Aclaro que los personajes ni la historia me pertenecen. Solo lo traigo para su entretenimiento, espero les guste.
Pov Zafiro
El silencio se palpa. Podría tomarlo en mis manos y darle forma, mientras tú miras atenta. Los ojos ansiosos se clavan sobre nosotros y no hay notas que distraigan la atención de nuestro público. Conteniendo sus respiraciones agitadas, los niños se echan hacia adelante, expectantes.
Mi atención se centra en una figura que se encuentra apartada del resto. Durante un segundo me olvido de la congregación que veneran mis palabras y de ti misma, que descansas entre mis brazos, y solo tengo pensamientos para ella. Está sucia, con el pelo cayendo en cascada sobre su espalda y las mejillas manchadas de tierra. Su camisa debió de ser blanca cuando se la puso, pero ahora hay en la tierra rastros de suelo y verdín. Una capa sobre sus hombros la cubre del frío de la mañana de Lothaire, traído por la misma brisa marina que me cuenta historias de mi patria al oído. Todas las noches me encargo de dejar la ventana de mi cuarto abierta para que me acune con una canción mientras trato de conciliar el sueño. A veces consigo que me lleve lejos, a campos de flores brillantes bajo la luna y melodías robadas en lo más profundo de la tierra. En otras ocasiones, los cuentos que me trae son de guerra y destrucción. Es en esos momentos cuando te abrazo fuerte y rezo fuerte a las estrellas para que me muestren el camino hasta esa princesa encerrada en una torre que no puedo encontrar.
Y las estrellas la han enviado a ella. Con su cara de niña ilusionada y la sonrisa fácil, lady Serena espera a que continúe hablando, así como lo hacen mis improvisados oyentes, que empiezan a ponerse nerviosos.
Lo siguiente que saben es que me he puesto en pie de un salto. El sonido de mis pies al encontrar el suelo los sobresalta. Incluso la princesa da un respringo. Gruño como imagino que deben de hacerlo los ogros y me adelanto hacia ellos. Una niña deja escapar un gritito asustado. Algunos de los más pequeños de mis espectadores se apresuran a buscar refugio tras las faldas de sus madres o hermanas mayores.
--¡El monstruo saltó sobre el héroe, salido de las sombras!—Hago una pausa, dejando que las exclamaciones de asombro mueran.—Pero el caballero, que estaba preparado, hundió su espada en las tripas de la bestia, que con un grito agónico se desplomó de rodillas.—Como si fueras una espada, te alzo en el aire para ensartar a un imaginario enemigo. Mi público aplaude.—Muerto el ogro, el príncipe se acercó al lugar donde yacía la princesa y se inclinó para besarla.—Me inclino sobre una imaginaria damisela y mis labios te rozan, suavemente. Más vítores.—Y entonces ella despertó y descubrió que el príncipe con el que había estado soñando estaba allí, junto a ella, y sintió que no podía ser más feliz.
Por el rabillo del ojo soy consciente de que Serena ríe, divertida, como si hubiera sabido de antemano el final pero creyese que, después de todo, solamente es un cuento. Ojalá las fantasías se hicieran realidad. Ojalá más gente creyese en ellas.
--Y así fue como el reino finalmente alcanzó la paz. Y, por supuesto, los dos amante fueron felices para siempre.—Rasgo tus cuerdas en una alegre melodía.—Fin.
Todos aplauden, entusiasmados. Ella también. Uno por uno los niños se acercan y dejan caer pequeñas monedas de hierro sobre el pañuelo que he extendido en el suelo. Yo, a cambio, les regalo algún pareado y algún juego, por lo que la multitud tarda en disolverse.
Cuando finalmente todos se han alejado, ella viene hacia mí. Agachado para recoger mi pañuelo, la observo desde abajo, como si fuera algún tipo de devoto religioso y ella una diosa a la que adorar. Desde mi hombro, de donde vuelves a ser colgada, tú te quejas de que le preste tanta atención. Sonrío. Tus celos me hacen gracia: sabes mejor que nadie por qué me he acercado a ella. Tú eres la única que comparte todos mis secretos, al fin y al cabo. Hemos sufrido juntos, viajando juntos y saldremos de aquí juntos y victoriosos. No tengas miedo, no te voy a dejar atrás jamás.
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Secretos de luna llena: Alianzas
FanfictionAclaro que la historia no me pertenece es una adaptación de la Obra Alianzas de Iria G. Parente y de Selene M. Pascual. tampoco los personajes me pertenecen si no a Naoko Takeuchi. Una historia llena de amor, traiciones, alianzas entre enemigos y mu...