Frío.... Él frío se había colado entre sus huesos, despertandolo de ese sueño maravillosos, de ese tipo de sueños que alumbraba sus días en ese mundo gris el cual era su día a día. Sin ganas cogió el pan duro el cual le servían en ese lugar para que no se muriera por hambre y comenzó a comer, mientras se preguntaba cómo estaba él. Él era por la única cosa por la que se mantenía en pie y no sucumbía a la locura y desesperación que reinaba en ese lugar. Su pequeño angel de ojos verde...
Terminó de comer y volvió a su esquina, donde se acurruco sobre si mismo intentando calentar aun que solo fuera un poco su cuerpo. Cerró los ojos, queriendo volver al mundo de los sueños, donde su pequeño le estaría esperando. Su pequeño... Desde que lo había visto calló enamorado de él, le hubiera visto crecer de no haber sido por su impulsividad y ahora estaba en aquella celda sin él. Cada momento en el mundo de los sueños era un segundo preciado para él.
En el mundo de los sueños siempre se encontraba con su pequeño angel, hablaban, volaban, jugaban al quidditch y muchas cosas más. Y aun que solo fuera eso, un sueño, eso era más que suficiente para alegrarle los día.
Se despertó tiempo despues, al oír a un auror gritar a su prima que se callara. Pudo ver colo el auror volvía a pasar por delante de su celda para volver a su puesto, se le cayó un periodico. Atesoraba mucho eso puesto que desde hacía dos años siempre había alguna que otra foto de su pequeño ángel en los periodicos.
Volvió a su forma humana y se acerco a los barrotes, metió la mano entre éstos para alcanzar ese trozo de papel. Cuando lo tuvo entre sus manos comenzó a pasar las paginas, buscando la imagen de su pequeño, hasta que llegó a una imagen...
¡Era él! Era ese capullo que traicionó a su mejor amigo y el que le metió en ests celda asquerosa. Empezó a leer la noticia de inmediato, ese asqueroso se encontraba con la familia del mejor amigo de su ángel. Tenía que escapar de ahí no podía dejar que esa rata le hiciera algo a su pequeño.
Se acordó de como los dementores no le detectaban cuando estaba en forma de lobo. Solo faltaba evitar a los aurores, por suerte había muy pocos puesto que el ministerio confía mucho en los dementores. Se transformó en su forma canina y aprovecho la delgadez de su cuerpo para pasar de entre los barrotes sin ningun esfuerzo. Paso por delante de la celda de su prima, la cual, al verle, comenzó a gritar que un prisionero se había escapado.
Con las pocas fuerzas que tenía, el canino comenzó a correr a ocultarse. Ya en la seguridad de las sombras pudo ver como un guardia se acercaba a su prima viendo de paso su celda vacía. El auror se fue corriendo, el canino supuso que para avisar a su superior. Poco a poco el animal fue bajando los pisos, esquivando a los aurores que le buscaban por todo Azkaban como locos.
Cuando llegó al bajo, esperó en una esquinita, junto a la puerta, donde la sombra le ocultaba. Esperó al momento justo para salir por esa puerta y huir hacia su libertad.
Y ese momento llegó, cuando un auror se acercó al que estaba vigilando la puerta para informarle de todo lo que había pasado y pedirle ayuda para buscar mientras los Dementores vigilaban la entrada.Después de que los dos aurores se fueran, el canino corrio hacia la puerta saliendo de Azkaban. Salto al agua, dejando a los Dementores atrás y comenzó a nadar hasta llegar a la isla mas cercana. Lo primero que haría antes de ir a por esa sucia rata era ir a ver a su angelito.
No tardo mucho en llegar a una pequeña isla donde salio del agua y volvio a transformarse en su forma normal. Sentado, con la espalda pegada a un arbol, miró al cielo nocturno y por primera vez en trece años sonrió. Sonrió por su libertad, sonrió por que atraparía a ese mal nacido y sonrió por que vería a su pequeño y hermoso ángel.
Al dia siguiente, ya seco y habiendo comido algun que otro pez que pescó, decidió que tendría que aparecerse si quería alejarse más de Azkaban. Asi que recordando un pequeño callejón que había al lado de su antigua casa, se apareció allí y volvio a transformarse en canino para pasar como perro callejero entre los muggles. Aun le quedaba mucho camino hasta el condado de Surrey, donde se encontraba la casa donde vivía su pequeño.
Asi que comenzo su viaje hacia Privet Dive. Por el camino, algunos muggles le daban de comer, otros se alejaban de él nada más verlos, aun que la mayoría solo le miraban con asco y seguían su camino. Muchas veces, cansado, el canino se tumbo junto algun mendigo para pasar la noche y darse calor el uno al otro, pero a la mañana siguiente el canino continuaba su camino.
Gracias a unos periodicos muggles que había en el suelo, supo que en ese mundo también le estaban buscando y que la noticia de su escape ya se sabía por todo Inglaterra mágica y muggle.
Despues de varios días, llegó a su destino, Privet Dive. Era por la noche, no se podían ver las estrellas en el cielo, pero eso no evitó que el canino viera a si ángel, a su precioso ángel de pelo negro azabache y ojos verde esmeralda. Vio que su pequeño estaba sentado sobre su baúl, mirandole atentamente, su ángel le había visto. Sin dudarlo el pequeño saco su varita y el canino triste se alejo.
-"Volvere por ti, mi pequeño" - pensó el canino - "mi hermoso ángel, Harry Potter"-
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Su luz en medio de la oscura desesperación
FanfictionSe enamoró de sus hermosos ojos verdes, de su pelo negro azabache y su carita preciosa de ángel. Y ahora, solo en esa oscura celda, el recuerdo de su angel es la unica forma de sobrevivir. [OneShot Sirry para concurso]