19 días y 500 noches

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  Me gustan las mujeres, no puedo evitarlo. Me gustan todas sin distinción: altas, bajas, gordas, delgadas, feas y guapas. Cada una tiene su encanto y a ninguna le digo que no.

  Soy un hombre muy sociable y tengo muchos amigos, pero sobre todo amigas. Quiero considerarme un galán y reconozco que lo soy, no me da vergüenza decirlo, porque no hago nada malo.

  Normalmente cuando conozco a una mujer me gusta practicar el arte de la conquista, si no está receptiva no insisto, respeto ante todo, pero si ella esta conforme me dejo querer.


  Un día uno de mis grandes amigos me invitó a una fiesta que celebraba en su casa, allí me presentó a multitud de amigas y yo le presenté a algunas también, entonces crucé miradas con una pelirroja impresionante y decidí presentarme.

- Estoy a punto de morir, porque no puedo creer que haya vivido toda mi vida sin conocerte-. Le dije mientras me acercaba a ella.

- Pues yo te veo muy saludable-. Contestó con ironía.

- Tus ojos me han dado la vitalidad necesaria-. Ese tanto me correspondía a mí, porque verdaderamente tenía unos ojos de infarto.- Mi nombre es Maximiliano Antúnez, Max para ti.

- Gracias por la confianza-. Hizo un gesto con la cabeza y se fue.

  No era un buen comienzo, pero algo en ella me obligaba a insistir. Aplicando mí norma de respetar ante todo decidí preguntarle a mi amigo por ella.


  Su nombre era Genoveva y era socia de un importante bufete de abogados. Era soltera, aunque siempre se la veía en compañía de diferentes hombres.

  Pasadas unas semanas me la encontré tomando algo en el mismo bar donde yo estaba y me acerqué a saludar e invitarla. Aceptó la invitación y se disculpó por su comportamiento el día de la fiesta.

- Tú amigo Jesús me metió en una encerrona-. Comentó Genoveva.- No era una cita de trabajo, era una maldita fiesta llena de mujeres.

- Bueno, pero eras la más guapa. La que más destacaba-. Dije sonriendo.

- ¿Sí? Porque te vi muy abrazadito a algunas.

- Pero las dejé a todas para conocerte a ti.


  Esa charla fue mucho más larga e interesante y después de ese día quedamos otros muchos, hasta que pasamos a la acción. Siendo sincero empecé a sentir algo por ella.

  Genoveva era la mujer más inteligente que había conocido, sofisticada e insinuante. Me tenía completamente a sus pies con solo parpadear y eso nunca me había pasado.

  Nos entendíamos a la perfección y entre nosotros no hacían falta las palabras porque nos compenetrábamos de manera increíble, nunca había tenido esa conexión con ninguna mujer. Hasta entonces nuestra "relación" había sido abierta, pero un día me planté y como dice el refrán "cogí al toro por los cuernos", nos sentamos a hablar y privatizamos nuestra relación. Ahora éramos solo nosotros.


  Lo nuestro duró poco, y siendo honesto la culpa fue mía. Mi vida social no cambió y Genoveva alteró la suya para el bien común. Yo tenía compromisos a los que no quería renunciar y ella al ver mi falta de colaboración me dejó y con razón.

  Me arrepiento de no haberla cuidado, porque sé que con Genoveva iba a ser inmensamente feliz. Tardé mucho en olvidarla pero lo conseguí.

  A día de hoy sigo con mi anterior vida, no me he casado, eso solo lo pensé estando con Genoveva, sé que ella tampoco lo ha hecho a pesar de que pretendientes no le faltan

  Y es que es una mujer tan arrebatadora...

FIN❤

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