Carlos bajo de su caballo al estar cerca de el lugar donde dormiría, entró pidió una habitación, pago las monedas de plata recibió la llave y volvió afuera para meter al caballo en el establo, cuando volvió a entrar preguntó por donde estaba su habitación, una habitación en el primer piso... Algo triste y sin sentido pues hay habitaciones en un segundo piso y a Carlos le hacia ilusión estar en el segundo piso, sin quejarse pero tampoco mostrando estar satisfecho se retiro a su habitación, cuando entro no le sorprendió ver que la cama estaba desatendida y los espejos con cierta suciedad, era algo que el se esperaba pues no era el motel mas lujoso que había, pero era el que podía pagar sin problemas, Carlos solamente sacudió la cama y hecho la sabana sobre ella, para después tirarse de golpe agotado en la cama de la habitación. Es una buena noche pensaba mientras estaba medio dormido, mientras que se inundaba de preguntas sin sentido que realmente no tenían respuesta, se mantuvo así con los ojos cerrados por un tiempo y estando a punto de dormir escucho el crujir de la madera de su techo... Eso incomodo a Carlos quien decidió salir afuera a pesar del frío, se puso la capa y salio a caminar un poco, temblando pero con pasos firmes avanzó moviendo sus pies como su cuerpo se lo permitía, después de sentarse afuera del motel un rato después tuvo una sensación de insomnio, Carlos no podía dormir, no sabia porque, tal vez habrá sido que se sentía incomodo matando... Pero no, no era eso, era algo mas profundo de repente sentía que su destino no era quedarse ahí esa noche, volvió adentro a su habitación para recoger su espada, su arco y su carcaj una vez listo para salir por la noche, fue al establo por su caballo y comenzó a cabalgar.
Después de unos 2 minutos cabalgando se arrepintió terriblemente de haber salido de noche, el frío era insoportable, sentía que su cara se iba a romper en pedazos mientras que sentía sus piernas tiesas y sus dedos inmóviles, pero a pesar de todo esto Carlos decidió seguir cabalgando, pasaron varios minutos sin que nada cambiara hasta que de repente el caballo "falla" se tuercen sus piernas y cae de costado aplastando la pierna de Carlos, un dolor inmenso atravesó el alma de Carlos, haciendo que por el dolor lanzara grito desesperado y lleno de dolor, con fuerzas de flaqueza logro sacar su pierna de debajo del caballo, pero esto era el mínimo de sus problemas pues el frío lo mataría si no tomaba una decisión rápido, el motel estaba muy lejos y no había refugio aparente... Las cosas pintaban terriblemente mal y no había salida, este sería el ultimo día de Carlos, pues creía que su destino estaba sellado y tenia razón, su destino estaba sellado pero no para este final aun le faltaba mucho, vio de repente una luz que provenía del bosque, Carlos no sabia que era pero decidió apostar a su suerte e ir hacia la luz, la cual a su vez parecía estar buscando a alguien, tal vez habían escuchado su grito y venían a ayudarlo, Carlos sin dudar siguió caminando con las piernas comenzando a fallarle, soltando desesperado un grito que clamaba por ayuda de nuevo observo como la luz iba comenzaba a dirigirse hacia el, dejando ver la estela de 2 hombres grandes y corpulentos, sin importarle esto siguió avanzando, incluso ser robado o golpeado por ellos era mejor que la muerte, Carlos dejo de caminar, sus piernas ya no daban mas y su mente tampoco, Carlos cayo al suelo sin tener ninguna certeza de lo que pasaría.
Abrió lo ojos de nuevo y logro observar que estaba sentado en una silla de bar, confundido y sin saber nada, pregunta por su ubicación, un hombre rápidamente le da un golpe fuerte en el abdomen, otra persona réplica - recién despierta, lo vimos desplomarse hace rato allá afuera - el agresor sin disculparse y lanzándole a Carlos una mirada que mostraba desprecio le dio la espalda y se fue a otra mesa, Carlos comenzó a recordar, ciertamente había caído al suelo afuera, da las gracias y a punto de retirarse escucha - ¿no esperaras salir de nuevo no? Nadie te rescatara si te vas de nuevo en la noche - sorprendente, aun era de noche solamente había estado desmayado varios minutos, el tabernero le ofrece un trago para calmar sus penas y Carlos acepta sin ningún impedimento.
