cuando lo desees.

- ¿Significa que ahora estamos saliendo?

- Significa que estamos saliendo, Son.

- Te quiero, Lee.

- Y yo a ti, Son.

Y así, debajo del cielo estrellado, el cual no podía verse del todo iluminado por las luces de la ciudad, de los edificios y de las casas, pero el cual si fijabas bien la vista y veías ciertos puntos lograbas ver los astros blancos que se mantenían estáticos ahí, sellaron una de las tantas promesas que harían con un beso. Porque lo que hacía feliz a Son, era el sonido de su voz.

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Muchas gracias por leer. Espero haya sido de su agrado. Acepto todo tipo de opiniones.

XSaturnSymphonyX

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El sonido de tu voz ·ShowHyuk· ·ShowMin·Where stories live. Discover now