Capítulo 22

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Ella no es así.

Mamá y papá me llaman a penas vuelven a casa, ________ ya se había ido, me encargué de dejarla en la puerta de su casa sana y salva, y no puedo esperar más para volver a verla.

–Queremos hablarte de un asunto serio- me dice mamá, quien termina la taza de café que tiene en las manos y la deja sobre la mesa.

Me siento en una de las sillas giratorias y comienzo a dar vueltas, esperando a que mamá o papá digan algo respecto a lo que ha pasado.

–Tu hermana nos comentó que trajiste a una chica a casa- bufo, ya sé cómo vamos a terminar exactamente esta conversación– Nos ha dicho que no tiene amigos, tampoco padres, y que está en problemas con la justicia.

Frunzo el ceño.
Me levanto de la silla y observo a Cassie, pasar por la cocina con una sonrisa de oreja a oreja.

–¿Qué clase de problema?

–Drogas.

–Mamá... ________ no se droga, no tienen ningún problema con la justicia.

Pero lo tendría si es que no la hubiese salvado de ese maldito club.

–No me digas que le han creído- continúo, observo a mamá quien mira a papá, sin saber que responder– ¡Por Dios, ni siquiera la conocen! No pueden jusgar a una persona sin haberla conocido.

–Cassie también nos dijo que haz preferido defender a tu novia en vez de a ella.

–Estaba en mi habitación con ________- explico– Cassie entró y sin razón comenzó a hacerla sentir mal, le dijo que...

–Sabes que ninguna chica puede entrar a tu habitación Shor- interviene papá, llamándome por mi segundo nombre.

Siempre me llama Ross, a excepción de cuando está enojado. Como ahora.

–Lo sé pero...

–¿Pero qué? ¿quieres dejarla embarazada? nosotros no pensamos ser abuelos ahora, y menos de una niña que está metida en la drogadicción porque no tiene padres.

Suspiro, tratando de controlar mi enojo, sin duda alguna Cassie me las pagaría.

–¡Ella no se droga, ni tampoco vende drogas! ¿pueden dejar de hablar así de mi novia?

–¿Desde cuando te tomas tan en serio una relación?- pregunta mamá– Además, ¿cómo puedes saber si tiene problemas o no?

–En la escuela la hacen sufrir, todo el mundo habla de ella, es una chica muy bonita, por dentro y por fuera- explico, los dos se miran entre sí– Pero no tiene amigos, no habla con casi nadie porque... es muy insegura, y las personas que hablan de ella crean miles de rumores, como Cassie.

–Deja de excusarte y anda a tu habitación.
Me dice papá, dejando el periódico sobre la mesa a la misma vez que se levanta.

Frunzo el ceño.
¿Es en serio?

–¿Pero por qué?

–¡Anda a tu habitación Lynch!

---

Salgo de mi auto, sintiéndome algo ya más relajado al no haber tenido que ver la cara de mis padres esta mañana. Toco la puerta de la casa de _______, pero nadie responde.

Saco mi número celular, y la llamo, evitando seguir tocando, ya que su abuela podría estar descansando. No quiero caerle mal a esa señora.

–¡Sabía que vendrías!
Exclama ella, abrazándome por la espalda.

Volteo sonriente y la observo, tiene una sonrisa radiante. Me alegra verla así, y no verla preocupada por lo que dijo Cassie anoche. Le dejo un pequeño beso en la mejilla mientras ella abre la cerradura de su casa.

–¿Quieres algo de tomar, o comer?

–No, gracias.

Observo como ________ deja una bolsa de remedios sobre la mesa y vuelve hacia mi lado, pasa sus manos por mi cuello, haciéndome sentir escalofríos.

–¿Ya estás lista para ir a la escuela?

–Sí- suspira– Justo quería hablarte de eso, conseguí trabajo, un horario luego de la escuela, el sueldo es bueno, podré pagar las medicinas de mi abuela y podré devolverte el dinero que me prestaste.

–No es necesario _________- suspiro, sintiéndome algo afectado por sus palabras– Tampoco es necesario que trabajes, sabes que puedo ayudarte a pagar las medicinas, y todo lo que quieras.

Ella niega con la cabeza y se acerca más a mí. Nuestras respiraciones rozan.

–No hay ningún problema- le robo la palabra de la boca– Además, debes concentrarte en los estudios.

–No puedes mantenerme Ross- susurra– Aprecio mucho que quieras ayudarme, pero es un exceso- besa mis labios cortamente– Iniciaré el trabajo en dos días, esperame ¿si? iré por mi mochila.

Y se separa de mí, dándome otro pequeño beso en los labios. Me siento en el sillón y paso las manos por mi cabello.

_________ trabajará en una cafetería... muchos chicos que están en la escuela trabajan, pero, ¿y si me esta mintiendo y quiere volver a ese club?

No, no....
Confía en ella, Ross. Confía en su palabra, ella no te decepcionaría.

–¿Quieres conocer mi habitación?
Me dice sonriente, llamando mi atención.

Frunzo el ceño y me levanto del sillón, no puedo evitar soltar una sonrisa.

–¿En serio? ¿tu abuela no se dará cuenta?

–Está dormida.
Me guiña el ojo y sube nuevamente las escaleras, obligándome a seguirla.

Y así lo hago, me conduce hasta llegar a una habitación muy bonita y amplia, la construcción es antigua, pero me gusta. Creo que esa es la esencia de su habitación.

Tiene una cama enorme al centro, algunas fotos colgadas en las paredes, un escritorio, un cuarto de baño, dos armarios y un gran balcón.

–¿Quién es ella?
Pregunto, observando una de las fotografías más cercanas a la puerta.

–Es mamá, y el es papá.

–Te pareces mucho a tu madre- comento, haciéndola sonreír– Eres muy bella _________.

Sus ojos marrones me hipnotizan por unos minutos, ella me toma del cuello y me besa intensamente, y yo le correspondo, sujetandola de la cintura.

Acariciandola por debajo de la polera gris que está usando, sentir su piel contra la mía, me hace sentir miles de sensaciones.

_________ me lleva hasta su cama, donde me empuja, queda encima mío y comienza a mover las caderas de una forma demasiado provocativa, puedo sentir como mi glade comienza a despertar.

Ella comienza a dejar un camino de besos por mi cuello, le acaricio la cintura, bajando poco a poco hasta llegar a sus nalgas. Las presiono.

Gruño.

–Eres muy buena en todo esto... ¿dónde fue que aprendiste?

Digo, sonriente, la tomo del rostro, buscando sus labios para poder besarla pero ella se aleja de mí, y de todo contacto que tenemos.

–¿Dije algo malo?


Ángel negro | Ross Lynch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora