Escenario 5 (Trillizos)

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(Parte actualizada el 09/04/19

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(Parte actualizada el 09/04/19. Me gustaría que leyeran esto: Disculpemme por no actualizar. No vengo aquí a escusarme diciendo lo típico: “No tuve tiempo”, “Mi perro se murió”, “Se me borró el capítulo”.

No. No vengo a eso, simplemente quiero que puedan entenderme que estos días no han sido buenos para mí y por eso no he subido los especiales de los trillizos.

Tienen todo el derecho a estar enojadas conmigo por eso, no se preocupen me lo merezco.)

Bien, se me ocurrió hacer esto con los trillizos. Es parte de los especiales que tenía en mente y recordé que este pedido lo tenía en espera, así que ¿porqué no?

Sakamaki Ayato:


T/N y el pelirrojo se encontraban en la habitación de la chica viendo una película.

Entre una de las escenas de dicha película, había contenido para mayores de edad. Eso calentó e hizo sentir incómodos a ambos, pero ninguno dijo nada.

— ¿H-hace calor, no? — comentó T/N.

— Sí, deberías abrir la ventana. — respondió él.

Ella se levantó, dándole la espalda al vampiro, y se dirigió a la ventana para abrirla. Cuando lo hizo sintió la brisa del aire fresco y eso provocó que se le erizara la piel y la hizo retorcerse un poco, soltando un muy leve gemido.

Cuando iba a darse vuelta, sintió unos brazos firmes abrazarla por detrás.

— ¿A-ayato? — comentó la chica.

Él no respondió simplemente comenzó a dejar besos húmedos en su cuello, ella sólo soltaba suspiros.

T/N se dio la vuelta para quedar frente a frente. Ambos se miraron con intensidad y un brillo de deseo.

No lo pensaron más y unieron sus labios, primero en un beso suave para luego pasar a uno salvaje y profundo.

El pelirrojo subió a la chica, haciendo que las piernas de ésta quedaran enrolladas en su cintura. Caminó hasta la cama y la depositó delicadamente.

Se dedicaron una mirada intensa que habló por ellos, no hicieron falta palabras para expresar lo que querían.

Se despojaron de las prendas que traían puestas. Él se enterró en ella. Ambos gemían. Ambos sudaban. Él dejaba chupetones por el cuerpo de la chica. Ella encajaba sus uñas en la pálida espalda de él. Sólo las cuatro paredes que los rodeaban habían sido testigos de aquél acto de amor puro y profundo.

Sakamaki Kanato:


El pelimorado y T/N se encontraban jugando en la habitación del chico.

Fiestas de té, carreras de coches, peleas de almohadas, platicas entre muñecos; horas cargadas de diversión.

La chica se sentó un momento en el suelo para descansar.

— ¿Ya te cansaste? — preguntó él sentándose en el piso y recargando su cabeza en el regazo de ella.

— No tengo tanta energía como tú  Kanato-kun, ni como Teddy. — hizo un puchero.

Se quedaron en silencio unos segundos.

— ¿Y si jugamos a otra cosa? — preguntó tímido él.

— ¡Claro! ¿Qué tienes en mente? — dijo curiosa.

— Estaba pensando que... Para este juego no necesitamos juguetes, sólo nosotros.

— ¿De qué se trata? ¿El escondite? ¿Carreras? ¿Atapadas?

— No, nada de eso.

— ¿Entonces? — ladeó la cabeza.

Él se incorporó y la miró directamente a los ojos, una mirada intensa. Entonces la besó tímidamente y con un dulce sabor en los labios, producto de los dulces que habían comido anteriormente.

Se desvistieron con torpeza y un ligero sonrojo en las mejillas. Se miraron por unos segundos y se dieron un beso corto por última vez para después volverse uno solo.

El vampiro temía el romper a su linda y frágil muñeca, a la cual amaba con todo su diabólico ser.

Lento. Tierno. Así eran los movimientos del chico. Dulces gemidos salían de su bocas como cantos que hacían perfecta armonía con su acto.

Sakamaki Laito:


T/N estaba caminando hacia su habitación después de llegar de la escuela. Había tenido un día fatal y se sentía sin ánimos de hacer nada ni ver a nadie.

Se dejó caer boca a bajo en la cama, soltó un suspiro frustrado largo y cerró sus ojos un momento.

Algunos instantes después, comenzó a sentir que alguien acariciaba su espalda; desde el inicio de su columna vertebral hasta el termino de la misma.

Abrió poco a poco su ojos y vio a cierto vampiro que ella ignoró todo el día.

— ¿Qué haces Laito? — preguntó con los ojos entrecerrados.

— Nfu~ eres muy mala conmigo Bitch-chan, no me has prestado atención todo el día. — hizo un puchero.

— Y si me sigues llamando de esa forma, menos te haré caso. — bufó irritada.

Ella se recostó de lado dándole la espalda al chico. El chico se recostó detrás de ella.

— ¿Qué tienes, T/N-chan~? — paseó su mano por el brazo de la chica y masajeó un poco sus hombros — Me pone triste el que no me pongas atención. — dijo pegándose más a ella.

— Simplemente he tenido un mal día. — respondió si ánimos — Mi día empezó mal y transcurrió peor.

— Pues no podemos dejar que termine de la misma manera, ¿no crees? — la abrazó por la espalda y empezó a besar su oreja y hombro.

Una corriente eléctrica recorrió a la chica y se relajó un poco al sentir los besos de su amado. Ella se dio la vuelta para estar frente a frente con él.

— Lo siento Laito... — posó su mano en la mejilla de el contrario.

— No tienes porque disculparte... Haré que este día termine bien para ti. — sonrió de lado mientras la veía con intensidad.

Juntaron sus rostros de poco en poco, hasta que sus labios se unieron en un beso cálido. Ella sentía como el vampiro paseaba su mano por los rincones de su cuerpo, esa fría pero suave mano.

Él la empujó levemente para quedar posicionado encima de ella. Comenzó a dejar besos húmedos y chupetones por su cuerpo y pecho.

Se desnudaron. Se besaron. Se tocaron. Unieron sus cuerpos. La temperatura aumentó. Sus cuerpos ardían con cada roce.

Diabolik Lovers《Escenarios, Reacciones, Imaginas》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora