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Sarada despertó en la cama de Mitsuki, esos brazos la estaban rodeándola, y recordó las ultimas palabras del sanin "...puedes considerar tu embarazo de alto riesgo..." del alivio de hace un momento, paso al pánico inmediato, el miedo la invadió desde lo más profundo de su ser, se miró buscando a su criatura, no lo veía, ni lo sentía, en cambio tenia sangre por doquier, le escurrían por las piernas, y empapaban las sabanas, sentía el liquido pegajoso desde su abdomen hacia abajo, una sensación terrible.

-¡AAAHHH! -gritó con pavor- se sobresalto en la cama, se inclinó y se dio cuenta que estaba durmiendo, sintió como Mitsuki encendía la luz y se sentaba a su lado para ver como estaba. 

-¿Qué pasa? ¿te duele algo? - él la reviso de inmediato, que todo estuviera bien. Busco su malestar con apremio. 

-Fue una estúpida pesadilla- dijo temblorosa en su totalidad, su voz salio entre cortada y sus manos no dejaba de tiritar, como un animal enfermo. 

El albino la abrazó acunando la, ella puso sus manos en su vientre, al sentir tal protección, activo el sharingan para ver su interior, estaba ahí, seguía ahí, las lagrimas inundaron sus ojos, los sollozos no se hicieron esperar, tenia una sello maldito en su útero la verdadera razón por la que no se podía ver el feto en los ultrasonidos, el sanin no supo darle una explicación certera del porque, pero le dijo que Mitsuki tenia uno en su corazón y llevaba una vida normal, que no se angustiara. 

Lo que fuera que le había hecho el sanin, sirvió, tenia su energía de siempre, el apetito por la carne, las cosas saladas y picantes fue creciendo, e iba cada dos días a revisarse con el hombre serpiente, sin que nadie más supiera, en completo secreto, y así completo hasta el tercer mes de su embarazo, este le receto unos medicamentos que tomaba adicional a las vitaminas que le ordenaba Karin. 

Se instaló a vivir con Mitsuki, sus padres estuvieron en todo para apoyarla, era un cambio importante, irse a vivir con el novio, nunca estuvo en sus planes, tener novio tampoco, y estar embarazada antes de casarse, mucho menos, era demasiado estricta para imaginarse en tales circunstancias, pero todo ese peso de exigencias solo habitaban su mente, por que hasta ahora nadie se lo había hecho ver, ni apuntado con el dedo, es más, parecía ser algo más normal de lo que creía hoy en día.

-Bienvenida Tsubaki -dijo cuando vio a la pelirroja fuera de su oficina, la mujer sonrió al verla.  Ella venia vistiendo las ropas de Kage, como lo habían planeado anteriormente. 

Este era un día especial, los equipos seleccionados habían ido a desarticular cada uno de los laboratorios de Kara, mientras se fingía una supuesta reunión de Kage en la aldea de Konoha, Tsubaki había venido en vez de Log, por que esté fue auto seleccionado para ir a la misión. 

-Ven ¿quieres hablar antes de la reunión? yo asistiré como oyente- explicó la Uchiha.

-Si ¿cómo va el bebé? -preguntó de inmediato. 

La Uchiha tenia una muy pequeña panza, estaba usando una blusa holgada con unos pantalones de tela negros que le entallaban bien - crece saludable, si es niño se llama Taisei y si es una niña Satsuki. 

-¿Le pusiste nombre?- se sorprendió gratamente.

-Si, no me gusta decir el feto, o el bebé, todo el tiempo así que decidí ponerle un nombre -dijo sonriendo, la condujo a sentarse y le enseño al niño junto a ella que estaba rayando los documentos con sus crayones -mi hijo Ikuto. -acaricio la cabeza del niño que sonrió sin levantar la vista.

-¡Oh pero qué monada!  por cierto fui asaltada nada más entrar al edificio, de verdad estoy considerando que el padre de Log se cogió una fotocopiadora, la chica tiene el mismo rostro que esos dos, menos mal que tiene el cabello negro o estaría en serios problemas para identificarlos. 

No es obsesión, se llama amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora