Narra Samantha:
Eran las 8:00 de la mañana cuando Sebastian entró a mi habitación, tocando una campanilla. Esa campanilla era molesta, incluso me parecía innecesaria en cierto punto.
—Ya es hora de despertarse, Ojio-chan —dijo para luego abrir las cortinas de mi habitación, dejando entrar la luz de un nuevo día.
Me senté en la cama, aún con los ojos cerrados. No podía decir una sola palabra por el sueño que aún tenía.
Sebastian dejó de tocar la campanilla y la dejó en mi mesa de noche, entonces empezó a preparar el té de la mañana.
—Hoy tiene té de menta —dijo él, pero yo no contesté, pues seguía medio dormida—. ¿Es que aún no despierta? —rio levemente—. No me haga vestirle dormida, Ojio-chan.
Abrí mis ojos desmesuradamente.
¿Había escuchado bien? ¿Él? ¿Vestirme? ¡¿Él vestirme a mí?!
¡Imposible! No dejaría que un hombre me vistiera, eso sería... bastante indecente.
Sebastian empezó a alistar mi ropa. Lucía bastante tranquilo, como si no se hubiese dado cuenta de lo que acababa de decir. Yo era la única que se había sentido inquieta.
—¡¿V-Vestirme?! —dije, asustada. Pude sentir mi rostro más caliente, definitivamente estaba sonrojada—. Y-Yo puedo hacer eso sola, Sebastian...
—Entiendo —dijo, con una sonrisa. Dejó la ropa seleccionada en mi cama y luego se retiró.
«Este mayordomo...», pensé, cambiándome de ropa. Las prendas que debía vestir eran bastante complicadas, tardé bastante la primera vez que me vestí con ellas. Pero ya había agarrado un poco de práctica, por lo que ya no era tan complicado. Tan.
«Puede que a su antiguo amo sí lo vistiera, pero conmigo es diferente...» pensé. Aunque fuera difícil vestirme por mí misma, no cambiaría de opinión.
Cuando terminé de cambiarme, llamé a Sebastian para que me llevara al comedor.
—¡Sebastian! —llamé, y él llegó de inmediato—. Estoy lista.
Empezamos a caminar al comedor principal de la mansión, él caminaba detrás de mí.
Yo aún me sorprendía de la mansión que era ahora mi hogar; era bastante elegante, ordenada, limpia y hermosa. Sobre todo, era gigante.
—Esta mansión sí que es grande, ¿eh? —le dije a Sebastian, empezando un tema de conversación.
—Está en lo correcto, my lady —sus palabras no eran indiferentes, pero sí escazas.
—Definitivamente tendré que acostumbrarme a este ambiente.
—Así es.
—Ahora me resulta extraño estar acompañada todo el tiempo por alguien más aparte de mi propia sombra —las palabras que no expresaba salieron sin que me diera cuenta—. Pues aún estando rodeada todo el tiempo por esas personas similares a mí, realmente me sentía muy sola.
。。。
Narrador Externo:
La condesa y su mayordomo llegaron al espacioso comedor. Al llegar, el demonio movió la silla de anfitrión de la mesa de manera caballerosa para que su ama se sentara, y así lo hizo.
Sebastian puso una servilleta en el regazo de la señorita Samantha. Durante el bloqueo de la vista de Samantha con la servilleta, el gran plato de desayuno apareció en la mesa.
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El Sabor de tu Alma [Kuroshitsuji]
FanficEl demonio Sebastian Michaelis es mayordomo ahora de un nuevo amo; mejor dicho, una nueva ama... Su nombre es Samantha Harrelson, una chica de trece años con cabello castaño y ojos verde esmeralda. Hizo un contrato con este elegante mayordomo a camb...