Saiki, siguió su impulso y juntó sus labios con los de Teruhashi. Y dejó de pensar, de escuchar los pensamientos de los demás y sólo se dejó llevar por las sensaciones de esos suaves labios.
Ella, al tan repentino movimiento no pudo moverse. Sino que sintió como su corazón latía rápidamente mientras él movía un poco sus labios, haciendo que Teruhashi por inercia le correspondiera. Apoyo sus manos sobre sus hombros mientras Saiki la abrazaba por la cintura.
Los dos empezaron a tener una explosión de sentimientos mientras más se unían a la pasión que sentían.
Pasaban los segundos, y su respiración se aceleraba. Nunca habían sentido tal sentimiento.
Saiki sentía una tranquilidad y al mismo tiempo una necesidad por seguir besándola. Perderse en esos suaves y adorables labios. No pensaba en nada más que en eso.
Teruhashi, al separarse un poco para buscar un poco de aire a lo que Saiki no estaba dispuesto a dejar esos labios. Cuando se iba a acercar devuelta, ella se dió la vuelta repentinamente sorprendiendolo y dándose cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
Volvió a escuchar los pensamientos de las personas.
-Teruhashiiiii-saaan, ¿qué haces aquí solita?-Pregunto su primo con curiosidad.-¿Qué hacías?
Miró al costado de su prima, a lo que ella volteó para encontrarse que Saiki se había ido.
Suspiró, para intentar calmarse.
-Nada, nada. Sólo estaba pensando un poco y me desconcentre.-Dijo tocándose la cabeza para parecer cansada.-¿Vamos a casa, Haruka?
Teruhashi logró lo que quería, distraerlo. Él la vio emocionado.
-¡C-claro! ¡Vamos!-Dijo acercándose para sostenerla del brazo.-¡Tengo muuuchas cosas para contarte!
La joven rió dándole oportunidad para hablar.
Saiki, se teletransportó hasta su habitación y se sentó en la silla a pensar.
Por unos momentos, no pudo evitar tocarse los labios para volver a sentir esa sensación de vuelta.
Pero no después de mucho tiempo volvió a la realidad.
Le había dicho a Teruhashi que no era novio de Aiura, perdiendo una oportunidad única. Y no sólo eso, la había besado. Y lo había disfrutado. Claro que lo disfrutó.
Esa combinación de tranquilidad y necesidad. De paz y deseo.
Porque el deseaba besarla, y ese sentimiento no se había ido. Sino al contrario, se vió intensificado. Era como probar una café helado, al terminarlo querías uno más. Hasta tres. Díez. Muchos. Sin poder ser capaz de cansarse.
Pero no debía dejarse llevar por los instintos.
Cuando besó a Teruhashi, parecía como si sus poderes se habían ido. Y Saiki no sabía si eso era algo bueno o malo.
Al no tener sus poderes, se sentía tranquilo pero a la vez desprotegido. Casi habían sido descubiertos por el primo de Teruhashi, de no ser por ella y capacidad de detectar a la gente desde lejos.
Mientras Saiki pensaba en como pasaría todo al siguiente día, una cosa tenía clara. No podía dejar a Teruhashi sin saber que es lo que le pasaba con ella, aunque la respuesta para los humanos es bastante obvia. Para Saiki, era algo distinto.
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Teruhashi a la hora de acostarse empezó a pensar, logrando que se sonrojara hasta las orejas. Había besado a Saiki. O bueno, él la besó. "Y fue increíble", pensó sonriendo.
Se movió emocionada sobre la cama recordando el momento. Rodaba, paraba, reía y volvía a rodar.
Pero... ¿Por qué lo hizo? ¿Gustaba de ella? Se sonrojo y dejó llevarse por la fantasía.
Conocía a Saiki y sabía que no lo admitiría. Así que lo mejor sería que si quería algo con ella, él la buscará. Ese pensamiento hizo que su corazón latiera desenfrenado.
¿Cómo lograría callar esos sentimientos para que sus fans no se dieran cuenta? Se sentó, pensando.
Lo de no pensar en él le había funcionado, sus sentimientos no fueron alterados. Había sido difícil pero seguro lo lograría.
Siempre había que tener precauciones, si su hermano casi se da cuenta de su cambio sus compañeros o cualquiera también lo notarían. Lo mejor sería no pensar en Saiki... Aunque nada le detenía que en la seguridad de su habitación no se dejará llevar por los recuerdos.
Se recostó sonrojada y con una gran sonrisa mientras se tocaba los labios con la yema de los dedos.
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No podía creer que Teruhashi devuelta no quisiera pensar en él. No podía llegar a comprenderlo. Cada vez que su nombre pasaba por la mente de ella, está empezaba a tararear una canción en su mente. A las pocas horas, esa canción empezaba a ser irritante para Saiki.
Se tocó la cara, exasperado. Se suponía que él la ignoraria, no al contrario. En verdad no podía creerlo.
Estaba sentado en la terraza cuando escucha los pensamientos de la chica en la que estaba pensando.
"Uff. Ojalá no haya nadie en la terraza", pensaba mientras subía las escaleras con una bandeja de almorzar en sus manos. Saiki, en vez de huir como comúnmente hacía se quedó esperando.
Y en cuanto Teruhashi abría los ojos sorprendida por verlo, él se levantó para acercarse a ella.
-Ahm, b-buenos días Saiki-kun.-Dijo mirando para otro lado mientras por dentro se preguntaba que hacía él ahí.