La última oportunidad (The Last Stand)

Recuerdos de un pasado no muy lejano

(Recordando el día anterior)

Estaba todo oscuro. No realmente, había mucha iluminación como para ver las cosas. Lo digo en el sentido de metáfora. Todo estaba por debajo de los límites en la ciudad. El viejo, yacía muerto en el piso. Agujereado y sin alma. Los motociclistas, listos para seguir conmigo.

Pero no pasó eso. Pasó lo que tenía que pasar.

Uno de ellos, se acercó lo suficiente como para dispararle en la rodilla, cogí su máscara, me la puse y le disparé en la cabeza.

Volví a esconderme, ahora por lo menos, tenía más tiempo para pensar. El gas se estaba apoderando del lugar. En cualquier momento parecerá una niebla interna y será corrosivo. O eso pienso yo.

Uno de los motociclistas ofreció que saliera y soltara las armas. Respondí disparando desde la cadera. Fue algo tonto, les había dado mi posición. Pero cuando ellos se acercaron, yo disparé varias veces, atiné como a 4 de ellos.

Seguían vivos y heridos, así que en su desesperación, cerré las puertas y encendí una gran estante. El fuego se propagó rápido, al parecer hubo una combinación perfecta entre el gas y las llamas. Decidí que era hora de escapar.

Encontré la salida, casi medio muerto pues el gas y el fuego estaban cortando el oxígeno. Alcancé a cerrar la puerta trasera. Pude ver como intentaban abrirla. Duraron como 2 minutos tocando, después no se escuchó nada. O se murieron por el gas, o encontraron otra salida. Cualquiera que fuese la situación, no creo que intervenga después en mis acciones.

Al reponerme, me quité la máscara y respiré un poco. Pensé que sería peligroso pasar otro día/noche en estos lugares, así que lo mejor sería buscar gasolina después.

Vi una estación. Esas donde puedes parar por un rato, comer, charlar e irte. Parecía prometedor. Al entrar, pude escuchar ciertos aullidos, debía de haber un animal herido por ahí. Lo busqué y lo encontré cerca de la cocina. El pobre se había lastimado la pata con una de esas máquinas calentadoras de pan. Por suerte, estaba apagada y era poco pesada. Con un poco de esfuerzo la levanté y el perro salió enseguida. Como muestra de agradecimiento el perro (creo que es un Husky siberiano, aquellos que parecen lobos) lamió mi cara. Sentí que estaba en una familia.

Después de mucho tiempo. Quizás queden cosas buenas en este mundo decaído.