Capítulo cuatro.

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Owen levantó ligeramente su ceja preparado para digitar en su teléfono el número, sonreí ligeramente y dicté mi número, no pude negárselo después de todo ¿qué mal podría hacerme darle mi número?

De pronto mi teléfono sonó dentro de mi mochila, lo saqué a prisa y Owen sonrió.

–Es mi número –dijo él estirando su cuello para ver la pantalla de mi teléfono–, agéndame como Owen Ovadoz.

–¿Ova...doz? –cuestioné mirándolo con curiosidad–, ¿Cómo... se escribe...?

–Con Z... espera –tomó el teléfono de mi mano para escribirlo por sí mismo.

Escuché el ruido de zapatos de tacón aproximándose a prisa hacia nosotros, no tuve tiempo de mirar de quien se trataba cuando de repente fui jalada por el brazo apartándome abruptamente de Owen.

–¡¿Qué pasa aquí?! –una voz chillona reclamó, se trataba de Avril quien arrebató agresivamente mi teléfono de la mano de Owen–. ¡¿Estas robándole el teléfono a mi amiga?! ¡Voy a llamar a la seguridad del campus! –soltó mi brazo y buscó en su bolso.

–¿Qué...? –Owen miró a Avril sin comprender.

–Estoy llamando a seguridad –insistió Avril poniéndose el teléfono al oído– ¿Cómo es que dejan entrar delincuentes al campus...?

–¡Avril! –arrebaté el teléfono evitando que llamara.

Owen bufo indignado y mantuvo una sonrisa irónica en su rostro, me miró y su expresión endureció drásticamente, metió su propio teléfono de regreso al bolsillo de los pantalones, se giró y caminó hacia el auto donde esperaba su amigo, el auto no tardó nada en irse del estacionamiento.

–¿Estás bien? –cuestionó la rubia bastante alterada.

Pero... ¿Qué acababa de pasar? ¿Delincuente? Mantuve mi mirada hacia la rubia sin responder, ¿Cómo pudo acusar a Owen de esa forma? el día anterior había pensado que Avril era una chica agradable pero hoy la miraba y... olviden que dije que esa rubia empezaba a agradarme.

Me di la vuelta y caminé a prisa ignorándola, tenía que alejarme de ella porque caso contrario la golpearía.

No pude concentrarme en las clases todo el día, en la hora del receso tuve que forzar una sonrisa en mi rostro para hablar con Avril, Jimin y Jin, no pensé que fingir que esas "cascaras" me agradan sería tan difícil, la espera para la hora de salida se me hizo eterna pero finalmente salíamos de la facultad camino hacia el estacionamiento.

–¿Estás segura de que no quieres ir? –cuestionó Avril caminando a la par con Jin, Jimin y mi persona.

–No –sonreí–, tengo algunas cosas que organizar en mi habitación, ya será otro día.

–Mis padres se fueron de viaje, vamos a divertirnos un rato en mi casa –insistió Jin quien ya había mencionado el hecho como treinta veces en todo el día.

–Vamos Danbi –Jimin me sonrió codeando ligeramente mi brazo. Debo aceptar que su sonrisa es la cosa más... perfecta que he visto en mi vida, pero por alguna razón no me emociona.

–Otro día chicos –sonreí–, en serio tengo un caos en mi habitación y también tengo que ir a comprar algunas cosas.

–Bueno –Jimin rodeo sus ojos y se apartó de mi–, ya he sido rechazado lo suficiente por ti. Vámonos Jin, no insistamos más –aceleró su paso dirigiéndose hacia el auto de Jin.

–Te veré mañana Danbi... –musitó Avril con aire de tristeza dirigiéndose hacia el mismo auto.

–Está bien, nos vemos mañana –se despidió Jin sonriente.

RUDEWhere stories live. Discover now