capítulo uno

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El humo del cigarrillo fue lo primero que pudo sentir cuando abrió la puerta del bar. Era común en esos tiempos que los bares estuvieran repletos de hombres y mujeres fumando, quizás se le podía atribuir al estrés creciente debido a los tiempos de guerra en los que se encontraban. De todas maneras, él no formaba parte de este grupo de personas, el peculiar olor que desprendían estos cilindros no era de su agrado pero no dejó que su expresión denotara su disgusto.

Se encaminó hacia una de las mesas que se encontraban cerca de el juego de poker que se llevaba acabo entre varios hombres, al parecer pertenecientes a una clase media acomodada que se podrían permitir perder una o dos rondas. Allí lo esperaba una mujer cruzada de piermas, de cabello corto, ondulado y rubio, figura esbelta y facciones finas. Susan. Se podía escuchar Snafu Jump de Glenn Miller sonando en el momento en que el hombre de cabello negro azabache, que hacia juego con su gabardina, tomo asiento frente a la mujer de sombrero rojo. Ella depositó el vaso medio vacío de whisky puro que estaba bebiendo en la mesa y miró a su compañero por primera vez en la noche.

-Como siempre, llegas tarde Anthony.
Con cada encuentro que tenían él se daba cuenta del cambio en el acento de la chica, cada vez más lejano al que recordaba, cada vez mas americano.

-O tu llegas muy temprano, querida.
La mujer realizó una mueca que su acompañante ya había visto anteriormente. Quizas con el paso del tiempo ella aprendió a no tomar todo lo que el otro decía seriamente.

-Vamos a lo nuestro- Sentenció mientras volvía a tomar de su bebida- Mi trabajo ha concluido y sabes lo que eso significa.

-Aquí es donde comienza el mío - Su compañera realizo un asentimiento-. ¿Datos?

-Tengo todo lo que necesitas en el maletin que se encuentra junto a mi pierna debajo de la mesa, tómalo cuando te retires.

-Ingeniosa estrategia para tener mis manos cerca de tus piemas.

Vio la sonrisa leve formarse en los labios rojos de ella.

-No conozco a nadie mas desvergonzado que tu, Anthony.

El hombre se recostó sobre su silla y apoyó el brazo izquierdo en el respaldo. Tomo el vaso que le pertenecía a la mujer y bebió el poco contenido restante. La sonrisa de Susan creció.

Te terminaste mi whisky asi que no tengo mucho mas que hacer aquí- Habló en un tono firme. Despues de conocerse por mas de cinco años comenzó a apreciar todas las cosas que hacían de esa mujer una de las mas sobresalientes. Era valiente, leal y decidida. Lamentablemente esta sería la ultima vez que se verían, quizás por un largo tiempo, pero Anthony prefería que fuera definitivo, no había ventaja alguna en encariñarse con las personas y la constancia podía derivar en eso.

-Adios, Susan.
Ella se levantó con la gracia que la caracterizaba y depositó un beso delicado en la mejilla del que fue un buen compañero por años enteros; de la misma manera dejó que su aliento chocara contra la piel contraria por ultima vez quizá.

-Adios, Anthony.
Se encaminó a la salida moviendo sus caderas acompañadas del vaivén de su vestido rojo atrayendo mas de una mirada masculina. La de Anthony no se encontraba entre ellas.

Esperó un par de minutos mas para retirarse. Dejó sobre la mesa un par de dolares que eran suficientes para cubrir lo que había consumido Susan y la propina. Miró su reloj de muñeca. Ocho treinta. Afuera ya estaba oscuro, el inviemo azotaba las calles de Nueva York lo que traía como consecuencia fuertes enfermedades a aquellos que no tenían un lugar donde refugiarse durante la nevada. No era extraño ver a personas durmiendo en las calles o callejones, muchas veces solas muchas otras familias enteras. Anthony se encaminó hacia su Plymouth De Luxe que estaba estacionado dos cuadras alejadas del bar en el que se habia llevado acabo el encuentro. Se subió al auto y condujo a un pequeño apartamento que ocupaba hace una semana bastante alejado de todo.

Tenía curiosidad por saber lo que el maletín contenía. Mas bien por saber los resultados del trabajo de su antigua compañera. Todo era muy secreto cuando se trataba de espionaje alemán, no podían correr el riesgo de una infiltración estaban entrenados de esa manera.
Anthony era un nativo alemán pero formaba parte de un programa llamado Operación Levin por esta razón desde muy temprana edad su acento fue eliminado dándole la habilidad de hablar tanto ingles como alemán sin levantar sospechas en ninguna ocasión. De igual manera, ni siquiera años de complejo entrenamiento pudieron con su curiosidad innata. Al llegar a su hogar provisorio se quitó el saco, lo colgó en el perchero detrás de la puerta y se dirigió directamente a uno de los sofás individuales de la sala. Encendió la lámpara que se encontraba sobre una pequeña mesa a su lado, abrió el maletin con cuidado y extrajo su contenido.

En una de las ojas se podía leer "Proyecto renacimiento". Asi que los rumores eran ciertos, se dijo, Estados Unidos se encontraba en la búsqueda del hombre perfecto para la creación de un super soldado. No estaba impresionado, en la guerra todo se valia y lo que en otras ocasiones podían parecer ideas descabelladas aquí solo eran llamadas algo asi como medidas desesperadas.

Anthony se acomodó en su asiento leyendo detenidamente. Sus ordenes eran claras, debía infiltrase bajo su nombre falso dentro del ejercito, según estos papeles Susan ya había asegurado el puesto de Anthony Stark como cabo que supervisaría y les brindaría entrenamiento a los postulantes del Programa. En su historial aparecía como militar graduado con todo y honores. Pensó en las dificultades por las que habria pasado la mujer por conseguirle un puesto dentro del que, quizás, fuera uno de los proyectos activos mas importantes para el ejercito americano en estos momentos. Cualquiera de las tácticas que haya utilizado habrá sido muy efectiva, pensó con soma. Una vez que hubiera un elegido este no podía ser eliminado hasta confirmar la eficacia de la formula del Dr. Abraham Erskine, la cual él debía tratar de robar. La parte mas dificil seria ganarse la confianza del doctor alemán, tendría que implementar todas sus habilidades.

Un bostezo salió de sus labios, cerro el folio que contenía los archivos y se levantó del sofá apagando la luz de la sala. Su cama estaba hecha, no había dormido en los últimos tres días pero su cuerpo ya le estaba comenzando a pasar factura, decidió tomar una ducha en ese momento ya que mañana era el dia en el que daría inicio su misión y debía encontrarse en la base militar de Nueva York a primera hora.

Abrió su cajón y de allí extrajo el libro que conservaba con recelo. Le había sido entregado a todos los miembros de la Organización Levin por Hydra cuando su entrenamiento se dio por finalizado. Aun, después de años, lo mantenía en esplendidas condiciones. Releyó una de las paginas que ya se sabia de memoria y lo volvió a poner en su lugar, cerró el cajón y se acomodó mejor en la cama. Debia enfocarse en su próxima misión para la cual se había estado preparando toda su vida, su país dependía de aquello.

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Hola 👋🏼. Esto es algo nuevo, bastante diferente a lo que suelo escribir y, por ende, una clase de "reto personal".

Quisiera aclarar que no soy una gran experta en lo refiere la Segunda Guerra Mundial, pero me guío por mis estudios, los libros, películas de la época sobre espionaje aleman (lo cual no fue un éxito, los alemanes no eran los mejores espias), o relatos.

Si alguien sabe algún dato en el que me equivoqué o que desconozco me lo pueden hacer saber, estaría mas que agradecida.

Ahora si, gracias y espero que lo disfruten. Besos!💞

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2019 ⏰

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The man I loved >> 𝐬𝐭𝐨𝐧𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora