Capítulo cinco.

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Sonreí ante la advertencia de Seon Yeong, el auto se detuvo frente al edificio de nuestra residencia y Daniel bajó de su asiento para abrir la puerta del lado de Seon Yeong, prácticamente la cargo para bajarla del auto. –Es un novio muy considerado...

–Oh, ya que estamos aquí iré a dejar mis libros en mi habitación. –anuncie y bajé también del auto.

–Si todos van a subir también quiero ir –Owen salió del auto.

–No puedes entrar –lo detuvo Seon Yeong quien estaba siendo abrazada por la cintura por Daniel–, no está permitido que ingresen hombres a esta residencia.

Exacto, es lo que yo decía, pero entonces ¿qué es Daniel si no un hombre? Vi a Owen hacer una mueca y Seon Yeong continuó hablando.

–Solo mi oppa tiene permitido entrar ya que me ayuda por mi lesión.

–¿Oppa? –no pude evitar cuestionar–. Espera, ¿al decir oppa te refieres a que él es tu hermano, hermano real de sangre?

Seon Yeong sonrió pegando su rostro al de Daniel. –¿Acaso no es obvio el parecido? Si, somos hermanos.

Sonreí algo avergonzada ya que me había hecho toda clase de ideas al verlos salir del baño y resultaron ser hermanos. –Que buen hermano es...

Daniel cargó en su espalda a su hermana y subimos hasta nuestro piso, me despedí de Seon Yeong y entré a mi habitación para dejar mis libros y bolso llevándome tan solo mi billetera, por supuesto que no olvidé cambiarme de zapatos y salí de mi habitación justo a tiempo para encontrarme en el pasillo con Daniel.

Nuestras miradas se cruzaron y él se mantuvo inexpresivo, continuó caminando y lo seguí hasta que salimos del edificio donde Owen nos esperaba cruzado de brazos y recargado sobre el auto, no pude evitar sonreír al verlo y él me respondió con una sonrisa.

–Vaya que se tardaron –reclamó Owen abriendo la puerta de atrás para mí.

–No tardamos nada –respondí y subí, él se sentó junto a mí por lo que tuve que recorrerme un poco en el asiento.

–Oye, ¿que soy yo, tu chofer? –reclamó Daniel desde el asiento del conductor mientras ponía en marcha el motor.

–Solo le hago compañía a nuestra invitada –se justificó Owen mientras me sonreía.

De acuerdo, se lo que están pensando; Owen evidentemente tiene interés en mí y no me desagrada en absoluto, soy algo... coqueta y él es el tipo de chicos que me atraen.

Llegamos al centro comercial y entramos al elevador mientras Owen y yo platicábamos, en tan poco tiempo pude saber mucho acerca de él, tiene veintisiete años y a pesar de haber nacido en Corea vivió en New Jersey muchos años, estudió inglés en la universidad, aunque siempre quiso ser veterinario, pero le pareció más rápido obtener un título en idiomas. –Es un chico muy listo y agradable...

–Entonces ya te has graduado –afirmé– ahora entiendo porque Seon Yeong dijo que vives de vacaciones.

–Oye no es tanto así. Tengo mi trabajo, pero bueno, suficiente de mí. ¿Qué hay de ti?

–En realidad no hay mucho por contar. ¡Mira! –señalé la vitrina de una tienda evadiendo la pregunta.

Sé que lo que corresponde ante alguien que te cuenta toda su historia es contar la tuya, pero quiero conocerlo un poco más antes de contar todo de mí, aunque... no debería querer conocerlo más ya que... bueno ustedes saben "nueva vida" "encajar en los estereotipos" etc. etc.

–¿Qué cosas ibas a comprar? –cuestionó Owen sin importarle que evadiera su pregunta y miró la vitrina que señalé.

–Principalmente... una mochila.

RUDEWhere stories live. Discover now