La noche se abrió en un luminoso día de sol y cielo azul. Abriendo la ventana toda esa luz hizo que los ojos de Amaia se cerraran y soltaran alguna lagrimita, le entraron ganas de meterse un rato más en la cama. Ese era el día de la dichosa rueda de prensa y no tenía ganas de salir de casa, estaba tan nerviosa. No tenía dudas de estar preparada para todas las críticas y preguntas, creía en su proyecto como en si misma, pero los nervios no se le quitaban. Se metió en la ducha, para ponerse escogió una de sus reproducciones Chanel (el gris, necesitaba dar pasar credibilidad), los pendientes de perla y el pelo recogido. Sabía que era una imagen bastante dura esa, pero eso era lo que pensaba conseguir. No logró desayunar nada por mucho que intentara, así que se tomó nada más que la taza de café, "ya comeré algo más tarde". Antes de salir la llamó el jefe.
- Hola Amaia. ¿Qué tal te sientes esta mañana?
- Nerviosa, nerviosísima.
- ¿Y eso, chica? No es normal en ti.
- Sabes que no me gusta dar la cara y hoy tendré que hacerlo.
- Sí, pero es tu proyecto, tu bebe, el hijo que todavía no tienes. Nada estropeara tu día, tranquilízate.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Hemos presentado tu proyecto a la oposición en una reunión de emergencia anoche y dijeron que les fastidiaba pero que no podían hacer nada ya que estaba perfecto. No te van a hacer preguntas complicadas.
- ¿Y porque no supe yo de esa reunión?
- No logramos contactarte. – En ese momento recordó que después de salir del casino no había conectado el móvil. – Por eso te estoy llamando a casa. ¿Te pasó algo con el móvil?
- No, no, está desconectado todavía. Se me olvidó conectarlo esta mañana.
- No tienes que explicarme nada, lo que pasa es que te buscamos como locos y no estabas en ninguna parte.
- (avergonzadísima) Lo siento Fernando, no volverá a pasar, te lo prometo.
- A ver Amaia, no te estoy culpando de nada, tu proyecto es tan bueno que se vale por si mismo, ya ves el resultado. Claro que así que dejas el Ministerio tienes derecho a tu vida privada, lo único que te pido es que estés contactable. No es que no apagues el móvil, es que lo mires cada dos o tres horas, vale?
- Vale, eso haré. Es que ayer necesitaba descansar, sabía que hoy sería un día difícil por eso lo apagué. Además que me quería preparar para hoy.
- Bueno, eso no tiene importancia Amaia, como sigas con ideas como esta, y presentándolas de una manera tan perfecta no necesitas estar nunca Ja Ja Ja Ahora las buenas noticias.
- ¿Mejores?
- Mucho mejores, no tienes ni idea. Pasa por mi despacho esta mañana que te tengo una sorpresa.
- ¿Una sorpresa?
- Sí, un apoyo inesperado.
- ¿De quien?
- Eso es lo mejor, logré hablar con el manager de un cantante muy popular en España y él me aseguró que su cliente pasará por la mañana para que les expliquemos las bases del proyecto y que seguro que dará la cara por él.
- ¿Y no me dirás quien es?
- No! Ja Ja Ja Ja Esa es la sorpresa. Pasa aquí así que puedas, terminamos los preparativos y te hago la revelación.
- Voy corriendo.
Hoy el tráfico la tenía impaciente, de su casa al Ministerio no se tardaba nada, muchos días, si hacía sol, se desplazaba incluso a pie. Estaba empezando a llevar una vida demasiado sedentaria y eso no le gustaba nada. Pero hoy eso era importante, el despacho de Fernando era en el centro de la ciudad y para llegar allí había que pasar por inmensos atascos, si hubiera sabido antes que era para irse allí, hubiera salido antes de casa. Entró asfixiada y protestando consigo misma.