Short Stories 📚

If I Can't Have You 💎

"Is it too late to tell you that, everything means nothing If I Can't Have You.."

Dejé esa notita escrita en un pedazo de la última hoja de mi cuaderno entre sus cosas.
Por dentro sabía que estaba mal lo que hacía, pues, éramos amigos, casi hermanos,pero no podía ocultarlo.

Era el último día que me quedaba en su casa, mi madre había decidido remodelar la nuestra y, por las obras, nos mudamos unos meses a la casa de una de sus parejas amigas. Y, sí, eran sus padres...

Cursabamos nuestro último año de secundaria, prácticamente cursamos todos los años juntos, desde el jardín de infantes, hasta hoy.

Recuerdo los primeros años de secundaria, en una "fiesta" que había organizado uno de mis amigos, en la cual, no solo fue mi primera "borrachera", si no también mi primer beso. Hicimos una ronda entre todos los que nos animamos a jugar, ella se sentó frente mío. La botella dió varias vueltas, y ví muchos besos que no esperaba, otros que me pusieron incómodo, hasta que... Me quedé helado, el pico de la botella me apuntaba y la base a ella, ¿Que debía hacer? ¿La besaba yo, o ella a mí? ¿En los labios o en la mejilla? Y lo más importante ¡¿Y si me pega?!

Me acerqué, ella hizo lo mismo y con inseguridad, pero sin dejar que me temblará el pulso, la besé, y creo, que para solo tener quince años, lo hice bastante bien.
En cuanto sentimos a los integrantes del juego, corear, nos separamos y cada uno volvió a su lugar. Y esa fue la última vez que nos besamos,Hasta hace unas semanas...

Volvíamos de una de las tantas fiestas de Kameron, y se podría decir que ninguno de los dos tenía todos sus cabos atados, la temática era "noche de Shots" para que se den una idea.

La sostuve por su cintura, ambos reíamos, vayase a saber porqué, pero el alcohol en nuestros sistemas era el responsable. Ella se estaba quitando sus zapatos, cuando terminó, se enderezó, quedando cara a cara mío.

-¿Alguna vez te dije que me gustan tus ojos? Pero mucho... .

La acerqué más a mí, pegando su cuerpo lo más que podía.

-¿Alguna vez te dije que toda tú me gustas?

-Mmm... No, pero creo que puedo sentirlo más abajo.

Me reí, ella igual, la besé y ella a mí. Y justo en ese momento me di cuenta de que estaba más jodido que adicto a las drogas, mejor dicho, esta era mí droga. Ella, era mí droga.

Fuimos a su habitación, me puse detrás de ella y bajaba el cierre de su vestido mientras dejaba besos en su hombro y en su cuello. Empezó a mover sus caderas, despacio, acrecentando el deseo. Acaricié sus brazos al mismo tiempo que trababa la puerta de la habitación. Nadie iba a arruimar esto, ni siquiera su hermanita menor que tenía por costumbre saltarme encima para despertarnos los domingos por la mañana, que, según ella, porque dormía en el colchón de suelo debía despertarme a mí primero...

La gire, nos miramos, paso su mano por mí cuello y nos besamos, desesperados como si dependieramos del otro. Con su vestido, mí camisa y pantalón fuera de juego, la levanté en mí cadera y me senté en la cama junto con ella. Un leve gemido salió de su boca.
Estaba en las nubes, y no solo por el alcohol, su perfume, su piel que iba descubriendo y besando a medida que sacaba su vestido, sus caricias, besos, todo.

Las semanas pasaban, y ella no mencionaba nada acerca de la notita que había dejado en su casillero. Todo seguía normal.  Trataba de seguir, de olvidarla, pero seguía atascado ahí.
Una tarde, semanas previas a graduarnos, estábamos haciendo un trabajo para la escuela, solos y ella puso música en su laptop.

-Pasaron semanas y yo sigo obsesionada con esa canción...

-Es porque es de tu "Shawncito".- le contesté en tono burlón.

-Diria por mí "Brunito".- ambos nos miramos yo sentía frío en mí espalda; mierda, la había leído.

-Por... ¿Por qué yo? ¿Yo que tengo que ver con él?

-No, no con él.- se acercó a mí.

-¿La leíste?- pregunté estúpidamente, pero mis nervios hacían que actuará así, como un estúpido.

-¿Que si la leí?- abrió su cuaderno y allí estaba la notita pegada - ¿Es verdad?- me miró ilusionada.

-Cada palabra.- la tomé por las mejillas y la besé despacio, disfrutando cada centímetro de sus labios.