Fairytale. |Harry Styles|

Capítulo 11: Una y mil canciones.

Los chicos están dentro de la sala de captación en el estudio que Shannon ha alquilado para grabar el demo, han llegado puntuales y eso ha sido un gran alivio porque solo cuentan con un par de horas para tener todo listo. Ellos en estos momentos están inspeccionando el lugar, indagando sobre los instrumentos que se utilizan para lograr un mejor sonido.

Creo que lo que pasó el día de ayer no debió de trascender. Harry es mi amigo, nada más. Vale, luego de que Harry y yo tuviéramos ese momento incomodo me fui de su casa, tome un taxi directo a mi hotel y lo demás no deseo compartirlo. Solo diré que Gwen estaba furiosa por haberla dejado todo el día y ni siquiera haberle respondido el bendito mensaje que me mandó cuando estábamos en el auto rumbo al hogar de Harry. Tal vez fui grosera en esa parte pero ella es tan controladora que me saca de mis casillas, incluso no quiso que viniera a ver cómo es que quedaba el material de esta nueva banda. Me he comprometido a apoyarlos y debo hacerlo, es mi palabra y Gwen, por más manager que sea, no lo va impedir.

Les sonrío cuando ellos me saludan por detrás de la ventana, yo ahora estoy sentada en el sofá blanco que tiene la sala de control, es realmente cómodo y no deseo moverme de acá por los próximos minutos. Shannon revisa los parlantes y los paneles de control, ajustando el volumen y la reverberación de los micrófonos. Yo ya sé todos los procesos que se necesitan pero ellos no y su curiosidad por tratar de fotografiar el lugar en su memoria me conmueven.

—Prepárense, comenzamos en un minuto —les dice Shannon, habla por el micrófono y así el sonido les llegue por los parlantes hacia la sala de captación.

Los chicos están con el compositor que les ha ayudado a corregir una que otra partecita de la letra, pero nada significativo comparado con los arreglos que yo he tenido que hacer a mis canciones. Me agrada ayudar, pienso que de esa manera recompenso todo lo que la vida me ha ofrecido a mí y que mejor que hacerlo con unos chicos tan talentosos como ellos.

Noto que Gustav, el guitarrista, toca unos acordes para que le vayan indicando como es que es el tono de la canción, creo fielmente en que este será un gran Single y que captará la atención de cualquiera que lo escuche.

—Bien, comenzamos —repite, Shannon. Los cinco se colocan detrás de sus respectivos micrófonos y esperan la señal para que empiecen a cantar de manera Acapella, luego de eso recién los programadores le agregarán el sonido, pero para corregir algunos detallitos de la voz siempre los temas se graban de esa forma.

Le dan unos toques a los micrófonos para probar si es que están funcionando bien, siguen sonriendo y mirando a todos lados como unos niños. Un joven de producción ingresa a la cabina hermética para encender los aparatos y comenzar con el proceso, les coloca audífonos a cada uno de los chicos para que puedan escuchar su propia voz y no les afecte ningún bullicio que se instale en los alrededores. Harry se los saca y me los enseña por detrás de la ventana, como preguntándome el porqué de estos. Le sonrío haciendo señas de que se los vuelva a colocar, levanto los pulgares cuando Shannon da la señal de que la cinta está empezando a grabar.

***

—Guau, ¡Ha sido una experiencia alucinante! —exclama Niall, cuando sale de la sala de captación a la de control. Le sonrío y me permito darle un abrazo, es realmente tierno y muy carismático con las palabras que dice—. ¡Y todo es gracias a ti, esto es maravilloso!

—Es un placer, se merecen todo lo que les sucede y les sucederá —comento. Los demás van ingresando a la sala y me miran, le doy un abrazo a cada uno. Se siente bien derrochar cariño y alegría, aunque, mentalmente, creo que es un mecanismo para no sentirme sola. 

—La Pos-producción tardará un poco, están arreglando unos detalles —interviene Shannon—. ¿Qué tal si vamos a tomar unos Starbucks?

Los chicos asienten entusiasmados y me miran, vale, yo no soy la mala que no los dejará ir. Es más, creo que es una buena idea.

—Me parece genial —les digo, ellos sueltan uno que otro chillido y levantan las manos al cielo como haciendo un símbolo de la victoria. Río por su ocurrencia y todos, incluyendo Shannon, nos encaminamos hacia la entrada para poder ir al Starbucks que queda a un par de esquinas de este lugar.

Cuando salimos por la puerta de cristal hay un silencio palpable, uno que Shannon se dispone a romper. Lleva esa sonrisa de sé algo sobre ese chico que tu no. 

—Harry me ha comentado que te admira mucho. Hasta me atrevería a decir que tiene alguna foto o mercancía tuya.

Me atraganto con mi propia saliva pero trato de disimularlo sonriendo y respirando hondamente. ¡No es posible!

—He, sí. Yo solo dije que era un gran fan —responde el ruloso desde el otro lado de la acera. Me muestra una sonrisa ladeada, esas que calman a cualquiera con tan solo observarlas.

—la cuestión es que, sería bueno que les muestres un adelanto del nuevo material en el que estás trabajando —sugiere Shannon, se acomoda el cabello chispeado por el paso de los años mientras me observa, también sonriendo.

—No tengo nada concreto —murmuro—. Todos los arreglos se hacen en L.A. y ahora mismo no he escrito ni una sola línea.

—¿No tienes inspiración? —pregunta Liam, él está al lado de Shannon y hasta el momento se había mantenido en silencio. Pero los silencios no son perdurables.

—George no la inspira —farfulla Shannon sonriendo y llevándose la mano derecha hacia el mentón.

Okay, no sé si esto es una conspiración en mi contra pero no resulta nada cómodo responder este tipo de acusaciones. 

—No escribo sobre mis relaciones o ex-parejas.

—No mientas, Chloe—me dice nuevamente Shannon.

—Bueno, solo lo he hecho un par de veces pero no más que eso.

—Es genial que escriban sobre ti —interviene Harry—. Denota que has estado pensando en él y que no puedes sacarlo de tu mente.

—No siempre —contesto—. Algunas veces son canciones de despecho, rencor, desamor y esos temas tribales que surgen el momento en que compones. Aunque, no necesariamente tiene que ser así. Puedes cantarle a la vida, la amistad y la valentía.

—¿Has compuesto canciones de desamor? —pregunta. Sus ojos verdes se iluminan con la puesta y el reflejo del sol en el horizonte.

—Solo he escrito dos temas, normalmente las compro a autores que se inspiran con el sentimiento.

Cuando llegamos a Starbucks tomamos asiento en una mesa que está al lado de la ventana con el logo verde de la tienda impreso en el vidrio. Louis y Niall se ofrecen para ir por los cafés mientras que el resto de nosotros nos quedamos sentados en el pequeño cubículo.

—No puedo creer que George no te inspire, generalmente son estas relaciones las que te ayudan a crear los mejores versos de amor —me espeta Shannon. Él no sabe que todo es un contrato y tampoco lo sabrá por mi parte pero creo que sospecha, o al menos tiene una mínima noción de que eso no es real.

—No es que no me inspire pero no quiero mesclar mi relación con mi trabajo.

—Yo te escribiría una y mil canciones —me dice Harry. Le miro para corroborar que no he escuchado mal y haya sido una jugada de mi mente, pero no, al instante baja la mirada y se muerde el labio.

—¿Harías eso? —pregunto.

—Sí, realmente lo haría. Imaginaría muchas cosas solo por verte feliz —manifiesta.

—Eso es lindo.

—Al menos sirves de inspiración para este chico, pero el ambiente ya se puso melifluo y no soy fiel ferviente de estos casos así que agradecería que no se dijeran este tipo de palabritas mientras yo esté presente  —murmura, soltando una sonrisa de “Ya te agarré, estás frases no se dicen entre amigos”

Me río y tiro de mi cabeza para atrás, choca con el respaldar acolchado de la silla. A lo lejos, observo a Louis y Niall haciendo una fila para pagar en caja y luego ir por las órdenes.