Alfred
Fui a la habitación y comencé a ojearla. Lo tenía todo esparcido y tirado pero así me gustaba, desordenada por la vida pero capaz de ordenar la mía. Una melodía interrumpe mis pensamientos.
-¡Buenos días, cariño! ¿Qué tal?
-Hola mamá, yo estoy bien y ¿vosotros?
De repente, la puerta del cuarto se abre y aparece Amaia, me llevo un dedo a la boca para mostrarle que estuviera en silencio. Ella deja una bolsa en su cómoda, coge ropa y susurra que va a ducharse. Desaparece y la puerta se queda entreabierta.
-Nosotros muy bien, como siempre. Aunque tu padre sigue siendo igual de cabezota.
-¡Pues como yo!- exclamo acompañado de una risa que se me corta al toparme con ella desnudándose. Me quedo observando cómo se desprende de su camiseta y se queda en sujetador. Nota que la miro en el momento que sube la cabeza después de haberse quitado los pantalones, se topa con mis ojos. Me sonríe pícaramente y yo giro la cara.
-¡Hijo! ¿Sigues ahí?
-Sí, sí, perdona mamá- respondo avergonzado, como si pudiera verme ahora mismo.
Vuelvo a fijarme en Amaia, quien me sonreía juguetona mientras se bajaba los tirantes del sujetador lenta y sensualmente. Por arte de magia, el sostén desaparece, dejándome observar sus pechos. Son preciosos.
-Buah- suspiro
-¿Te pasa algo?- pregunta preocupada
-No, no me pasa nada ma-má
Me quedo boquiabierto al ver como se agacha para desprenderse muy despacio de su tanga.
-Lo siento mamá pero te tengo que colgar, hablamos luego.- digo susurrando.
Corto la llamada y me dirijo hacia ella sigilosamente. Cuando se levanta, gira al verme detrás suya y con la mirada clavada en ella.
-Vaya, creía que no ibas a venir. Tardabas demasiado- susurra felina
-Estaba hablando con mi madre pero me han entrado ganas tremendas de ducharme y he colgado- le respondo de la misma forma
-Bueno, pues si tantas ganas tienes desnúdate y métete tú primero, yo me salgo y espero
Comienza a alejarse de mí. Velozmente le atrapo el brazo y la pongo en frente de mí, cara a cara, pecho con pecho. Le quito un mechón de la cara y se lo posiciono en su oreja y susurro tratando ser sensual.
-Quédate conmigo
Vuelvo a sus ojos llenos de lujuria y bajo a sus labios repletos de deseo. Los rozo hasta que no aguanto más y me lanzo sobre ellos. Comenzamos una lucha de lenguas para ver quien domina la situación, poco a poco vamos a parar de nuevo en la habitación. Se separa de mí, lo que me deja confuso pero por poco tiempo ya que me tira a la cama y se abalanza sobre mí, se posiciona encima de mis piernas y empieza a quitarme la camiseta para lanzarla a alguna parte. Continúa succionando cada parte de mi cuello y baja hasta llenar todo mi torso de besos, me mira divertida y se deshace de mis pantalones y bóxers; que ya dolían de la presión, a la vez que ella también se agacha hasta llegar a la altura de mi pene, y comienza a acariciarlo lento; pero con precisión. Otra sonrisa guasona y se lo lleva a la boca, increíble como lo lame y succiona mientras juega con mis testículos. Es una diosa en todo lo que hace. Joder. Gimo y suspiro su nombre junto a palabras extrañas hasta que noto que me voy, la aparto acabando en mi mano. Subo a la cama y empiezo a besarla por la cara y el cuello; donde dejo varias marcas, sigo por sus pechos y abdomen hasta llegar a su zona íntima. La miro buscando su aprobación a lo que ella afirma. Quería devolverle lo que me había regalado y, comienzo a lamer y a sumergirme en su sexo, me responde con sonoros gemidos que aumentan a medida que yo la penetro con mis dedos. Al terminar, reclama mis labios y vuelvo quedando encima de ella y seguirndo con la batalla de lenguas. Se posiciona sobre mí rozando nuestros sexos, cosa con la que suspiramos. Empieza a frotarse su entrada con mi miembro hasta que para de repente y se dirige a la bolsa de la cual saca un preservativo, sonríe y me lo lanza, vuelve a mí gateando mientras yo me lo coloco. Se posiciona entre mis caderas y se deja caer sobre mí, entonces pasa. El tiempo se para al introducirme en ella y al sentir sus paredes rodeándome. Comenzamos a movernos lentamente, un vaivén tranquilo que aumenta con los minutos acompañados de gemidos, antes de llegar al final la muevo; quedando debajo de mí, haciendo que las embestidas sean más duras, rápidas e intensas hasta que llegamos al clímax. Sudorosos y pegajosos con todavía varios espasmos del orgasmo salgo de ella junto con un suspiró y me tumbo a su lado, rápidamente me abraza. Nuestros corazones acelerados laten al unísono.
-Hasta que se caiga el cielo.
Estamos conectados.
Y por fin a pasado.
Quiero que me perdonéis por mi inexperiencia al escribir este tipo de escenas, bueno, y de todas. Solamente que no me matéis por lo mal que está, quiero que me digáis que os ha parecido, como siempre. Adiós a todxs :)
Dato sin importancia: la siguiente semana tengo vacaciones ;)
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Volver a empezar
Fiksi PenggemarAlfred, un muerto andante en una vida que dejó de tener sentido para él hace mucho tiempo, toma una aventurada decisión que cambia su vida por completo. Además, conocerá a gente que le ayudará en este cambio tan intenso.