Capítulo 5

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De la cocina pasaron al pasillo sin dejar de besarse, el calor del momento aumentaba de intensidad, Corey rodeaba con sus brazos el cuello de Alessandro y éste le desabrochaba el pantalón hasta que chocaron con una pared.

—Espera, esto no...

Alessandro le impidió continuar la interrupción, lo menos que necesitaba era que Corey pensara mejor las cosas, volvió a besarle y abrió la puerta que estaba justo a un lado del menor.

—Alessandro... —gimoteó Corey cuando le llevó adentro, al no estar acorralado pudo separarse poniendo ambas manos en los hombros del mayor. —Necesito pensar, yo no creí que esto..., ahora...

—Puedo ayudar a que calmes tu confusión. —le tomó de la cintura notando que el menor cedía la fuerza en sus brazos dejando de mantener la distancia. Se inclinó hacia su cuello y lo rozó con la nariz, justo antes de empujarle sobre la cama.

Corey le miró confundido y trató de evitar que le quitara el pantalón, pero ni siquiera alcanzó a sostenerlo, se sentó de prisa sintiéndose demasiado nervioso.

—Nunca he estado con alguien, no creo que esto sea buena idea.

—Es una lástima. —dijo Alessandro sonriéndole de lado cuando se hincó en la cama y se acercó dispuesto a arrancarle la ropa interior.

—No, no puedo seguir.

— ¿Por qué no? —se burló dejando de seguirle cuando Corey se alejó hasta donde estaban las almohadas. Entonces Alessandro salió de la cama para quitarse la camisa que ya le parecía un estorbo. —Ya no eres un niño, sabes perfectamente en qué te metías cuando permitiste que llegáramos hasta este punto.

Se sentó en la cama girando hacia Corey y posó una mano en su pierna desnuda, subiendo despacio hasta su cintura.

—Sientes y deseas lo mismo que yo, ¿cuál es el problema con dejarte llevar?

—Me va a doler. —murmuró desviando la mirada.

Alessandro evitó reír fingiendo una breve tos, aunque Corey tenía puntos extras al determinar por su cuenta que él iría debajo.

—No, esto no va a pasar. —dijo de prisa y quiso recorrerse hasta el otro extremo. —Lo siento, debo irme.

Alessandro se levantó para rodear la cama y se paró frente a Corey mirándole con cierta burla y algo de comprensión, se hincó frente a él tomando sus manos para atraer toda su atención.

—No pienso insistir sobre esto, está bien si decides parar ahora. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

Corey le miró en silencio, no podía pensar si estaba tan cerca, además, había evitado verle porque su decisión de no seguir se vio interrumpida por lo atractivo que era Alessandro. ¿A quién quería engañar? Si estaba admirando y se sentía tan tentado por el cuerpo de otro hombre, definitivamente era gay. Se maldijo internamente y mordió sus labios tratando de pensar con coherencia. Solo debía responder que sí, solo tenía que confirmarle que quería irse y él mismo le llevaría a casa.

—No... —jadeó rindiéndose y entreabrió los labios inclinándose apenas un poco para unirlos a los de Alessandro.

El mayor no lo pensó dos veces, esa era la aceptación que necesitaba, tiró a Corey sobre la cama posándose sobre él mientras convertía ese nuevo beso en algo tan caluroso e íntimo, que el aire parecía innecesario. Corey soltó un grito cuando sintió la mano de Alessandro bajar hasta tomar su miembro, colándose debajo de la última prenda inferior que le quedaba.

Después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora