Cuando tenía quince años me mudé a otro país junto a mi madre y su nuevo esposo argentino, el cuál conoció en una aplicación de citas y tras un año de hablar decidieron conocerse en persona. Salí a conocer mi nueva ciudad y mientras caminaba por un gran parque junto a mi mascota, justo al lado de un pequeño lago, vi a una chica pintando, me acerqué un poco hacia ella para poder observar lo que estaba haciendo. Era el rostro de una mujer mayor, quizá de unos cincuenta años.
-Pintas muy bien. ¿Esa es tu mamá?- le pregunté acercandome más a ella para que pudiera verme. -No, no es mi mamá- me dijo con un voz fría que deba algo de miendo sin siquiera mirarme y sin parar de pintar- no me molestes-. Me alejé de ella indignada por su comportamiento ya que yo no tenía malas intenciones. Seguí recorriendo el parque y vi un puesto de helados. Hubiera comprado uno pero no llevaba dinero, así que le pregunté al vendedor si volvería. Me contestó afirmativamente así que prometí volver al día siguiente. Me extrañó no ver a la misma chica cuando regresé, pero supuse que había decidido irse porque ya estaba anocheciendo o simplemente ya había terminado su cuadro.
A la tarde siguiente volví al parque y justo en el mismo lugar me encontré a la misma chica. Llevaba la misma ropa y peinado que el día anterior y pintaba el mismo cuadro, que no parecía más completo de lo que estaba la primera vez. Como si para ella no hubiera pasado el tiempo. Llena de intriga me acerqué a ella otra vez y le pregunté quién era la mujer del cuadro. -Se llama Marta- me dijo -pero no le hables, no puede moverse hasta que termine de pintar el cuadro-. No entendía de qué hablaba, en ese momento solo eramos nosotras dos en esa zona del parque. Con un poco de miedo seguí caminando hacia el puesto de helados. Un rato después, cuando volví, la chica ya no estaba.
Han pasado casi seis años desde ese primer encuentro. Y desde entonces, visito el mismo parque todos los días a la misma hora, hago el mismo recorrido, me encuentro con esa chica con el mismo aspecto dibujando el mismo rostro, compro un helado y cuando vuelvo a pasar por ahí, la chica ya no está.
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El mismo rostro (microrrelato)
Short StoryConozco a una chica que siempre está en el mismo parque a la misma hora, con el mismo aspecto y dibujado el mismo rostro.