El comienzo del camino juntos.

3 0 0
                                    


Llevo cuatro años en esta ciudad. Bueno, tres años, ocho meses y x días. Suspiro. Casi cinco años fuera de mi ciudad natal. Casi cuatro años en un este lugar lleno de vida, desesperación, estrés, sueños, ganas de conocer el mundo, ganas de luchar contra el mundo y, magia. Porque sí, si algo tenía Londres, era magia. No solo porque Londres, y Reino Unido en general, estuviese relacionado con la saga llena de fantasía y sueños llenos de magia escritos en papel como era Harry Potter. No. Londres era mágico por si solo. A pesar de todas sus cosas malas, esas que pueden llegar a absorberte tanto que olvidas cuales era tus metas y hasta tu misma persona, algo tenía. Algo que te envolvía, aunque no lo sintieras tu hogar, a pesar de que no tuvieses ese sentimiento de nostalgia cuando volvías de viaje de ver a tus amigos, de emborracharte en otro país o de perderte en otra cultura diferente. Sí, realmente tenía algo que te capturaba, hasta casi atraparte en ese bucle de autocompasión y odio-amor que comienzas a sentir después de un tiempo.

Al menos así empecé yo a sentirme desde hacía un año. Podría cambiar de ciudad, de país o de continente, pero no quería. Esta desastrosa ciudad y lleno de luz era, de alguna forma masoquista, mi hogar, aunque me sintiera más en casa cuando visitaba Alemania, lugar en le cual había pasado un año de mi vida.

Quizás, por todo lo que viví en ese país, específicamente en Berlín, es el por qué lo siento como mi segundo hogar después de Canarias. Allí crecí como persona. Maduré. Me conocí a mi misma. Y me refiero al sentido figurado y literal. Porque ni siquiera me conocía físicamente. Siempre estuve poco receptiva con mi cuerpo, y quizás al estar sola, sin que nadie opinara si estaba gorda, flaca; con muchos granos, con pocos; con el pelo muy largo, poco cuidado o de un color diferente a mi tono natural; y sin mi familia diciéndome que ponerme o no, quizás eso fue lo que me ayudó a decidir como quería mi cuerpo. Decidí empezar a quererme tal cual, a saber como cuidarme y, como no, a mimarme.

Por supuesto, aprendí también que me gustaba. Que me apasionaba y, aunque el camino de mi vida – es decir, que quería estudiar – no lo decidí hasta llegar a Londres y retorcerme en mi propia miseria – un punto de mi vida bastante gracioso, en el que una de mis mejores amigas está involucrada -, sí que descubrí que quería hacer con el resto de mi misma.

La nueva persona que llegué a ser, y soy, puede que a todo el mundo no le gustara al principio, y sinceramente, mi familia y amigos cercanos aún siguen tratando de digerirme, pero es como soy ahora.

Mis vivencias pasadas, las traiciones que he sufrido, las decepciones y todas las piedras con las que he tropezado, y con las que aún tropiezo, me han hecho como soy. Una persona honesta, sin filtros, muchas veces reservada, pero, sobre todo, llena de sueños.

Y eso, debería agradecérselo a Londres.

Claro, ahora la pregunta es, ¿a qué viene este pedazo de testamento y retahíla de incoherencias ñoñas?

La respuesta, a nada. He sentido la necesidad hoy, de empezar a escribir mi vida.

No, no habrá encuentros con Zayn Malik donde se enamora de mi y vivimos felices para siempre. Ni con mi amado Jamie Campbell Bower. Dígase que, por mí, si sucediese, sería más feliz que en un día familiar con la comida de la abuela. Pero, para mi desgracia y su suerte porque estoy un poco loca, el anda en el mundo de los dioses y yo soy solo una simple mundana sin mucho que aportar en esa vida – me doy un abrazo a mí misma -. Al menos, por ahora. Mantengamos la positividad.

Me río como si hubiese hecho la broma más graciosa de mi vida. El día que pueda encontrarme con él o con mi Dios todo poderoso Johnny Depp, ese día, os confirmo que moriré de un paro cardíaco. Creedme, que al todo poderoso ya me lo encontrado, las dos veces a menos de dos metros, y me he vuelto tan tonta que ni siquiera supe cómo usar mi cámara para grabarlo. Una de mis amigas está de testigo de unos de los momento más ridículos y desesperantes de mi vida. Pero bueno, de eso no vamos a hablar ahora. Que no, que luego me voy por las ramas como siempre me pasa que hablo de ese Dios. Ave María Purísima. Amén. Aún tengo que hacerle su altar, entonces ya podría ser calificada como fan psicópata, majara y soñadora compulsiva.

Anda, que ya me he ido por las ramas. Si es que este hombre me desconcentra.

Decidme que no es guapo el santo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Decidme que no es guapo el santo. ¡Quien tuviese una maquina del tiempo por favor! Si es que el angelito es guapo, y me da igual que ahora parezca más viejo. A mi me sigue encantando y cada vez que veo fotos como estás por el anuncio de Savage se me caen las bragas. Oops.

Me aclaro la garganta. Bueno, como iba diciendo antes de este paréntesis, no habrá encuentros de ese tipo. Mi vida no es tan interesante como para tener ese tipo de sucesos. A ver, pongamos un punto y a parte a esto. Seguramente sí que me encontraré con famosos, que por algo trabajo en Mayfair - aka perdona RichBitch. Ondeo mi pelo -, y porque una de mis amigas esta un poco loca también con el mundo de los dioses y ella - que sí, que lo digo yo y casi lo puedo confirmar -, se sabe hasta que comida come cada uno todos los días. Pero supongo que en eso profundizaremos en otro momento.

Por ahora, quiero dar la bienvenida a MI VIDA – aplausos y reverencias, gracias -, la cual seguramente sea muy similar a la de muchas personas.

Puede que no actualice mucho, y otras veces. Mi vida es una maldita – toso. Perdonen mi vocabulario vulgar – montaña rusa. Hay días, e incluso semanas, en las que no sucede nada de nada. Pero otros días, me sucede hasta el anticristo – me doy un golpe en la frente -, y con ello me quedo corta.

Saludo. Sí, soy una dramática sin remedio, pero, ¡venga ya! ¿Qué sería de la vida sin un poco de dramatismo?

Bueno pues ya está. Reviso todo de nuevo y miro el teléfono unos segundos que se vuelve media hora. Introducción hecha.

Ahora, me voy a comer que tengo más hambre que un cocodrilo en época de sequía. Reverencia. Aplauso al dramatismo. Espero que este aplaudiendo querido lector, y si no, es que eres más soso que un aguacate sin sal.

Me rio. Vale, lo siento, los lectores son Safe Space (espacio seguro), I PROMISE (lo prometo). Cruzo los dedos en la espalda.

Venga, ya me voy. Bye Bye Butterfly

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 18, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La extraña vida de una canaria.Where stories live. Discover now