«Killing Hearts»

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Su vida era completamente diferente a la de los demás. No sólo porque era un empresario joven e hijo de un multimillonario, sino porque se había casado a los dieciocho sin importar lo que la sociedad le dijese. Había conocido a Park Jimin en la escuela primaria, y supo desde aquel momento, en donde compartieron una galleta de frambuesa, que aquel rubio era destinado para sí. ¿Le costó conquistarlo? Jungkook no podía olvidar las veces que hacía lo imposible para poder tener la atención de Jimin y ocultar sus celos cada vez que uno de sus compañeros ocupaba el asiento junto al rubio.

Jungkook sabe que aquellas memorias son graciosas. No fue hasta que cumplió quince cuando por fin pudo deleitarse de los labios rosados y carnosos de Jimin. Esa misma tarde probó su cuerpo entero, sumergiéndose en sus paredes carnales y demostrándole que iba a hacerlo gritar de placer en diferentes posiciones. Aún era un adolescente, pero ese día, en donde sellaron su amor en la cama del rubio, demostró que era experto en demasía de cosas.

Fue una mañana de otoño cuando Jungkook decidió que al único hombre que podría amar era a Park Jimin. Lo sorprendió esa misma con un anillo de diamantes costosos, el rubio no lo podía creer y entre lágrimas lo besó, sintiendo el amargo sabor a tabaco y alcohol en los labios de su prometido. Pues sí, Jungkook ocultaba sus adicciones de los demás, pero aun así su novio lo aceptaba.

Los padres de Jimin estuvieron en desacuerdo, amenazaron a su hijo en no ir a la dichosa boda y que no podía desperdiciar su vida junto a un muchacho de mal vivir. Jungkook se llevó al rubio esa misma noche, lo instaló en su departamento y decidieron que iban a casarse sin ningún invitado, pues al final de todo, ellos sólo podían disfrutar del amor que sentían.

Jimin aún no se acostumbra a que su esposo se levante a las tres de la madrugada y salga de casa; él confía en Jungkook, y no cree que lo engañe con otra persona. Pero la inseguridad está allí, estrujándole el corazón y haciéndolo llorar cuando no vuelve después del mediodía. Quiere preguntarle, pero no sabe si es lo correcto.

Jungkook había cambiado de la noche a la mañana. Ya no demostraba gestos cariñosos, abrazos por la espalda mientras preparaba el desayuno o maratones de películas por las tardes; ambos acurrucados en el sillón de la sala, hundiéndose junto al otro, disfrutando de los espasmos del orgasmo mientras se murmuran apodos cariñosos y comparten risas. Jimin extraña poder disfrutar del cuerpo de su marido, pero el pelinegro lo embiste salvajemente y sin pudor alguno; hubo una ocasión en donde le pidió que parase, que sentía mucho dolor. Jungkook lo ignoró mientras llegaba a su propio placer, llenándolo de su semilla para luego cambiarse rápidamente y salir de casa.

Jimin cree que es una faceta. No puede desconfiar del pelinegro cuando se juraron amor eterno, y el anillo es la prueba decisiva. Tanto Jungkook cómo él apenas cruzan los veinticinco años, quizá necesitaba cambiar la rutina y poder tener pequeñas citas en la ciudad; como ir al parque y disfrutar de la naturaleza o almorzar en el nuevo restaurante que le habían recomendado.

Jungkook sabe que es un cretino e hipócrita. Siempre tuvo lo que quiso, sus padres lo consentían en todo desde pequeño, vive una vida de lujos donde goza el sueldo en el trabajo que tiene y se siente orgulloso de poder gritar a los cuatro vientos que pudo conquistar el corazón de su esposo. Pero sabe que quizá todo sea una mentira para poder ocultar a su verdadero yo, al que nunca demostró en público, y siempre trata de controlar frente a Jimin; pero últimamente todo se estaba saliendo de control y la máscara comenzaba a despegarse de su rostro.

Cuando sale a las tres de la madrugada dejando al rubio, él no se va a un bar a sentarse mientras finge que la cerveza cara sabe diferente que la barata, o se sumerge en las sábanas de otra cama mientras hace gritar a una mujer cualquiera. Jungkook sabe que Jimin se siente inseguro acerca de la relación, pero si él no saliese en plena madrugada al bosque y mataba a cada conejo que se interponía en su camino, podría terminar cometiendo una locura y no podía permitirse ser alejado de Jimin.

Killing hearts 🔪 KOOKMIN.OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora