La Maldición del diario

El primer Capítulo

Luego de que Dulce y Javier me llevaron a casa, fui a descansar a mi habitación y Dulce me acompaño para que estuviera más tranquila.

- Quiero que estés bien, igual me quedaré aquí para que estés más tranquila y si llega a pasar de nuevo.

- Gracias Dulce, aunque la verdad eso no me molesta, sino que ya estoy dependiendo de alguien de nuevo.

- Si pero esta vez fue diferente, esta vez gritaste desesperada y las otras veces fue grito y llanto desconsolado porque un tipo no te toma en serio – se ríe de mí.

- Oye, para que sepas ellos no están maravillados por esta hermosura de mujer que soy, y ese problema mío no es, pero gracias, no sé qué paso en ese momento pero fue realmente aterrador ver esos cuerpos.

- A vale, pues que tan hermosa no eres, yo soy más hermosa que tú, y ahora eso es extraño, porque cuando tomaste ese diario empezaste a gritar y ponerte como loca, pero ahora necesitas relajarte y descansar, yo estaré abajo por si necesitas algo – en eso la veo levantando y saliendo de mi habitación y antes de cerrar la puerta – igual si quieres llamas a tu vecino – me guiña el ojo.

- Eres una babosa – sonrió y ella cierra la puerta-.

Esta tipa aunque la verdad no sé qué fue eso, de un momento empecé a ver eso, y lo sentí tan real, que es como si hubiera estado realmente en eso, a pesar de que todo lo imagine, pero es que es raro todo, el diario, el que la televisión ayer se prendiera sola y ahora esto. Pero entre tanto pensar me termino quedando dormida.

Despierto y veo que Dulce quería tomar el diario que estaba encima del velador y no sé porque pero la había detenido para que no se lo llevara, pero lo hice inconscientemente.

- ¿Estás bien?, de repente tomaste mi brazo con fuerza, como si no quisieras que me lo lleve.

- Lo siento – le suelto el brazo- no sé qué me pasó.

- Okay, me lo llevaré un momento ¿sí?

- Mejor voy contigo y así descubrimos un poco sobre eso.

- Yo digo que tienes que descansar.

- No mejor te acompaño y así leemos eso juntas.

- No diría que juntas, ya que Javier sigue abajo, estaba preocupado por ti, por eso igual quería saber porque paso eso.

- Lo conozco desde hoy y ya lo estoy molestando.

- Pues al menos agradece que nos trajo a tu casa.

- Eso sí, y a pesar de todo quiero saber que paso – me levanto de la cama y con dulce salimos de mi habitación.

Bajamos por las escaleras al primer piso y veo que Javier está sentado en el sofá y cuando me ve me dice:

- ¿No que ibas a descansar Rosario?

- Yo pensé que ella iba a descansar pero se despertó cuando quise sacar el diario.

- La verdad es que si iba a descansar pero también tenía duda sobre lo que es ese diario, y porque me paso eso cuando lo tome

- Bueno entonces descubramos lo que es el diario, por me causo curiosidad - dice Javier mientras nos sentamos en los sillones.

Una vez que nos sentamos nos quedamos pensando en quien iba a leerlo, nos mirábamos los unos a los otros, porque piensan que al tomarlo y abrirlo les pasaría lo mismo que me paso, y yo debido a eso no quiero ni abrirlo pero tampoco quiero no saber de qué trata.

- Okay, quien quiere ser el que lo lea – Nos dice Dulce mirándome y mirando a Javier-.

- Si quieren lo puedo leer yo, no tengo problema – Dice Javier un poco dudoso-