¿Ciclos?

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Hay dos puertas, hay dos caminos, ¿cuál escoges?
Conoces a alguien. Fácilmente te mueve el mundo, de pies a cabeza; te hace creer que no puede haber algo más hermoso que su hermosa sonrisa.
La ves y dices: no puedo creer que esté conmigo, ella es increíblemente inteligente, divertida, risueña... Pero algo cambia.
Se dificulta hablar con ella, la buscas, la buscas, y por más que veas a todas las direcciones, no la ves, está en frente de ti, pero no la ves. ¿Por qué?  Tal vez, alguien se atraviesa. Sí, es eso, ¿Quién es? Es... ¿el amor de mi vida?
Te alejas de tu increíble sonrisa bajada de la Luna. volteas y ves a esa persona que se atravesó y que crees que es el amor de tu vida. Te hace reír, te lleva a pasear, te dice cosas lindas, o eso crees tú.
Pasan los días, ¿el amor de tu vida te nota? Eso se piensa. Mientras tanto, tú estrella principal te busca, te busca y te encuentra. Tú la ves, pero ¿la observas? Se le nota diferente, tal vez con grandes charcos negros debajo de esos pequeños mares que tiene arriba de su nariz. Está cansada de buscarte, cansada de intentar que la notes mientras tú estás con quién crees es el amor de tu vida.
Ella no se rinde, trata de hablar contigo, pero todo en vano. A pesar de todo, toma una decisión: dejarte ir, a pesar de que tú ya hayas tomado la puerta para poder salir.
Te das cuenta que es la puerta equivocada, pero ¿cómo pasó? Estaba segura de que hacía lo correcto, abandoné antes de romper algo... ¿irreparable? ¿Se habrá enterado?
Ella se enteró, no sabía cómo pasó, pero así fue.
Tomé la puerta hacia el que creía era el amor de mi vida, para perder a mi verdadero amor, a mi sonrisa perfecta. La perdí, la perdí para siempre.
"El amor de mi vida" hizo lo mismo, solo que él tomó la puerta correcta, es como un ciclo, un ciclo que te deja perplejo ante lo que crees que no te puede suceder a ti, pero que puedes hacer y permitir le pase a otra persona. Es un ciclo, uno que se repite y repite.