UNA ORACIÓN

CAPÍTULO 4: REALIDADES

⁃ No, no... y-yo ya debo irme -insistía.

⁃ Vamos Luciel! Tenemos que desayunar! -lo jalaba del brazo.

⁃ S-si pero... yo....

⁃ Luciel, ya salio el sol. Y ninguno ha comido. Así que, después de eso serás hombre libre, ¿esta bien? -ella lo miraba con sus ojos café, ¿cómo resistirse a eso?

⁃ esta bien... -apartó la mirada. Ella podía lograr esas cosas en él.

Akira podía hacer eso con él. Si ella quería que ir a desayunar, él no podía negarse. No es que no quisiera. Pero no su raciocinio le decía que no debía. Que son cosas que no debe vivir. "No te aferres a ella", pensaba. Pero, odiaba esa voz. La detestaba porque cuando estaba con ella, se sentía a gusto, feliz, alegre. Con muchas ganas de hacer tantas cosas, de poder conocer aun quesea solo Corea pero juntos. Poder verse más seguido, ¿qué de malo tenía?¿No podía darse esos lujos por un momento pequeño en su vida?

⁃ "Mientras no sepas quien esta detrás de Seven, todo estará bien" -Se decía así mismo. Solo un poquito. Solo eso le pedía a la vida.

Por eso, después de que arreglaron los mal entendidos, se quedaron ahí. Sentados sobre el auto de él. Mirando como salía el sol, como las olas rompían contra las rocas, las aves volaban en todo su esplendor. Y esa fresca brisa marina. En un momento a otro, Akira se había recostado en su hombro. debía moverse un poco para darle entender que se quite pero.... le gustaba. Le agradaba tenerla así. Era una imagen que nunca iba a borrar de su memoria. Nunca. Pero el hambre llamaba. en ambos tronó sus estómagos. Era el hambre que rompía con ese momento, ambos rieron.
Seven pensaba llevarla a su casa o algo así pero ella no quiso. Le ofreció mejor ir a comer a un muelle de pescadores cerca.

⁃ He... Akira... mejor te llevo a casa

⁃ ¿por qué? Vamos! Estamos super cerca según google maps! -señalandole la aplicación en su teléfono.

⁃ No se trata de eso, sino de que... -una excusa buscaba- deben estar preocupados por ti.

⁃ Descuida, estos días he estado saliendo temprano por las prácticas, no pasará nada. Vamos, ¿si?

⁃ eh... -ella lo sujetaba de la muñeca, estaba muy cerca de él. ¿Cómo podía resistirse a esos ojos? A su sonrisa que le pedía ir a comer juntos- ...esta bien.

Así fue que terminó conduciendo hasta el puerto más cercano. Su corazón latía como el motor de su coche que conducía con fluidez, rápido. Akira abrió la ventana. El aire entraba, revoloteando sus cabellos. Era un lío pero ambos reían. Cuando llegaron, Akira terminó con el cabello todo para arriba, como una gota de agua. Y Seven parecía un gran tomate rojo. Ambos rieron. Eran un desastre. Pero era tan divertido estar así, juntos.

El muelle era todo un caos en sí. Mucha gente de una lado a otro. Comprando, vendiendo diferentes especímenes marinos, de todos los tamaños, formas, cantidades, colores. Se sabía que hasta las más altas cocinas venían aquí para abastecer sus restaurantes, o eso decía Jumin una vez en el chat. Por suerte, había una sección donde era una especie de patio de comidas. Akira lo sujeto del brazo. "Para que no te pierdas", le había dicho. Si no fuera por la fresca brisa del mar, él joven estaría más rojo.

⁃ "No deberías estar haciendo esto, Luciel. Ella no podrá ser tuya. Ni tienes un futuro que ofrecerle, ¿por qué eres tan estúpido? Déjala! Vete, dile alguna mentira y vete... antes de que sea demasiado tarde..." -Esa voz, su voz racional se lo decía. Debía hacerle caso, debía irse pero... verla ahí. Feliz mientras lo llevaba del brazo, esquivando a la gente. Sus ojos eran muy alegres, no como en el hospital, ¿dejó de quererlo a él...?¿podría...?