I N F I E R N O

TRECE

Llegando a la manada me metí por la ventana de la alcoba era divertido subir por las ramas del árbol para finalmente llegar y entrar por la ventana, eso les causa confusión a todos, dicen que existe una puerta pero lo que no saben es que al hacer eso me siento viva y feliz.

Caí en la cama dispuesta a dormir me puse un short negro y una blusa de tiras violeta. Quite lo que cubría la cama y me metí dentro, estaba por caer en los brazos de morfeo pero un una presión en el cuello me hizo reaccionar. El dolor era como si me ahorcando

–Kiara ¿Que sucede?– le pregunte a mi loba

–Derek– Solo eso alcanzo a decir

Me levante rápido de la cama y salí corriendo en dirección al cuarto de Lex. Le toque muy fuerte que creo que todos en la casa se despertaron, no me importaba necesitaba que me ayudara a rastrearlo, alguien le estaba haciendo daño a mi mate.

–¿Que quieres?– abrió la puerta de mala gana

–Vamonos– sentencie

–¿A donde?– cuestiono poniéndose los zapatos

–Alguien esta lastimando a Derek, necesito que me ayudes a rastrearlo – corrí a mi cuarto a tomar mi mascara

Estaba corriendo a mi velocidad de vampiro, esto debía ser rápido.

–¿A donde van?– pregunto Beth mientras se tallaba los ojos

–Derek– solo dije eso y salí corriendo de casa y detrás de mi un lobo adormilado.

No podía ir convertida en lobo, solo debía dejar que mi lado vampiro saliera pues si era asunto de Elías, no debe saber que soy, mucho menos debe saber quien soy. Así como manejo la manada y la mafia con la mascara así resolveré esto.

Corrí y corrí aspirando el aire a ver si captaba su olor tan característico pero no, no olía nada. Pero si sentía la presión en el cuello

Hasta que por fin capte un olor, era el olor de Elías, lo sabía. El olor provenía de la bodega donde todo comenzó. Solo olía sangre, sangre seca y a Elías. Lex y yo entramos a la bodega con suma cautela, escondiendo nuestro olor para nos era descubiertas. El olor de este chupasangre se hacia mas intenso conforme llegábamos a la puerta.

Y entonces lo puede oler, Derek estaba ahí dentro con ellos. Corría peligro, un grave peligro. No lo espere mas y derribe la puerta causando un fuerte estruendo con el golpe.

Mínimo había diez vampiros alrededor de mi mate, y justo en medio Elías lo sostenía del cuello sin hacer demasiada presión, solo le quería causar dolor y eso, eso no se lo permitiré.

–Hola Diabla, es un gran placer que nos podamos conocer – dijo lanzando a Derek a un lado

–El placer es solo tuyo, Güero – respondí borde

–Como sea, dime que te trae por mi territorio – se acerco a mi lentamente

–Como te podrás dar cuenta no soy humana, soy una de ustedes. Y vengo por algo– Empecé a caminar en dirección de un Derek inconsciente

–¿Que quieres?– camino hacia un sillón y se sentó cono si nada importara

–Vengo por el humano– conteste decidida y dispuesta a pelear si no quería dármelo

–¿Tua cantante?– alzo una ceja y torció una sonrisa burlesca

–En realidad no, lo he visto correr y necesitó a alguien así en mis negocios. Tu ya tienes a varios como él, si te debe dinero. Yo te lo pagaré– respondí serena pero con el tono de voz que me distinguía al hacer negocio

–Si me debe dinero pero el es mio, el esta conmigo en este pantano, no te lo daré así de fácil– se levanto rápido.

–Que lastima – me reí

Sin darle tiempo a nada entraron diez lobos que sin demoras arrancaron la cabeza de los vampiros presentes

–Llevatelo– Dijo Elías cuando tenia a los lobos demasiado cerca

–Escogiste bien– le di una palmadita en el rostro

–Tienes ovarios, Diabla. No puedo creer que una mujer llegara tan lejos – sonrió

–La vida te puede dar fuertes sorpresas– me gire y di la orden de que trajeran a Derek fuera de la bodega

Su dulce carita relajada por estar inconsciente, me dejaba mas que en claro que debía cuidarlo y protegerlo con mi vida si era necesario. No seria tarea fácil con Elías detrás de mi y de él.

Uno de mis hombres puso a Derek en mi lomo para llevarlo a la mansión. Cuando llegamos todos preguntaban que si quienes era el chico que yacía en mi lomo, evadí las preguntas, no quiero que se metan en esto. Aun convertida en loba subí las escaleras, tratando de que mi mate no se cayera, camine hacia mi alcoba y lo deje en la cama. Me volví a convertir en mi yo normal tome ropa y entre al baño a cambiarme

Cuando salí lo vi ahí, en mi cama durmiendo plácidamente. Su respiración era calmada como si sintiera que ahora estaba a salvo. Su cabello algo largo estaba demasiado revuelto que le daban aun mas su toque de tranquilidad. Verlo así me demostraba mas que necesitaba protegerlo, siendo un humano corre demasiado peligro, pero lo protegeré con mi vida. El ahora es mi humano, mi mate, mi vida y amor eterno.

Ahora debo pensar como le explico el como llego de la bodega de Elías a mi habitación sin decirle totalmente la verdad.