Buu~ ¡Soy un fantasma~! [Prólogo]

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Era de noche, todos dormían.

Bueno, no todos, pues cierto jóven peliazul aún no quería descansar. Hablaba con sus tres mejores amigos por celular, en una videollamada en grupo. Sólo ellos cuatro, sacando teorías de cómo la suerte se les puso de lado, de cómo Kokichi Ouma había muerto.

-¡Yo creo que tenía una enfermedad grave! -sugirió Kaito.

-Lo dudo, nos habrían dicho -rechazó Maki-.

-¿Y si tuvo un accidente movilistico? -se le ocurrió a Shuichi.

-iYa sé! ¡Lo aplastó un camión! -sonrió Kaede, más que aliviada.

Ahora, todos se preguntan:
¿¡Por qué lo odian tanto!?

Durante su vida, Kokichi Ouma se encargaba de "joderles la existencia" según Kaito, sólo les hacía unas inocentes bromas.

●A Shuichi le tomaba fotografias mientras dormía o se bañaba, o lo visitaba en la noche para contemplarle descansar.

●A Maki le llenó su casa de escorpiones (ella tuvo que gritar ocho veces antes de que se dé cuenta de que sólo eran robots inventados por Miu).

●A Kaito le colocó dos dildos por donde no entra el sol.

●A Kaede le pintó el piano.

...

Con mierda sacada del desagüe (por supuesto que usó guantes y luego se baño tres veces).

Y podemos seguir hablando de las muchas amigables bromas que lo destacan. Cosa que no volverá a pasar, pues que hace unos días fue su funeral. Nadie les dijo porqué o cómo o quién. Sólo que él había muerto.

Por eso, se encontraban los cuatro amigos celebrando que ya nunca más volverían a sufrir.

Bueno, todos, excepto Shuichi.

Puede que le haya hecho bromas, ¡E incluso! Puede que le haya llegado a caer muy mal. Pero jamás le había deseado la muerte.
Y, por supuesto, no estaba disfrutanto de su reciente fallecimiento.

De cierta manera se sentía como la peor de las personas al estar mostrando una sonrisa complacida junto con sus amigos.

Después de rato hablando, Kaito avisó que tenía sueño y que iría a dormir, acabando así, la videollamada grupal. Para todos ir a dormir.

Bueno, casi todos.

Shuichi salió al pequeño balcón que decoraba su casa y habitación, observó la luna en su mejor punto. A veces le gustaba contemplar su tranquilidad cuando tenía que pensar.

Sólo pensar. Concentrarse en el bello canto de los grillos, escuchar atentamente a su alrededor mientras procesaba su pensamientos.

...

Al menos hasta que el ruido apareció. Como el impacto de platos cayendo al suelo.

¿Habría alguien en su casa?

¿Habría alguien entrado a robar?

Unos nervios profundos rodearon hasta el más oculto rincón de su ser.

Se dejó guiar por la adrenalina y cogió lo primero que encontró, una lámpara. Al menos con eso podría defenderse o, con suerte, llegar a noquear a quien se encontraba en el piso de abajo.

Abrió la puerta con miedo e inseguridad, respiraba con agitación. Agarró con más firmeza la lámpara, tragó duro y caminó a paso lento guiado por el sonido. Era de su cocina. Bajó las escaleras lentamente, evitando hacer cualquier sonido revelador.

Estaba en frente de la puerta, con la mano en el pomo. Giró lo más silencioso que pudo y abrió con calma la puerta. Esperando que, quien sea que estuviese ahí, no lo descubriese.

Éxito. La sombra seguía de espaldas.

Corrió lo más rápido que pudo hasta ella y la golpeó con la lámpara.

Pero no cayó, mucho menos se quejó. Sólo sintió rozar el viento con ella. Esa persona volteó.

—Nishishi~ ¡Oh, me han descubierto! —dijo esa sombra, la voz le era demasiado familiar. No, imposible...

—¿C-Cómoquéquiéncuándo...? —tenía un millón de preguntas rondando en su cabeza, tantas que no pudo articular bien palabra alguna.

—¿Oh~? ¡Si me miras así me haces sentir algo fuera de este mundo! —se quejó el chico— Tampoco soy algo subnormal, sólo un pequeño y travieso espectro.

—¡Pero...! ¡Eso...! No... Es... ¿Normal? —se defendió, o algo así. De repente, pudo formar una pregunta— ¿Entonces en serio eres tú el Kokichi Ouma que murió hace unos días?

—¡Exactamente! —celebró— ¿Sabes tú por qué estoy aquí~? —canturreó, pues quería que, al menos, su detective, como todos le llamaban, supiera la razón por la que él había ido a su casa y rechazar su descanso eterno.

—... —pensó unos segundos, pues habían muchas respuestas. Una podría ser... ¿¡NO SÉ, TAL VEZ QUIERE FASTIDIARLE INCLUSO MUERTO!?

—¿No~? —colocó un dedo por debajo de su labio inferior— Me sorprende que no lo hayas supuesto, siempre hice lo posible para demostrártelo —lamentó—.

—Tal vez ya esté dormido —pensó Shuichi en voz alta, casi murmurando—. Ésto es sólo una pesadilla.

—Veo que no te agrado —mostró una sonrisa serena mientras ponía sus dos manos en la nuca—.

Si tan sólo pudiera despertarme...

—¡Hey! —Saihara sintió un peso en sus hombros, levantó la vista, encontrándose con el rostro y la sonrisa arrogante de su compañero de clases— Soy 100% real y, por más que me lo ruegues, ya no te dejaré ir. Ya nunca.

°•·:.:·•°

Despertó.

Sólo debía abrir los ojos, así de sencillo.

Lo sabía, él había estado soñando. Nada fue más que una pesadilla. No escuchó ruidos en su cocina, no agarró su lámpara, no vió al fantasma de Kokichi...

—¡Morning, sleepyhead~! —canturreó alguien a su lado.

—... —maldijo todo, pues, al voltear, esa presencia flotaba de cabeza y con los brazos en su cabeza.

---

Me di cuenta de que si no publicaba ésto, alguien me ganaría :^] así que aquí está.

Por cierto, no estoy abandonando ninguna otra historia, de hecho, ya voy a terminar el capítulo de Biblioteca (eso es mentira, ni siquiera lo escribí :^])

}LoveMajis{

Buu~ Soy un fantasma~ [Saiouma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora